miércoles, 18 de noviembre de 2015

Agamben/Homo Sacer II,1... versión "rn"

Empiezo a pensar que, cuando leí la Teología política del difícil de catalogar Carl Schmitt, debía estar medio distraído, hablo de mí… porque el librajo me pareció, además de un coñazo integral, pues poca cosa…

Pero lo que debió pasar es que, simple y llanamente, no me enteré de nada… típico.

Quede claro que, cuando me puse a leer semejante ladrillo de escasas ciento y pico páginas, buscaba respuestas sobre eso que en el título se anuncia, la teología política, resultando, sin embargo, que el libro habla de la soberanía… mi gozo en pun-pozo; a ver, que yo quería escuchar Fortunate son y este tipo me estaba tocando otras canciones, aparte las narices…

No me pasó lo mismo con Homo Sacer (el poder soberano y la nuda vida), el impresionante libro de Giorgio Agamben, la gloria pura, una verdadera pasada, de lo mejor que ha caído en mis manos, leéroslo!!… libro del que ya largué en su día un panegírico de medio pelo en el blog.

Si en el primer Homo Sacer, dedicado, como os indico, al poder soberano y la vida desnuda, el gachó Agamben parte y toma como referencia los planteamientos de la Teología política de Schmitt para, a continuación, darle al asunto un meneo de aúpa, ampliando el campo de batalla hasta el delirio y el fogonazo de luz… en Homo Sacer II, 1 Estado de excepción Agamben vuelve a destripar el dichoso libro de Carl Schmitt hasta localizar el intríngulis fundamental del mencionado estado de excepción… estado que, de paso, Herr Giorgio nos avisa que… Este Homo Sacer II, 1 no se puede comparar con el primero… es que no hay color, aunque sigue mereciendo la pena… pero…

Es posible que el bajón y la diferencia que hay entre Homo Sacer I y Homo Sacer II se deba a la pura proporción que establecen ciertos patrones de armonía, por supuesto, ocultos… porque el siguiente escalón que se anuncia, saltándonos otros, sería Homo Sacer III Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo, que puede y debe ser la traca inimaginable, elnovamás de la pulsión líquida, el apogeo que culmine el anterior desliz… Sin comentarios. Habrá que leer el Zarpazo III de Giorgio… a ver si es asimilable en términos de comprensión lectora al uso… y luego pensarse los demás pasos.

Ahora estoy a vueltas con el Lager polaco, que viene a ser como poner en fila india a matanzas e infamia, vías de tren y hornos crematorios, ojos azules y yiddish, Paul y Celan… entonces pasa que, si estás algo obsesionado con el asunto, la Eme “m” de Homo se puede cambiar por una Erre y una Ene “rn”, cuya grafía conjunta es casi igual a la de “m”… y pasaríamos de tener un Homo Sacer a tener un Horno Sacer… a eso me refiero con esto de los patrones y reglas ocultas, porque se podrá pensar que… seguro que Giorgio nos lo aclara.


viernes, 13 de noviembre de 2015

Seixas/A velocidade do frio... y, al fondo, Xosé Cid

El libro de Manuel Seixas ganó un premio. El premio lo otorgó la misma editorial que publicó la novela, lo cual de por sí pues qué os voy a contar… pero luego resulta que en el jurado que entrega el premio estaba, como secretario sin voto, el fenómeno Xosé Cid Cabido… y entonces la cosa cambia, que más me dan a mí mis principios, lo de la editorial y demás monsergas light… que el tipo Cid es de lo más grande que se lee por estos lares mundiales y, con un poco de suerte, algo habrá visto en A velocidade do frío…

El librajo de Herr Seixas vale la pena… y habría sido una cosa para darse un buen chapuzón y echar varias bombas al cielo si se le hubiese hecho una pequeña poda, hablo del libro… poda de unas cincuenta páginas de andanzas de barra americana que no cuajan ni con anfetas… qué pena… que llega un momento en que la cosa pierde el trallazo y la sorpresa que le sobran durante mucho tiempo y se nos escurre entre los dedos o se nos viene abajo o como queráis… remontando, de nuevo, al final, viaje a Australia incluido.

Pero lo del bajón es nada si lo comparamos con los tremendos lóstregos digo relámpagos que suelta el Gachó Seixas… algunos impresionantes. Hay un algo de inspiración, se masca, de ésta que te deja descolocado, feliz de verte en semejante fregao con el librajo entre las manos… y venga unas cuestiones que yo ya no sé si son de pura ficción metafísica o de búsqueda de la paradoja por lo criminal o de visionario entre la caverna y la cima de la montaña o en ambos sitios a la vez… y de verdad que hay en el libro de Herr Seixas algunos alumbramientos y otras iluminaciones que no se le ocurren a cualquiera… cosa moito seria y deslumbrante hasta para quien lee con gafas de soldadura, como es mi caso…

De esto que te lees A velocidade do frío y te parece parte de un montaje o experimento aún mayor… que eso de que Herr Cid Cabido ande por el medio… y bien sabemos que la lectura de una parrafada del tipo Cid es una de esas alegrías que compensan mil años de penitencia, y entonces yo creo que el libro de Seixas y el Jurado Editorial y lo descentrado que estoy yo en estos momentos y, en general, buena parte de la historia inimaginable que nos cuenta A velocidade do frío no son más que un juego imposible pero cierto llevado a cabo por Xosé Cid… quién sabe. Cosas como las que cuentan inspirados creadores de thrillers extracorporales; cosa, la del thriller extracorporal, que no tengo ni idea de qué es, pero que, sin embargo, la va muy bien al novelón de Seixas, que tampoco sé qué carajo es, pero que está quetecagas…

Lo de Cid Cabido sí sé lo que es:… una pasada… de escritor.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Crusat/Breve teoría del viaje y el desierto… Samuel Solleiro/Gran tiburón branco…

Hace no mucho me topé con una entrevista a un afamado escritor en la que decía, entre otras cosas, que la mejor literatura del momento la venía haciendo Cristian Crusat… en aquel momento, personaje, para mí, desconocido.

