domingo, 23 de febrero de 2014

MILliam Gaddis/ Jota Erre

Estoy empapelando de despropósitos mi día a día… no tengo muy claro a qué se debe esto de los mausoleos en papel escrito de más de mil páginas qué tipo de locura arrebata a quien los escribe, aunque intuyo que, algunas veces, será la vanidad a espuertas, otras la obsesión, la mediocridad, el ombligo… y qué tipo de trastorno arrastra a quien se los lee… sobre  todo si hablamos de un tipo concreto de estos librajos de miles de páginas.

Que los hay que nos cuentan cosas hasta el infinito, como quien dice compendios aventureros de novelas por entregas o mamotretos decimonónicos llenos de sucesos y acontecimientos, hasta los más banales e insulsos, sin duda, pero llenos de ellos… y los hay que no, que van de otra cosa… Ahora estamos con los que van de otra cosa. Algunos están quetecagas de bien, otros, no!... y entonces es cuando los justificadores de la mediocridad nos salen con que la entropía, pedantería fashion de gente cultísima de telediario o suplemento de periódico, chorrada última con la que pretenden hacernos creer que una mierda de libro de mil páginas es una gran obra de arte, eso sí, sólo inteligible para algún caprichoso después de pasarla por la calculadora científica…

Esa otra cosa es con la que estoy empapelando de gansadas las paredes de mis intestinos… y ya me duelen, carajo…

No me voy a poner con la lista de las sandeces de mil páginas que me he leído últimamente, también los hay muy buenos, sería romperos la cabeza… pero sí con el que estoy leyendo ahora, que resulta que acaba de salir en la prensa esta mañana… Jota Erre de William Gaddisen Lavozdegalicia me topé con un panegírico algo tímido sobre el artefacto…,  de genialidad no se hablaba, pero de indispensable, sí… yo voy por la mitad del artefacto… y es decepcionante, sin más, que yo de este tipo William me esperó mucho más… y que no me vengan con entropías ni ecuaciones alfanuméricas que la literatura es otra cosa… eso sí, en el articulito de marras no había nada que llevara a pensar que el comentarista se hubiese leído el libro… nada de nada…

Lo divertido de que Jota Erre sea una cosa bastante mediocre es que Herr Gaddis tiene esos trallazos impactantes y memorables que son Gótico carpintero (288 páginas) y Ágape se paga (118 páginas), a falta de otros que aún no he leído… cosa seria, espectaculares, al margen de gustos… Jota erre no es nada de eso (1136 páginas)… no cuaja, le salen grumos, aburre, quiere hacer gracia y no lo consigue, un desastre… hasta que te vienen con la entropía, entonces deja de ser un desastre para convertirse, además, en una tomadura de pelo, no por culpa de Gaddis, pero sí de sus exégetas… y sin puñetera chispa… parece de esos experimentos que muy bien pensados, sí, que se ve que la idea de Gaddis va bien encaminada, pero es que no salen, carajo, ni por asomo, qué coñazo… que bien pensado pero mal escrito… a lo mejor en 200 páginas habría sido una pasada, pues posiblemente, pero en más de mil, NO!… Como si viene un albañil y nos dice que hace una casa con tornillos y servilletas, juo juo, qué tipo, sí, un genio… pero si nos dicen que tenemos que vivir en ella, ya la cosa como que es distinta, y tiene mucha menos gracia, pienso… si os digo de qué va Jota Erre me diréis, guau! qué gachó, un genio… si os digo que os la tenéis que leer, me dais una tunda… estoy llegando a la página seiscientos… y voy a acabar. Cuando los de Sexto piso saquen de Gaddis Los reconocimientos… también me lo pienso leer, a ver qué pasa…

Eso sí, Jota Erre es decepcionante… pero es que Mason & Dixon es para retirarle el saludo a Pynch… El arco iris de gravedad me dejó temblando, mimá… de ahí que me pillara Mason & Dixon. Pues vaya petardo de libro. Impropio de un tipo como…

viernes, 14 de febrero de 2014

Benet y el Pindo...

