jueves, 20 de abril de 2017

Chapela/Lémbrome… de mí.

Vaya carrerón que te pegas si te pones a leer según qué libros… vengo de verme y lembrarme mientras leía el periplo de Herr Chapela por todo tipo de luminosidades y remolinos de hace unos cuantos años… desde Drazen hasta… todo a golpe de pulsaciones y postales. Me pasó lo mismo leyendo Mil días de Roxe de Sebes, quiero decir que me vi y me repasé con el libro de Ignacio Castro en las manos… a ver si esta va a ser la amenaza de Gil de Biedma: los dos versos palmarios que cuando por fin los entiendes, ya es demasiado tarde…

Seica la cosa o idea surge en Georges Perec… de quien me había leído dos libros insignificantes cuando un CompincheM me contó que estaba empezando La vida instrucciones de uso y decidí ponerme a la cola y pillarme el librajo famoso de Perec… cuando lo acabé, lémbrome de que me dije que vaya pasada lo que había parido Georges, tremendo despliegue… y qué castigo que en el libro convivan esas dos posibilidades que son lo insoportable y lo insuperable… aunque no mezcladas en un confuso ungüento, que pasa muchas veces, sino bien separadas… que hay partes del libro que son un desierto de descripción banal e insípida… y luego están las otras, que son espectaculares, una pasada Perec… el caso es que me acuerdo sólo de las buenas, será trampa mía… o mérito del autor.

Las postales del gachó Chapela parten de un centro, que intuyo es él, y se propagan en todas direcciones, a franquear en destino… como quien dice volando entre un torbellino y el Free me acordé de Cecil Taylor, que es lo mismo que elegir un libro de Arno Schmidt. Lo de partir del centro podrá parecer tontería pero es lo más importante… muy distinto es hacerlo desde el margen… con la aguja imantada no se juega. De tanto que tuve que franquear, vaya incursión de estímulos y apremios, tengo el antebrazo molido y el matasellos ciego. Y varias dudas, porque muchas de las contiendas e idilios que fotografía Herr Chapela yo no las conozco y no sé dónde colocarlas dentro de este todo.

Las imágenes van numeradas del 1 al 500 a la profusión de direcciones por las que surcan los recuerdos de Lémbrome hay que añadir sus distintos ritmos y la facilidad con que pasan de lo patente a lo privado o casi hermético… lo mismo le metes un triple al Caserta que te ves sentado a una mesa a la que no estás invitado. Acabando, el librajo trae unas páginas en blanco y el ofrecimiento para que el lector las rellene con sus particulares “lémbrome”… yo, más que de recuerdos, las cubrí de preguntas. Como una montaña en horizontal… El último de los pantallazos, el número quinientos, además de tener miga, está en su sitio, avisando del cambio... Recuerdo un cuento de Nabokov en el que el final coincidía con el comienzo, palabra por palabra, con lo que el relato volvía a empezar al terminar, un juego rizado, como una banda de… en el caso de Lémbrome: el juego es el contrario, comienzo y fin se niegan, no se tocan… como estar a salvo y, luego, dejar de estarlo.

martes, 4 de abril de 2017

Un viaje por Galicia… Ferrín/Cid/Taxes/Bello


Hay una grabación de 1929, un documental con un no sé qué de propagandismo kitsch, que pasea las cuatro provincias gallegas, como si las quisiera vender… en ese año, me diréis, y las cuatro, os digo. Lo mejor es por dónde entra el platillo volante. No viene por mar, que entra pisando piedra por O Cebreiro, plena Escandinavia, que esto ya lo he explicado y me niego a repetirlo, haber venido a clase (pinchad)… Desde O Cebreiro puedes bajar en plan oficial rumbo a Samos… o puedes tirar al monte y perderte por Zanfoga, Castro Romeor, Visuña, Ferramulín y demás etapas del descenso hacía la caverna. Muy recomendable el ciclo…

