Estoy hace unos días con el diario del gabacho entronizado a la
categoría de genio universal por sus paisanos y también por varios
comentaristas del género esquizoide… que llega con coger cualquier suplemento cultunoséqué
para ver que siempre le ponen un diez al diario del gachó André… lo mismo que
a ochoymedio o a…
De entrada ya os digo que el diario del tipo Gide, del que cosas tan
excepcionales se dicen, es un bluff mayúsculo y clásico… Aunque no llega a
alcanzar las profundidades inescrutables del aburrimiento a las que
llegan otros engreídos autores “indispensables” que se ponen con su
anquilosamiento
vital a escribir chorradas de diarios luego editados entre fuegos de
artificio, André Gide no se queda corto… Estos tarados que cuando tienen
veinte
años
se comportan, piensan y actúan como si tuviesen cincuenta; y que cuando
tienen cincuenta se comportan como si los tuviesen… a veces, que no siempre,
escriben una cantidad ilimitada de aburrimiento por página digna de estudio…
toneladas de un aburrimiento, encima, nada artístico…
Luego estamos los tarados que cuando teníamos veinte nos comportábamos
y actuábamos y ¿pensábamos? como si tuviésemos cincuenta… y que además,
ahora, leemos estos libros dedicados a viejos de veinte años… a ver, gente
de lo peor…
El problema me lo vienen de diagnosticar estos días, que dicen
que se puede nacer viejo… Mimá… Me han recetado la práctica de varios exorcismos
selectos para pedantes… y estoy embalado con la quema de todo lo que el
gurú me ha indicado que debo arrojar al fuego purificador… empezando por uno mismo…
Los exorcismos selectos de que os hablo curarían al practicante, le
producirían importantísimas quemaduras en el 90% de su cuerpo y le devolverían
la juventud que nunca tuvo al haber nacido ya con cincuenta años… Hay un chino
muy conocido en China y también aquí, un referente cultural a la altura de
André Gide en Europa, haceros una idea, que nació con setenta y tantos años,
pero no metafóricos, sino reales. Ahí queda la machada… El embarazo se extendió
durante todo ese tiempo. Al nacer, el chino tenía canas y la madre
pasaba de los cien… Ella, desconcertada ante el retraso obstétrico y su
falta de dientes, escribió un diario a lo largo de todo ese tiempo, aunque nadie
se lo publicó.
Pero vuelvo al gabacho. Entre el tedio generalizado
se cuela, de vez en cuando, alguna declaración que consigue despertarlo a uno
por un segundo que es tiempo suficiente para volverse a dormir irremisiblemente…
hay ciertas catalogaciones de filias libidinosas algo divertidas y escabrosas y
retrógradas… y algunos comentarios ante eventos históricos que retrasan
un poco el bostezo porque, no todos, pero los hay que, carajo, van
bastante a la yugular contracorriente todoterreno tangente dejadme solo
chirrían qué bestia eres André… esos comentarios merecen la pena, pero son bien
pocos, pero merecen la pena… me cae bien el tipo…
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