La mierda, lo mismo que unos buñuelos, nos la pueden presentar pinchada de un palo o en preciosa loza de Sajonia… de ahí que el palo o la loza me traigan sin cuidado, no así la bazofia o la lambetada…

La Meditación de Juan Benet viene en procesión urticante… Del librajo este el comentario típico y primero que suele hacer todo quisque es que Benet lo escribió en un rollo de papel continuo sin interrupciones de ningún tipo ni puntuación ni diálogos ni… a ver, que nos cuentan que si el palo o la loza, pero nadie nos aclara si mierda o alfajor… de ahí que se pueda pensar que será mierda, que, si no, en vez de hablarnos del rollo de papel continuo pues nos contarían las grandezas de la obrita interminable de 400 paginazas casi indescifrables.

Una meditación es otra exageración astrofísica de Herr Benet… De acuerdo. Pero esta vez sin puñetera gracia… digamos que aburridísima y demasiado odaisamed… Benet de nuevo nos lleva a Región, y diremos olalá! pensando en el trallazo Volverás a Región… pero nadita de eso. Lo que en Volverás a Región era un torrente apabullante durante todo el libro de principio a fin, en esta otra son treinta o cuarenta páginas de las buenas, aquellas donde ese lugar y esos personajes y ese ambiente originalísimo y personal se nos echan encima y nos dejan calados hasta la intersección… pero lo demás, que será la Meditación propiamente dicha del gachó autor y que ocupa casi todo el libro… lo demás es que no!...

Los experimentos salen o no salen, así de fácil… en plan párrafo kilométrico los hay que lo bordan y los hay que mejor se hubieran quedado en casa ese día… yo prefiero un almendrado pinchado de un palo y no una mierda servida en porcelana… si me vienen con que un deportivo italiano con motor de utilitario o un utilitario con motor de deportivo, ahí se me queda el argumento disminuido… yo el deportivo italiano lo quiero con todos sus rampantes y el otro por el retrovisor… Si fueran coches, Volverás a Región vendría en bandeja de plata y Una meditación pinchada de una vara… luego estaba el pintor galaico que salía en la televisión y presentaba a su vaca Rita en cuyos bosteiros enmarcaba sus grabados, que luego vendía. Bueno, primero dejaba secar el pastelazo, y luego los ofrecía… 

Juan Benet, aparte los librajos sobre Región, en los que se ve que la cosa quedaba bastante por el Noroeste, pisó tierra de verdad… entre otros plantó el embalse de Santa Uxía, el que hay a la espalda del Monte Pindo… no sé.

domingo, 2 de febrero de 2014

Kenzaburo explota Oé!

Hace nada estuve viendo sin pestañear y apenas respirando White light, black rain… sobre lo que sucedía en Hiroshima o Nagasaki las mañanas esas en que soltaban desde arriba el petardo gordo que se lo llevaba, luego, todito por delante. La peli no sé cómo te deja, si es que te deja…

Salí disparado a agenciarme Cuadernos de Hiroshima, del gachó Kenzaburo Oé… inevitable después de ver el documental. No tenían Cuadernos de H, pero sí El grito silencioso… sin saber si iba a explosionar, me arriesgué a cogerlo.

Menos mal que lo hice y menos mal que me lo leí y menos mal que lo escribió cuando era una promesa… espectacular... De esto que no sabes qué carajo te están contando, asuntos tan lejanos y tan de otra manera, congojas tan poco habituales que abraian digo fascinan con su luz blanca y su lluvia negra. Y te quedas deslumbrado a pesar de que sea todo tan ¿oscuro? ¿deprimente? ¿tormentoso? ... un mirarse adentro y escarbar en lo propio y también en lo de los demás pero como si fuera de uno mismo que si no te dicen detente, stop!, que te estás pasando, acabas con todo y te comes a ti mismo.

Si Kenzaburo fuera sudamericano tendría entre los dedos ese timbre que tienen Onetti o Arguedas y que, cuando suena, básicamente consiste en que se te hace un nudo en la garganta de lo bien que escriben de la manera que a los demás le salen ripios y chorradas sensibleras y a ellos les sale la verdad cósmica. Si, en vez de Nipón, Kenzaburo fuera un rodaballo, seguro que respiraría por las agallas, pero como no lo es respira por las visceras… El caso es que El grito silencioso, que en original se llama de manera muy distinta ¿? es una pasada de verdad. Hay que ver qué cosas de ultratumba emocional cuenta Kenzaburo… impresionante, un diez...

Después de White Light, Black Rain, título que hace alusión a la luz blanca de la explosión y a la lluvia negra que vino luego, volví a ver Trinity and beyond, no sé, quizá por cuarta vez… a mí toda esta mugre en kilotones me deja planchado y, a la vez, me hipnotiza…
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...