Volvemos adonde hemos estado tantas
veces… a la desorientación más absoluta. Según el día, una misma pregunta, por
ejemplo: ¿por qué en la costa uno mira siempre al mar y nunca a tierra?,
me puede parecer una chorrada motriz o todo lo contrario…
En plena orgía psicoanalítica, Gaston
Bachelard se puso a psicoanalizar a los elementos… el
fuego, el agua, el aire y la tierra. Ole sus güivos; un respeto… El resultado de estas “científicas” investigaciones fue aplaudido mientras
duró la fiebre Freudiana y vituperado cuando ésta había acabado y parecía
indiscutible que las piedras ni soñaban ni padecían complejos o traumas…
Como teórico, investigador o urdidor de
verdades positivas no sé qué fue de Gaston… pero como escritor, soñador, ente
espacial y especulador sin límites, Herr
Bachelard es un portento, un mago, un visionario... se te abren cien
puertas de golpe donde antes sólo había una tapia… asunto inclasificable.
El agua y los sueños, ya nos lo indica
su autor a continuación, es un ensayo sobre la imaginación de la materia… sin
comentarios, la gloria. El viaje al que invita Bachelard es anterior en medio
siglo, y muy parecido, a alguno de los que realiza el fenómeno Peter
Sloterdijk, el caso de sus Esferas… viajes/librajos memorables
llenos de enigma, belleza y una especulación tan atractiva y sorprendente que
uno se ilusiona con la posibilidad de que todo sea verdad… que lo es. Con el
amigo Bachelard estamos en la misma… escritores mayúsculos que van y te los
etiquetan de otra cosa más repelente aún (filósofos, qué patada, meu…) y entonces
es como si a alguien que quiere oír un a nana le ponen a John Coltrane y dice
que esa música es la peor nana que ha escuchado en toda su vida…
Pues lo mismo… El agua y los sueños no
es ni una nana ni un sesudo y estructurado y comparativo y analítico estudio
sobre nada de nada… a lo mejor lo fue, posiblemente, pero ya no lo es, los años
le han sentado de maravilla… que ahora es otra cosa, una pulsación, una
bonita ida de olla, fluida y envolvente. Con sus momentos de
aburrimiento doctrinal, inevitable en pájaros de este tipo, y otros muchos que
hay que ver qué maravilla lo que nos pone por escrito el Gachó Gaston…
Bachelard se nos mete en un Jardín
de Flores Curiosas y parece que se las conoce todas… la
imaginación de la materia, anterior a la de la forma misma, está ahí
plasmada… quien no se lo crea que no coja el libro. Yo, después del despliegue
que te encuentras en éste, pienso seguir con los otros tres elementos…
Psicoanálisis del fuego; El aire y los sueños: ensayo sobre la
imaginación del movimiento; La tierra y las ensoñaciones del reposo;
La tierra
y los ensueños de la voluntad… no sé, este tipo es tremendo… si hasta se pone
con La
poética del espacio