Ya no… la mezcla de haberme leído su decepcionante Breve teoría del viaje y el desierto, aderezada dicha lectura por el comentario arriba citado, me tiene asintomático si no hubiera tal mezcla, por no conocer el comentario aludido, no sé cuál sería la situación…

Primera sensación: algo así como encontrarse delante de alguien que dice tocar como Keith Jarrett o Eddie Van Halen y que, encima, te marea con su bombástica afirmación, pecho henchido e ínfula andante; jopé, qué tío cargante y creído… luego, cuando coge el instrumento, resulta de todo ello que el tipo no sabe ni dibujar la pentatónica menor… ya no te digo tocar algo con el instrumento, es que ni idea… Acojonante… y necesitas compartirlo, me refiero al susto. Dolor de cabeza, decepción. Bochorno…

Segunda sensación: algo así como quien se coge un grupo de palabros, vamos a pensar en palabros y recursos de vanguardia, modernos y casi innovadores hace medio siglo y se piensa que es lo último y va y lo plancha porque cree que sólo él conoce aquí esas cosas tan modernas… y masculla el tipo más listo que nadie: es que voy a rachar con la pana, voy a epatar, que es como llamaría él a “rachar con la pana”… y se pone a aderezar con ese condimento ya viejo y mohoso que él cree nuevo y brillante unos relatos banales, pretenciosos hasta el acople, carentes de casi todo y abundantes en impostura y artificialidad… Risible…

La tercera sensación empezaba con algo así como Reinhold Messner subiendo sin oxígeno el K2... pero ésta mejor me la callo, que, si no, a Herr Cristian le cogéis manía de más.

Y quede claro que Herr Cristian no tiene culpa alguna de las sensaciones que os cuento, simples proyecciones de mis complejos, ignorancia, esperanzas y dudas cuando me pongo con un libro que nos presentan como literatura de altos vuelos…

Pero lo que sí está en el haber/debe del Gachó Crusat es escribir los relatos que escribe… y ponerles esos títulos de metafísica para párvulos, qué me decís de Dualismos en un atardecer mediterráneo de tres estrellas (os recomiendo su detenida lectura, no sólo la del título, también la del relato), y que las chicas o mujeres de los cuentos se llamen Alien, Inneke, Nola, Hazel… y espetarnos tres citas iniciales, por supuesto sin traducir del inglés o francés… entre ellas una de Kyuss, porque claro, podría haber sido de Queens of the stone age, pero, no sé, QOTSA no será suficientemente… a ver, que el cúmulo de tópicos y trópicos, clichés y lugares comunes que nos embarca a la espalda lo deja a uno pidiendo papas

…expresión, la de “pidiendo papas”, que en uno de estos relatos intuyo que se omitiría (esa bonita y común expresión), apareciendo, en su lugar, unas treinta palabras… seis de las cuales irían en inglés, una en cirílico (entrecomillada), incluyendo, a mayores, algún término propio de alguna jerigonza técnica desconocida (posiblemente también para el autor), sin olvidarnos de un toponímico propio de cierto destino inverosímil y algún que otro esnobismo más… sin que todo ello, me pareció, nos llevara a ninguna parte… como un ejercicio vacío, una escala musical repetida sin ton ni son… pero en plan cultura elevada, distinguida… miña nai, qué empanada.

Empanada la mía, que ya estoy, otra vez, con las proyecciones de mi incultura y complejos y envidias… y es que yo prefiero a QOTSA antes que a Kyuss, que son un coñazo…

El caso es que hace poco leí un libro titulado Gran tiburón branco, de Samuel Solleiro… recomendación de un CompincheX. Herr Samuel tiene, año arriba abajo, la misma edad que el Gachó Crusat… se les intuyen lecturas, referencias y aficiones comunes; como a tantos otros empezando por uno mismo y por la mitad de mis amigos.

Herr Solleiro tuvo la suerte de que ningún autor/desubicado lo calificara como el mejor escritor del momento… esa gracia se la gastaron a Herr Crusat… y es que no hay derecho, que así no hay quien aguante el tirón de un yo inmenso... y uno se pone a escribir relatos que ni pa qué...

…a lo que voy, que unas de verdad buenas e interesantes Breves teorías del viaje y el desierto te la encuentras en alguno de los relatos del Gran tiburón branco, de Samuel Solleiro… no todos, pero varios de los relatos que recopila el librajo son una gozada: vivos, extenuantes, divertidos, bonitos… volveremos, con más tiempo, sobre el tipo Solleiro… ojo con él.
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