El otro día decidí agenciarme un libro de Lovecraft, el que fuese,
con tal de que estuviera bien… entré en la librería con la idea de La
llamada de Cthulhu o cómo se diga y salí de ella con En
las montañas de la locura… en una edición alucinante con todo tipo de
cosas extras o de yapa o de lleve dos y pague uno, y fotos e ilustraciones y
mapas, con lo que dejé para otro día a Cthulhu y me decidí por ésta…
Convencido de que me iba a encantar, acabó aburriéndome de manera
ártica. Me crionizó el ánimo. El tipo HPL, hombre de culto y
con acólitos de toda pelambre, se dedica a describir durante todito el santo
libro una especie de mundo primigenio, pero avanzadísimo, sito en la Antártida…
algo parecido a un cuadro del Kailas o del Tibet de Nicholas Roerich, según
el mismo Lovecraft nos indica. Cada pocos renglones el autor nos avisa
de lo horroroso del espectáculo que luego nos pasa a describir... Cuando acaba
con su descripción, plana y aburrida y decepcionante y bombástica y básicamente
centrada en detalles arquitectónicos insufribles y tediosos, nos advierte de
cuán inimaginable resulta lo siguiente que se pone a describir… luego nos
avisará de cuán horrible es lo siguiente de lo siguiente y nos avisará también de
las paralizantes imágenes que seguirán a éstas… y así hasta el final del
papelón sin que en ningún momento del librajo suceda o ocurra absolutamente
nada… y sin que en ningún momento acabe por explicarnos o describirnos de
verdad y de una santa vez qué es eso tan horrible e inimaginable que se toparon
en la Antártida los protagonistas… hallazgos que no se cansa de anunciar como
el no va más de lo horripilante… puro amago, puro teatro, puro aburrimiento,
puro fraude… llamadme zoquete, sí
Acabé quemado con tanta arquitectura y zaguanes y bajorrelieves y
zócalos y tapias y torres y para recuperar el tono me zampé tres relatos de otro
autor infinitamente más entretenidos, los relatos, que el citado En
las montañas del aburrimiento… y como que me volvió el riego sanguíneo
al cerebro y así ya estoy en condiciones de recomendaros el libro de Lovecraft,
de verdad, leedlo sin falta, mejor ayer que hoy, y veréis la diferencia entre
Celcius y Fahrenheit…
He visto por ahí un tremendo libro que le dedica el infante
medio/terrible Houellebecq al visionario HPL… creo que lo pone por la nubes…
Al margen de las opiniones de Houellebecq, que serán muy suyas… lo que no tiene desperdicio es la edición esta
de En
las montañas del aburrimiento antártico. El libro trae todo tipo de
entretenimientos
y complementos a la última moda. Parte de este aderezo es una pasada
detallada y concienzuda… filmografía, ilustraciones, cómics, biografía,
panegíricos firmados por intocables vacas sagradas y demás rumiantes… de esto
que se palpa que HPL está vivo…
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