Hace no mucho me topé con una entrevista
a un afamado escritor en la que decía, entre otras cosas, que la mejor
literatura del momento la venía haciendo Cristian Crusat… en aquel momento,
personaje, para mí, desconocido.
Ya no… la mezcla de haberme leído su
decepcionante Breve teoría del viaje y el desierto, aderezada dicha lectura por
el comentario arriba citado, me tiene asintomático… si no hubiera tal mezcla,
por no conocer el comentario aludido, no sé cuál sería la situación…
Primera sensación: algo así como
encontrarse delante de alguien que dice tocar como Keith Jarrett o Eddie
Van Halen y que, encima, te marea con su bombástica afirmación, pecho
henchido e ínfula andante; jopé, qué tío cargante y creído… luego, cuando coge
el instrumento, resulta de todo ello que el tipo no sabe ni dibujar la pentatónica
menor… ya no te digo tocar algo con el instrumento, es que ni idea…
Acojonante… y necesitas compartirlo, me refiero al susto. Dolor de cabeza, decepción.
Bochorno…
Segunda sensación: algo así como
quien se coge un grupo de palabros, vamos a pensar en palabros y recursos de
vanguardia, modernos y casi innovadores hace medio siglo… y
se piensa que es lo último y va y lo plancha porque cree que sólo él conoce
aquí esas cosas tan modernas… y masculla el tipo más listo que nadie: es que
voy a rachar con la pana, voy a epatar, que es como llamaría él a “rachar con
la pana”… y se pone a aderezar con ese condimento ya viejo y
mohoso que él cree nuevo y brillante unos relatos banales, pretenciosos
hasta el acople, carentes de casi todo y abundantes en impostura y
artificialidad… Risible…
La tercera sensación empezaba con algo así como Reinhold Messner subiendo sin oxígeno el K2... pero ésta mejor me la callo, que, si no, a Herr Cristian le cogéis manía de más.
Y quede claro que Herr Cristian no tiene
culpa alguna de las sensaciones que os cuento, simples proyecciones de mis
complejos, ignorancia, esperanzas y dudas cuando me pongo con un libro que nos
presentan como literatura de altos vuelos…
Pero lo que sí está en el haber/debe del
Gachó
Crusat es escribir los relatos que escribe… y ponerles esos títulos de metafísica
para párvulos, qué me decís de Dualismos en un atardecer mediterráneo de
tres estrellas (os recomiendo su detenida lectura, no sólo la del
título, también la del relato), y que las chicas o mujeres de los cuentos se
llamen Alien, Inneke, Nola, Hazel… y espetarnos tres citas iniciales, por
supuesto sin traducir del inglés o francés… entre ellas una de Kyuss,
porque claro, podría haber sido de Queens of the stone age, pero, no
sé, QOTSA no será suficientemente… a ver, que el cúmulo de tópicos y trópicos,
clichés y lugares comunes que nos embarca a la espalda lo deja a uno pidiendo
papas…
…expresión, la de “pidiendo papas”, que
en uno de estos relatos intuyo que se omitiría (esa bonita y común expresión), apareciendo,
en su lugar, unas treinta palabras… seis de las cuales irían en inglés, una en
cirílico (entrecomillada), incluyendo, a mayores, algún término propio de
alguna jerigonza técnica desconocida (posiblemente también para el
autor), sin olvidarnos de un toponímico propio de cierto destino inverosímil y
algún que otro esnobismo más… sin que todo ello, me pareció, nos llevara a
ninguna parte… como un ejercicio vacío, una escala musical repetida sin ton ni
son… pero en plan cultura elevada, distinguida… miña nai, qué empanada.
Empanada la mía, que ya estoy, otra vez,
con las proyecciones de mi incultura y complejos y envidias… y es que
yo prefiero a QOTSA antes que a Kyuss, que son un coñazo…
El caso es que hace poco leí un libro
titulado Gran tiburón branco, de Samuel Solleiro… recomendación de un
CompincheX.
Herr Samuel tiene, año arriba abajo, la misma edad que el Gachó Crusat… se les
intuyen lecturas, referencias y aficiones comunes; como a tantos otros
empezando por uno mismo y por la mitad de mis amigos.
Herr Solleiro tuvo la suerte
de que ningún autor/desubicado lo calificara como el mejor escritor del
momento… esa gracia se la gastaron a Herr Crusat… y es que no hay derecho,
que así no hay quien aguante el tirón de un yo inmenso... y uno se pone a escribir relatos que ni pa qué...
…a lo que voy, que unas de verdad buenas
e interesantes Breves teorías del viaje y el desierto te la encuentras en
alguno de los relatos del Gran tiburón branco, de Samuel
Solleiro… no todos, pero varios de los relatos que recopila el librajo
son una gozada: vivos, extenuantes, divertidos, bonitos… volveremos, con más
tiempo, sobre el tipo Solleiro… ojo con él.
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