Debí repasar mil veces esas imágenes de Un viaje por Galicia, hablo del filme, que está en internet por cortesía de alguien… y me quedo corto con lo de mil, lleno de optimismo, por si se me aparecía la sombra de Ferrín, por si sentía temblar la tierra presa de una parrafada del tipo Cid… por si las imágenes se anticipaban a los hechos… En el año 1929 no me había dado tiempo de instalar el gran monolito conmemorativo que planté en pleno Ancares tras leer Elipsis e outras sombras tampoco se podía oír ese año el alarido que aún retumba tras enterarse uno de lo que vale un slalom sin rumbo fijo de Xosé Cid

Por ese mismo lugar de O Cebreiro, mirador entre Ancares y Courel, se vino Luis Bello, también en el año 1929… seguro que conocía a los que estaban filmando… Lo suyo era patear la trocha, os vieiros. El librajo que luego escribió lo vi y ni sabía qué cosa era… hojeando, me pudo la pinta y, al ver el mapa del periplo, cuánta sierra, me puse con él, que parecía el itinerario de las escapadas senderistas de cualquier estresado de hoy: Viaje por las escuelas de Galicia suena a vaya coñazo o a encargo burocrático o a itinerario de funcionario catastral o a cualquier cosa salvo a algo interesante… pues no… si en vez de Bello lo escribe Bruce Chatwin estamos ante un indispensable, así somos de esnobs, yo el primero empatado con cualquiera de vosotros.

Bello no se parecía a Chatwin ni en el apellido… en todo caso, se parecería a Giner de los Ríos y demás decantaciones pedagógicas del momento… el libro, aparte el ramalazo bienintencionado de inspección docente, te mete, y de qué manera, donde ya no se puede ir, en otro mundo… en el que están la gramática y los berrinches con los que se pergeñan esas imágenes que descansan sumergidas esperando que un tipo de los que saben de verdad las plasme en su arte y entonces es el acabose porque emergen y deslumbran y flipas… como quien cierra los ojos y ve. Punto.

Una cosa me lleva a... se me dio estos días por darle vueltas a la Colina Primordial… pero no la Egipcia, la otra, más cercana, como si intentas orientarte en el Pico Formigueiros… Hay que imaginar el mundo anegado: cuando recién empiezan a bajar las aguas ves aparecer montañas como Ferrín, como Cid o como Francisco Taxes, que es inevitable no acordarse de semejante pirámide de granito, que el documental de 1929 pasa por Cereixo, terruño del Gachó Taxes.

lunes, 20 de marzo de 2017

¿Borges o AntiBorges?/Emporio Celestial de…


La primera vez que me ventilé Otras inquisiciones, hace ya tiempo, ni me enteré de que por allí andaba el Emporio Celestial de Conocimientos Benévolos el nombre se las trae… con esa enmienda total del saber… es que ni idea, lo pasé por alto. Está muy bien eso de que ciertas cosas, no sé si el conocimiento es una, reconozcan que pudieran ser una trampa, un chiste… un simulacro. Un ¿orden? aleatorio que damos por bueno y único dentro de una infinitud de otros que obviamos porque sí… vaya perogrulladas las mías… por este camino de la enmienda total se llega, si el cielo está despejado, a ver la montaña, la cueva, el océano… y a Herr Bernhard, que es la disolución.

Cuando a los acólitos acérrimos de la ciencia y la tecnología les dices que, en ocasiones, confunden un mapa con el territorio que describe ese mapa (confusión de base extendida hasta el aburrimiento) al comienzo no saben qué contestar, ante la trompada a encajar… al rato se dan cuenta de que se han pasado la vida confundiendo los pósteres de chicas con las chicas… a la semana caen en la cuenta de que ellos mismos han sido biología pero no biografía… plasma pero no horizonte… no sigo, que esta avalancha de (falta de) ¿realidad? nos pilla a todos y nos esnaquiza.

