domingo, 17 de abril de 2016

Mishima en El Ojo sin Párpado...

Hay una cuestión de tantas que, según con quién hables… da para romperse la cara a garrotazos torpeza propia de gente participativa.

Por otro lado, a qué se debe que Yukio Mishima aparezca en la colección El Ojo sin Párpado… ¿al Trust o a qué?

No me quiero dar por engañado, pero… dicen que si tenemos un poco de algo y luego juntamos mucho del mismo algo… ese algo acaba convirtiéndose en otra cosa. Se dice que si concentras mucha energía en una piedra, pero mucha mucha, puede surgir la… en su día concentré toda la energía que pude en una habitación; fue algo increíble, ya lo conté, a medio camino de Corcubión.

No sé si lo de los cambios de cantidad/calidad es un truco, una regla o su excepción, una mentira o qué… el individuo es uno, la masa también es una, creo… pero la multitud son... dicen que varios.

Cuando leí el primer libro de la colección El Ojo sin Párpado no pude intuir que algo se escondía en ella… Cuando me puse con el segundo, sin seguir orden alguno, tampoco… ahora no tengo duda, y no llevo ni la mitad. Cuidado… llega con repasar las cubiertas para saber dónde, cuándo y cómo acontece el cambio de algo a otra cosa.

Para mí que lo que sucede con este artilugio en forma de Colección de librajos la mar de bonitos es una Espiral de esas que te llevan de lo patente a lo latente… o, si queréis, de lo literal a lo… no sé cómo explicarlo; quien tenía que entender supongo que ya entendió.

La perla y otros cuentos es una gozada… la edición original de El Ojo sin Párpado del trallazo de Herr Mishima llega con verla para quererla… Luego está el porqué que justifica ver juntos a Mishima y a Nodier, Machen, Barón Corvo, Crowley, Le Fanu, lo gótico, lo germánico, lo anglosajón, el terror, lo fantástico y turbulento en plan XIX y alrededores… qué mejunje. Todos con unas cubiertas, o portadas, o envoltorios, que nunca me aclaro, que para qué resistirse al hachazo del impulso de posesión.

Un día de suerte máxima me topé con la colección casi entera… me pellizqué, me rasqué la cabeza, las meninges y el bolsillo por si era una visión o una pesadilla consumista. Ahora, con cierto miedo, voy leyéndolos, por parroquias, en pequeñas dosis, no más de dos seguidos… no me vaya a colar por el caño de la espiral y me quede medio tarumba. Lo de la pesadilla consumista es terrible… estos libros son muy bonitos, pero… Cualquier día los cuelgo todos, hoy no.



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