Llevo más de año y medio que no me
entero de nada… se me dio por aislarme. No como aspiración o boutade o cosa que
se dice y no se hace. Nada de eso. Aislarme como profesión... Me diréis que
está muy visto. Pues sí. Como el respirar… Y a ver qué pasaba. La cosa en
serio, a fondo, niquelada. Como quien se encierra en el trastero, o se
embarca consigo mismo, o se va al monte y tala un castiñeiro con los piños, con
los dientes, cada día un mordisco más y un problema menos.
Y pasó de todo, miñanai. Añoymedio
Veo que la última entrada del blogue es
de abril de 2017… Lémbrome de una cosa: cuando terminé el libro de Herr
Chapela se me dio por recordar...
Como
ahora:
aquellos días había coincidido con un Compinche que me espetó que, en cuanto a
eso de leer, él andaba detrás de biografías, confesiones, memorias y otros
hipnóticos, y que de novelas estaba hasta las narices. Sin más,
cansado, apático… y rebelde. Yo estaba hasta las raíces… o eso creía. Porque se
me dio por repasar las lecturas que había ido amontonando durante los últimos
meses: y novelas, si es que eso existe, había, claro que sí… pero las menos. No
me entero de mí…
Lo de encerrarse en el trastero
(de por vida) es algo que me tiene loco. Le haría un monumento
escondido entre la maleza y que nadie vería nunca. Profesional. El monumento lo
haría sin ayuda y luego intentaría olvidarlo. Lo cuenta varias veces Kenzaburo
Oé, lo del trastero. Tremendo. En El grito silencioso. En Dinos
cómo sobrevivir a nuestra locura… Con el tipo Oé no se sabe qué pensar,
deben ser varios Kenzaburos o un Oé múltiple. Porque lees La presa y qué desastre,
casi bochorno, es que no… pero te pillas El grito silencioso o Dinos cómo
sobrevivir a nuestra locura o… y cuidadito. Estos dos libros, como si fueran
uno: mismo acojone. Mismo paisaje, misma demencia, misma soledad, de por vida.
Buff. Como si Oé hubiera presagiado a Bernhard, tal cual un guión para que
el austriaco atroz se explayase. Cosa que luego Herr Thomas hizo a ras de mugre
y ofuscación.
Como
ahora:
hay un momento en que con Dino Buzzati subes hacía la
fortaleza desde la que vigilan, en El desierto de los Tártaros. Pero
cómo subes: viéndolo tú todo, no leyéndolo. Y viéndolo de
esa manera… que luego no lo olvidas, que se te queda todo grabado en la
mantequilla neuronal. Que me expliquen cómo se hace eso. Lo mismo me pasó con Julien
Gracq, acercándome a En el castillo de Argol… que hay
tipos que escriben con la cámara. Y con varios otros y sus libros… Así también
Oé cuando le sale. Lo mismo que los anteriores. Claro que sale pocas veces,
pero cuando sale… Y pasa que Buzzati, Oé, Gracq, etc. escribieron
cosasquepaqué, pues vale… pero ahí queda lo otro.
Oé no filma una subida a una
fortaleza, como Dino Buzzati; él filma la salida, en pendiente: descendente,
hacía abajo, de un pueblo…
Por ahí caigo yo a diario, a rolos.
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