De Rodolfo Walsh, escritor hasta ese día
desconocido para mí, le oí hablar a Ricardo Piglia en sus decepcionantes
clases
de
Borges por Piglia…
Recién al comienzo de estas inservibles conferencias sobre Borges, tan poco interesantes que cuesta creerlo, Herr Piglia contaba la boutade de David Viñas, que dijo eso de “si me apuran, digo que Walsh es mejor que Borges”… comparando, supongo, sus habilidades literarias… No está mal el comentario… pero, ¿Walsh?... Voy por partes, que a Roberto Walsh acabé leyéndolo a base de… y algún susto.
Me topé un día en el suplemento cultural
de turno el típico artículo sobre las excelencias de la literatura de este o
aquel país que lee el típico subnormal como yo... Les tocaba ese día a los argentinos de ahora, no a las vacas
sagradas de hace años… Ya lo he contado: lleno de ganas me pillé varias de las
recomendaciones, Piglia, Cohen, etc., y me pegué unas cuantas trompadas; también
algunas alegrías…
De Ricardo Piglia recomendaban varios
libros, Respiración artificial, a pesar de no sé cuántas trampas, me
dejó lelo, una pasada… recomendaban de él, también, unas supuestas clases
magistrales
en televisión, sobre Borges, indispensables según el
articulista. Articulista que apuesto a que o no vio las clases o no leyó a
Borges o ninguna de las dos cosas, porque son tan insípidas que sobra cualquier
comentario, a mayores del bostezo o el bufido, según el personaje; yo bufé… Quien
quiera salir de dudas que las busque en internet, están por todos lados… veréis
lo que es hablar mucho y no decir, apenas, nada…
De las contadas cosas que se dicen a lo
largo y ancho de esa extensísima planicie de discurso trillado y lluvioso
sobre Borges, una es la ¿boutade? de Viñas… que se me quedó colgada de
las naringes… Eso sí, que un tipo como Piglia, que escribe como escribe y sabe
lo que sabe (cosa seria), no tenga nada que decir, me refiero a algo
mínimamente interesante, brillante o lo que sea salvo aburrido y casi banal,
sobre Herr Borges, de verdad, cuesta creerlo… Si se entera Octavio
Paz, va y lo expulsa del jurado…
De Herr Octavio Paz cuentan que,
formando parte del jurado de un importante premio de poesía, exigió que los
demás miembros del mismo, varios de ellos conocidos escritores, defendieran, durante
al menos quince o veinte minutos, por qué elegían tal o cual libro como
merecedor del galardón, no en base a comentarios de tipo emocional, general o
abstracto, sino que se explicaran, argumentaran, justificaran… a ver, que
no tocaran de oídas ni amagaran, que esto iba en serio… varios no
supieron ni pudieron hacerlo. Se les dio puerta, ruta, fóra do coche… Glub,
mira
que si me cierran el blog…
Me estoy perdiendo… Leyendo ¿Quién
mató a Rosendo? de Rodolfo Walsh acabas incorporándote
al mecanismo
austral de autosucción y propia eliminación, como el ombligo del
ombligo que gira sobre sí mismo y se acaba destruyendo… Mucho cuidado con esto,
porque termina con uno.
El libro de Rodolfo está muy bien, mucho…
el caso es real y poco edificante… la investigación, la exposición de los
hechos, sus implicaciones y consecuencias, que lleva a cabo Herr
Walsh, es una gozada, pormenorizada y absorbente, te la comes a
cucharones, unodostres… te acabas el libro, sí, con ganas de saber
más… y te pones a buscar: y vengan sustos, mugre, muertos, infamia… tiros por
la espalda, panfletos, torturas, cuartelazos, asonadas, traiciones… el caso del
propio Walsh, su participación en según qué cosas, su desaparición… y acabas pidiendo tiempo
muerto… agotado y tristón, porque todo esto es real, granito enorme que se te derrumba
encima, qué miedo… no mera literatura o entretenimiento
de niños bien.
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