Estoy en plan Maratón… no el que
recomienda Jack Black, que es oírse de carrerilla todita la discografía de Led
Zepellin: el Zeppathon, carrerón que ya me he
pateado mil veces… sino que estoy con otro… el de Herr Thomas… más bestia
aún, porque es como el Zeppathon pero escuchando siempre la misma canción… un vira/vira
de granito.
Puestos a poner un obstáculo en
la vida de cualquiera podríamos poner La Calera, palmaria demostración de
que Bernhard
nunca para de machacar y machacarse… “y así sucesivamente” Aclarar que
calera es una fábrica de cal.
El “y así sucesivamente” es la frase
que más se repite en el impactante librajo del austriaco atroz… después de abordar por enésima vez cualquiera de sus obsesiones que son siempre la misma, Herr
Thomas nos aclara: y así
sucesivamente… quiero decir que Bernhard dice cosas en la línea de
que nos odia a los hombres y a las mujeres y a los hijos de hombres y/o mujeres
y también sus idioteces y sus supuestas ideas y/o pensamientos todos
nauseabundos y en general odia todo lo que le rodea pero sobre todo odia
también lo que no le rodea por lo que odiando lo que le rodea pero también y
sobre todo lo que no le rodea y precisamente por ello lo odia todo dentro y
fuera de principio a fin de este a oeste… y así sucesivamente.
Cada vez que intento decir “y así
sucesivamente” me lío y acabo pronunciando y así sucecivamente… me entra un
terrible ceceo o, a veces, también un terrible seseo... Tengo que
decirlo con paradiña: y así… sucesivamente, para
que me salga bien. Al escribirlo no suelo fallar. Probad vosotros a ver si sois
capaces de pronunciarlo bien, y no os confiéis.
Hace unos años hubo un crimen en tierras
del interior, de por sí terrible… y que, además, llamaba la atención por el
lugar, inaudito, en que acontecía parte de la truculenta y criminal secuencia…
En un libro de Josef Winkler aparece narrada una secuencia similar a dicho
extraño y criminal suceso, punto por punto, vaya casualidad… en La
Calera, también… hombre no!, aquí pasa algo… porque os aseguro que la
así denominada “secuencia criminal” resulta inverosímil… El libro de Winkler es Cementerio de las naranjas amargas, en general un coñazo… El de Bernhard,
memorable, ya sabéis cuál es.
Después de leer La Calera de verdad que
es inevitable pensar que ese grado de enfermedad, me refiero a
cómo y sobre qué escribe Bernhard, es de traca… lo mismo pensé al acabar la
mitad de sus idas de olla, desde Extinción a Tala o desde Hormigón
a Trastorno…
por no hablar de varios de sus relatos. No sé, qué tipo... como en tantos otros libros de Herr Thomas, en La Calera el protagonista está obsesionado con el trabajo intelectual que pretende llevar a cabo, sobre el que gira toda su vida y que nunca conseguirá, ni siquiera, iniciar... moito; en este caso es un libro, que pretende que sea insuperable, sobre El oido. En otro era sobre Mendelssohn Bartholdy... en otro sobre Las capas de aire... y así suce...
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