Peter Handke me tiene pinta
de salir en “El amigo americano”… lo cual, os aclaro, es un piropo de lo
mejores… también me tiene pinta de querer y no poder, o poder y no querer, que
su nivel no se lo pienso discutir… me refiero al suyo que no al de sus libros… parece
de estas gentes que o llegan tarde o llegan demasiado temprano… que se quedan
cortas o se pasan tres pueblos… a ver, que no acaban de…
Los que son de cuidado son los títulos
de algunas de sus novelas. Me topé con Carta breve para un largo adiós…
bonito bonito el artilugio de Alianza Tres. Nada más sentarte, el índice te
aclara que en la página 13 empieza La carta breve, y en la 81 El
largo adiós, que acaba en la 139 con un “escrito en el verano y en el otoño de 1971”. Tras el inaugural
índice aparece un mapa de Estados Unidos con el viaje del protagonista de la
novela trazado… de Costa Este a Costa Oeste: Boston, Providence, NY,
Philadelphia, Phoenixville, Donora, Columbus, Indianapolis, St. Louis, Denver,
Tucson, Salt Lake City, Portland, Estacada, Twin Rocks y Bel Air…
parte en coche, parte en avión. Los que saben dirán que el viaje es la disculpa
para otras cosas de mayor calado artístico… además del voyage, en el libro nos
topamos con cuestiones diversas, tendentes todas ellas en su conjunto al
ombligo o la introspección o como os dé la gana, pero dentro de sí…
Herr Handke da palos y
rociones por todos lados de uno mismo, no hay quien se lo discuta… algunos atrevidos
y sorprendentes, pero… es como si el gachó austriaco tuviera un gafe, que por
mucho que parece que sí, en realidad, el tipo no acaba de cuajar en un libro…
De esto que si fuera fruta pasaría de estar verde a estar podrida… Ojo! que
Carta
breve para un largo adiós no está mal, nada mal, pero… encima,
teniendo ambos libros cosas en común, a mí se me vino a la cabeza, en plenos
miolos, el Montauk de Max Frisch, que aún me tiene
temblando de lo que me gustó, tremendo platillo volante… comparado con el cual
la Carta
breve… sale perdiendo y parece algo menos de lo que podría ser… y cuidado,
porque también tiene un aire con ciertas cosas de Botho Strauss, con el que
también creo que Handke sale perdiendo… ahora que, si quisiéramos sangre a
borbotones, gore literario, sacaríamos de la lonchera al monstruo Bernhard...
y repasaríamos los improperios que le dedica Handke… cosa que no se entiende…
Volviendo a lo de antes. Entre lo de
llegar temprano y llegar tarde también está la posibilidad de no
llegar… Handke a veces es que no llega, se pega la trompada antes, o se
pierde por el camino…
La verdad es que el cotilleo me puede… y
es inevitable repasarle a Handke las lindezas que soltó sobre
el verdadero austriaco atroz, Bernhard, lindezas mayormente proferidas cuando
éste ya no podía contestarle… El tema da para mucho, y queda para otra entrada.
Sólo como aperitivo o introducción nos llega con la andanada que aparece en la
recientemente publicada Correspondencia entre Thomas
Bernhard y Siegfried Unseld, este último editor tanto de Handke como de
Bernhard. Hace unos meses me agencié y leí el tochazo… en una de las notas del
libro (editorial Cómplices) se menciona una de las razzias que le dedicó
Peter a Thomas… “Lo que hace Thomas
Bernhard lo respeto pero para mí no es
literatura” dice Herr Handke con un par de bemoles que no hay quien le
niegue… el caso es que esto es nada si lo comparamos con otros increíbles
lóstregos poco adoraticios que le dedica a Thomas… durante años y años… será
inquina, de esto que si Handke se muerde la lengua muere envenenado… Por
cierto, siendo tantos de sus libros impresionantes, acojonantes y demás superlativos, que lo de Bernhard
sea o no literatura es cuestión poco importante… aunque yo creo que lo es, y de la mejor… Qué
pensará Handke de Céline… o de FranzK…
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