jueves, 26 de enero de 2017

Djuna Barnes/El bosque de la noche


A Djuna Barnes la tienen colocada en una lista… aunque no a ella, a su buque insignia: El bosque de la noche. La lista es, supuestamente, la de lo mejor… y os aclaro que esta floresta trata la Geometría del amor. Echadle un vistazo a las solapas del librajo y veréis lo que dicen del artefacto, no cuatro mindundis, sino Eliot, Greene, Durrell y demás glorias britonas o confederadas…

Puestos a escribir bosques, porque de eso estoy hablando, el de Frau Djuna lo es. Hay otros que no son capaces ni de plantar tres míseros arbolitos y ya te cuentan una de la selva. Pues bien, la tipa Barnes tiene raíz, tronco, hojas y extremidades. Y en ella anidan…

A lo mejor, mirar una fraga o un soto, que a muchos absorbe durante horas, a otros parece la cosa más aburrida e inútil de su última media vida… ahí no entro… pero si cada cierto tiempo te topas, entre la monotonía de una misma especie, la rareza o el hipo, la cosa cambia hasta para quien se aburre con la monotonía, que le parecerá, ahora, distinta: una expectativa prometedora…

Dicen los de la Liga Anti Monotonía que en la variedad está el gusto… y vale el slogan; dices: qué cosa… pero nada menos variado que la fijación y exageración de Herr ThomasB, los temazos inigualables de The Smiths, las obsesiones de FranzK o la rotación de la tierra… y entonces…

No sé a qué viene lo de la monotonía… que El bosque de la noche no tiene mucho que ver con ella. Aunque lo podría parecer, porque, cuando aparecen por escrito esas rarezas que Djuna es capaz de imaginar, lo demás, me refiero al resto del libro, parece… un bosque de la misma especie…

Hay quien lo cuenta, lo numera, lo mide todo… me dicen que las proporciones son 90 y 10… y que Frau Barnes lo mismo pudo haberse olvidado del 90% de El bosque de la noche, no haberlo escrito, que toda esa extensión es de monocultivo… y que sólo el restante 10 %, que dedica a las sorpresas, vale la pena… Qué manía.

Ahora me vienen los apóstoles del ¿Slow Life? y demás paridas anti heterodoxias, que también lo cronometran todo, aunque sea para ir, supuestamente, a otra velocidad… y me dicen que del Bosque de Frau Djuna lo que vale la pena es la parte de masa arbórea uniforme, la mayoría de lo escrito… pero no las rarezas y excentricidades que, cada equis páginas, saltan, se manifiestan y lo arrasan todo, también la tranquilidad de estos tipos… Un lío.

No estoy muy entrenado en silvicultura… pero varios de los árboles que te topas en el bosque de Djuna Barnes parecen únicos. Lo que no tengo muy claro es si son reales o truchos, digo falsos… aunque lo mismo da, que si me dicen Djuna, de árboles nada, que a mí se me viene al mejunje El conformista, hablo de la peli...

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