Estoy empapelando de despropósitos mi
día a día… no tengo muy claro a qué se debe esto de los mausoleos en papel escrito de más
de mil páginas… qué tipo de locura arrebata a quien los escribe, aunque
intuyo que, algunas veces, será la vanidad a espuertas, otras la obsesión, la
mediocridad, el ombligo… y qué tipo de trastorno arrastra a quien se los lee…
sobre todo si hablamos de un tipo concreto de estos librajos de miles de páginas.
Que los hay que nos cuentan cosas hasta
el infinito, como quien dice compendios aventureros de novelas por entregas o
mamotretos decimonónicos llenos de sucesos y acontecimientos, hasta los más
banales e insulsos, sin duda, pero llenos de ellos… y los hay que no, que van
de otra cosa… Ahora estamos con los que van de otra cosa. Algunos están quetecagas
de bien, otros, no!... y entonces es cuando los justificadores de la
mediocridad nos salen con que la entropía, pedantería fashion de
gente cultísima de telediario o suplemento de periódico, chorrada última con la que
pretenden hacernos creer que una mierda de libro de mil páginas es una gran
obra de arte, eso sí, sólo inteligible para algún caprichoso después de pasarla
por la calculadora científica…
Esa otra cosa es con la que estoy empapelando
de gansadas las paredes de mis intestinos… y ya me duelen, carajo…
No me voy a poner con la lista de las
sandeces de mil páginas que me he leído últimamente, también los hay
muy buenos, sería romperos la cabeza… pero sí con el que estoy leyendo ahora,
que resulta que acaba de salir en la prensa esta mañana… Jota Erre de William
Gaddis… en Lavozdegalicia me topé con un panegírico algo tímido sobre el
artefacto…, de genialidad no se hablaba,
pero de indispensable, sí… yo voy por la mitad del artefacto… y es
decepcionante, sin más, que yo de este tipo William me esperó mucho más… y
que
no me vengan con entropías ni ecuaciones alfanuméricas que la literatura es
otra cosa… eso sí, en el articulito de marras no había nada que llevara
a pensar que el comentarista se hubiese leído el libro… nada de nada…
Lo divertido de que Jota Erre sea una cosa
bastante mediocre es que Herr Gaddis tiene esos trallazos
impactantes y memorables que son Gótico carpintero (288 páginas) y Ágape
se paga (118 páginas), a falta de otros que aún no he leído… cosa
seria, espectaculares, al margen de gustos… Jota erre no es nada de
eso (1136
páginas)… no cuaja, le salen grumos, aburre, quiere hacer gracia y no
lo consigue, un desastre… hasta que te vienen con la entropía, entonces deja de
ser un desastre para convertirse, además, en una tomadura de pelo, no por culpa
de Gaddis,
pero sí de sus exégetas… y sin puñetera chispa… parece de esos
experimentos que muy bien pensados, sí, que se ve que la idea de Gaddis va bien
encaminada, pero es que no salen, carajo, ni por asomo, qué coñazo… que bien
pensado pero mal escrito… a lo mejor en 200 páginas habría sido una pasada,
pues posiblemente, pero en más de mil, NO!… Como si viene un albañil y nos dice
que hace una casa con tornillos y servilletas, juo juo,
qué tipo, sí, un genio… pero si nos dicen que tenemos que vivir en ella, ya la
cosa como que es distinta, y tiene mucha menos gracia, pienso… si os digo de
qué va Jota Erre me diréis, guau! qué gachó, un genio… si os digo que
os la tenéis que leer, me dais una tunda… estoy llegando a la página seiscientos…
y voy a acabar. Cuando los de Sexto piso saquen de Gaddis Los
reconocimientos… también me lo pienso leer, a ver qué pasa…
Eso sí, Jota Erre es decepcionante… pero
es que Mason & Dixon es para retirarle el saludo a Pynch… El arco
iris de gravedad me dejó temblando, mimá… de ahí que me pillara Mason &
Dixon. Pues vaya petardo de libro. Impropio de un tipo como…
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