Claude Lanzmann se explayó
tanto en su afán documentador, en su avidez glosadora, que, en las más de ocho
horas de duración de Shoah, insuperable e impactante
empresa, sólo nos encontramos una pequeña parte de lo filmado inicialmente para
realizar su totémica película por este Hércules gabacho.
Distintas partes se desecharon por
varios motivos… otras lo fueron porque valía la pena que, con ellas, se hiciera
un nuevo documental de los que se gasta este tipo, de ésos que te dejan
temblando.
Ahora se puede ver, si uno se busca algo
la vida, el colofón yiddish de la gran obsesión de Herr Lanzmann, El
último de los injustos… impresionante artefacto de 2013.
Consiste la cosa, básicamente, en las
entrevistas que, hace 40 años y con motivo de la realización de Shoah,
el amigo Claude le hizo a Benjamín Murmelstein, presidente del
Consejo Judío de Theresienstadt… para algunos de los suyos una víctima más del
terror de ojos azules pero, para muchos otros de esos mismos suyos, el diablo
en persona, un déspota y un traidor.
Allá se fue, a mediados de los años
setenta, Lanzmann a vérselas con Benjamín en Roma… con el único presidente
del Judenrat
de un campo de concentración que sobrevivió al exterminio… cómo era eso posible
sin ser Lucifer en persona se preguntaron algunos…
El discurso, comentarios, gestos y bufidos
de Murmelstein,
a lo largo de las casi cuatro horas que dura el trallazo, lo dejan a uno pegado a
la ventosa de la tele como si estuviera con respiración asistida, sístole
diástole y shock total… tremendo.
El tipo Murmelstein es un
torbellino que larga sin parar, y que, por momentos, da más miedo que otra
cosa, achtung!… polemiza con Gershom Scholem, también con alguna de las
afirmaciones de Hannah Arendt, principalmente, a raíz de la
publicación de Eichmann en Jerusalem, con la que alude a la banalidad de los
asesinos. Sin embargo, y no sabemos si a su pesar, aunque no lo parece, el
propio Benjamin, a veces tan excesivo, podría parecer la personificación, la prueba
viviente, de alguna de las opiniones más urticantes de Frau Arendt, también
expuestas en su Eichmann…
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