Volvimos a Todtnauberg… ¿? cuidado
con la estupidez… y encima va y lo cuenta… en plan de ésta sí que no se me escapa
retratar la guarida del Ogro, que para eso lo tengo todo preparado, que
consulto el tiempo online y espero el día idóneo, por la absoluta ausencia de
nubes, y me dejo caer por la comarca bien pertrechado de pedantería e idiotez y
cámara de fotos y una cierta y vaga idea de no irme a parar ante amenazantes
carteles de prohibido el paso como ya hice, acojonado y flojo, hace un tiempo,
ocasión en que parecidos impulsos nos subieron al coche y alienaron
kilométricamente: (clic aquí)...
No señor, que de esta vez la cosa llamada
estupidez me lleva hasta la cocina su madre, barra libre, frei alkohol, a cara
descubierta, a plena luz del día, achtung, meu! tres escalones, bonita
cabaña, preciosa la fuente de madera… sí que es bonita la dichosa fuente con su estrella
cuadrada bien labrada en sabe dios qué madera noble y resistente… jopé
el Ogro,
cómo se las gastaba, vaya vecindario y qué paseos que se largaba por el sendero
panorámico, ahora señalizado para turistas, cosa ciertamente atacante, y que
recorrimos cumplidamente, pues eso… y otra vez el poeta que se me viene al
magín, que qué carajo pintaba aquí el abúlico, y genial, Paul Celan, es que no se
entiende, mejor tirarse al Sena un día de crecida y sin saber nadar… del
encuentro entre el Ogro Martin, la cabaña, la fuente y el Abúlico genial hay
testimonios de todo tipo… creíbles e increíbles, impresos y filmados, y todo a
la venta… pa tirarse al Sena, vamos
Luego está la cuestión del miedo,
que eso de la desobediencia, pasadas determinadas latitudes donde se acostumbra
a cumplir la norma así como voluntariamente y sin coacción, lleva a que se
sienta con un poco más de rigor montuno, el miedo digo… de esto que te cogen
haciendo una inocente fotito en la cabaña del Ogro, trastada
absolutamente estúpida y desaconsejada en idioma tedesco, entiéndaseme que en indiscutible
y anunciadísima propiedad privada, y estos tipos rubios van y encienden las
hogueras, sacan la marmita y se te ponen a festejar la noche de Walpurgis a
fuego lento y punto de cocción propiamente calculado para que el suplicio
seborreico dure hasta el amanecer…
Entonces estaría bien pensar qué harían
con el tipo este que ni me atrevo a colgar su foto, que os pongo el enlace (pinchad aquí), que va el gachó y en vez de hacerse una fotito inocente prefiere encaramarse
despelotado al techo de la dichosa cabaña del Ogro para que lo
retraten... enmascarado, eso sí… con lo que pierde nuestra inicial admiración,
que esa foto o se hace a cara descubierta o no se hace, atontado, Tonetti,
panoli…
1 comentario:
¿Te quieres hacer famoso insultando a los grandes o se trata de algo personal (te pisó el pie en un tren, consiguió lo que tú no conseguirás jamás, etc.)?
Publicar un comentario