Hay una grabación de 1929,
un documental con un no sé qué de propagandismo kitsch, que pasea las cuatro
provincias gallegas, como si las quisiera vender… en ese año, me diréis, y las
cuatro, os digo. Lo mejor es por dónde entra el platillo volante. No viene por
mar, que entra pisando piedra por O Cebreiro, plena Escandinavia,
que esto ya lo he explicado y me niego a repetirlo, haber venido a clase (pinchad)… Desde
O Cebreiro puedes bajar en plan oficial rumbo a Samos… o puedes tirar al monte
y perderte por Zanfoga, Castro Romeor, Visuña, Ferramulín y demás etapas del descenso
hacía la caverna. Muy recomendable el ciclo…
Debí repasar mil veces esas imágenes de Un
viaje por Galicia, hablo del filme, que está en internet por cortesía
de alguien… y me quedo corto con lo de mil, lleno de optimismo, por si se me aparecía
la sombra de Ferrín, por si sentía temblar la tierra presa de una parrafada
del tipo
Cid… por si las imágenes se anticipaban a los hechos… En el año 1929 no
me había dado tiempo de instalar el gran monolito conmemorativo que planté en
pleno Ancares tras leer Elipsis e outras sombras… tampoco se
podía oír ese año el alarido que aún retumba tras enterarse uno de lo que vale
un slalom
sin rumbo fijo de Xosé Cid
Por ese mismo lugar de O
Cebreiro, mirador entre Ancares y Courel, se vino Luis Bello, también en el
año 1929… seguro que conocía a los que estaban filmando… Lo suyo era patear la
trocha, os vieiros. El librajo que luego escribió lo vi y ni sabía qué cosa era…
hojeando, me pudo la pinta y, al ver el mapa del periplo, cuánta sierra, me
puse con él, que parecía el itinerario de las escapadas senderistas de
cualquier estresado de hoy: Viaje por las escuelas de Galicia
suena a vaya coñazo o a encargo burocrático o a itinerario de funcionario
catastral o a cualquier cosa salvo a algo interesante… pues no… si en
vez de Bello lo escribe Bruce Chatwin estamos ante un indispensable,
así somos de esnobs, yo el primero empatado con cualquiera de vosotros.
Bello no se parecía a Chatwin
ni en el apellido… en todo caso, se parecería a Giner de los Ríos y demás
decantaciones pedagógicas del momento… el libro, aparte el ramalazo
bienintencionado de inspección docente, te mete, y de qué manera, donde ya no
se puede ir, en otro mundo… en el que están la gramática y los berrinches
con los que se pergeñan esas imágenes que descansan sumergidas esperando que un
tipo de los que saben de verdad las plasme en su arte y entonces es el acabose
porque emergen y deslumbran y flipas… como quien cierra los ojos y ve. Punto.
Una cosa me lleva a... se me dio estos
días por darle vueltas a la Colina Primordial… pero no la Egipcia,
la otra, más cercana, como si intentas orientarte en el Pico Formigueiros… Hay
que imaginar
el mundo anegado: cuando recién empiezan a bajar las aguas ves aparecer
montañas
como Ferrín, como Cid… o como Francisco Taxes, que es
inevitable no acordarse de semejante pirámide de granito, que el documental de
1929 pasa por Cereixo, terruño del Gachó Taxes.
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