viernes, 18 de marzo de 2016

Hohl/Camino nocturno... a lo impensable


Hay un tipo famoso en el mundo interior que va desde… me estoy perdiendo, quiero decir que en la Selva Negra tenía su cabaña un maestro que se hizo famoso, entre otras cosas, por pensar lo impensable.

A algunos da miedo y a otros envidia. Hablo del tipo…

Existe un terreno donde pensar lo impensable, cosa que no tengo muy claro qué quiere decir, se mezcla con describir lo indescriptible… asunto que tampoco sabría definir, pero que ahí está, en varios libros que se mojan de verdad en el charco de esa espesura tan transparente.

Uno de ellos es el Camino nocturno de Ludwig Hohl… qué festín. Hay gente que disfruta y se maneja como pez en el agua de lo determinado, de lo seguro, de las sumas, restas, integrales y estadísticas… luego tropiezan con un cartel algo borroso en el que no se lee con claridad y están perdidos, no saben ni cómo ni por dónde seguir deambulando…

Me contaron hace nada, a la vez que me acusaban de haberme perdido ante una señal oxidada e ilegible, que todos lo que se pierden ante un cartel borroso odian el libro de Ludwig Hohl carajo con la confusión, que a mí el libro de Herr Hohl no es que me haya gustado, que por supuesto que me gustó, es que algunos de sus relatos me parecieron Lo Máximo… como una recta ancha y reluciente que os uniera a ti y a él, o a vosotros con la luna.

El libro archiconocido que contiene el relato igual de conocido del escritor bonaerense más conocido de todos, lo lleva a uno de la mano, para que no se pierda, hasta el punto en el que todo se junta, densidad límite, milagro de la física y de la esencia, punto que se sitúa en el sótano de una casa de la Calle Garay… o cómo se llame la calle. Bien. Hasta ahí llegamos… pero, ¿por dónde seguir? Porque es cierto que el Bonaerense nos lleva hasta la puerta del límite… pero ahí se queda, no cruza, no salta… o, por lo menos, no nos cuenta si lo hace, que seguro que sí… o no.

Uno de los caminos que parte del punto de densidad infinita de la Calle Garay con dirección hacia lo desconocido lo descubre el fenómeno Max Frisch en su memorable El hombre aparece en el Holoceno qué libro, meu. Frisch sitúa la cuestión/descubrimiento en el paseo del Sr. Geiser por los Alpes suizos. Algo deben tener esas montañas… porque Herr Hohl, que también se atreve con esa quimérica descripción de lo indescriptible, sitúa su descubrimiento en un confuso paseo ¿nocturno? a lo largo de un pueblo suizo perdido en medio de los Alpes.

De la descripción de lo indescriptible a pensar lo impensable hay un paso, el que va de los Alpes a una cabaña en la Selva Negra, en el mapa, puerta con puerta. Pero desde el umbral del límite, a ver, desde el punto de densidad infinita de la Calle Garay no se ven esas cumbres… Hay más libros que se atreven con lo que el Bonaerense no nos cuenta o no conoció o le asustó o… tengo otro de esos libros en las manos: El Levante… miña nai.

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