La segunda vez que leí Otras inquisiciones no pasé por alto el Emporio Celestial porque iba sobre aviso… el aviso te lo da Michel Foucault u otros, que está de moda. Si sigues la propuesta clasificadora de Borges, que anula al propio Borges, desembocas en la verdad que, entre otros, expone Claude Lévi Strauss en sus libros sobre lo primigenio, pantallazo que te cura de tu ombliguismo y pedantería por una buena temporada… que la lista de Jorge Luis no es otra cosa que una propuesta más de entre todas esas taxonomías esenciales que ni vemos ni oímos porque no las anuncian en las rebajas de uso… A Borges también lo midieron y pesaron con escala única y a la contra, esa hoguera arde en Antiborges… no sé, estos empeños tan de dirección única me dejan sin ganas, sin saber si hay que ceder el paso, hacer un trompo, pasar por encima… o partirse de risa circulando en paralelo.

La tercera vez que leí Otras inquisiciones no sé qué pensé porque no lo recuerdo… pero la cuarta vez que lo leí ya el Emporio de Borges Benévolos me estaba tocando las morales de Conocimientos Celestiales… y todo me parecía una broma algo cursi…

Entonces: la pulla de Herr Borges en forma de lista podría ser propia de la selva o el desierto... y aparecer entre las que se recogen en El Pensamiento salvaje… ahí sí que sí lo esencial brota y borbotea y llena de borrones y aspas rojas la Historia Universal del Conocimiento tal y como es contada: a saber, mal. Aunque El pensamiento salvaje lo leí sólo una vez… no cuatro. En cuanto a Borges y Antiborges, observad cómo Jorge Luis nos vigila del derecho y del revés...
 

martes, 28 de febrero de 2017

Cid Cabido/O intercepto… Onetti y Ferrín.


Ayer empecé La vida breve, de Onetti… voy con miedo... La cosa es como sigue: el meollo sería Juan Carlos Onetti… lo(s) demás, puesto a cortar por lo sano, son matices y campañas publicitarias y fotogenias y caprichos y luchas de colores y paridas de niños bien jugando a malotes o a bohemios... Basta con pillarse de Onetti: El astillero, leerlo, asombrarse, no creérselo de tanto arte ahí metido… y al terminar la maravilla, algo te dice que hay que hacer justicia… y te da la risa con que si Gabo, Cortázar, Varguitas, Fuentes y resto de vedettes del ¿Boom?, todos unas máquinas, sin duda, qué tipos y qué librazos, pero es que Herr Onetti y te mosqueas con el intríngulis de la fama de unos y otros… y piensas en el abismo que separa la oportunidad del oportunismo… que ahí les duele, meu.

Cuando acabe La vida breve veré si me trago mis palabras y tonterías… o si sigo con ellas y os trazo el mapa verdadero del así llamado Boom, esa broma mercantil y burbujeo literario, ese atolondramiento contable en el que se confunde el debe con el haber de muchos de sus miembros más destacados. Sí, sí… las cuentas claras y el chocolate…

Pero es que yo vine a hablar del libro de Cid Cabido que este tipo sí que es un mapa verdadero. De perfil o de alzado, a cámara lenta, en 3D o en barbiartúrico. El sinsentido convertido en ecuación exacta y armoniosa. O intercepto es arqueología y márgenes sin un centro y localizaciones sin ubicación… y mucha suerte porque, siendo el primer libro del tipo Cid, no hay quien lo vea ni lo encuentre ni nada de nada hasta que te enteras de que una librería de Noia lo tiene esperando por ti desde 1985 y te coges un apuro serio, y también un taxi, no te lo vayan a levantar.

En O intercepto, que contiene diversos relatos, hay varias de esas ¿cosas? que escribe Herr Cid y que no tienen nombre conocido ni parangón sobre el papel salvo la gloria y que a mí sólo se me ocurre anunciároslas como eventos radicales consistentes en invenciones, parrafadas o especulaciones de indudable gusto, tensión, prestancia… hoy estoy en plan académico y eufórico… que varias veces ya os he dicho que es de lo mejor que te puedes topar publicado en forma de libro: Boom Cabido.

En estos relatos, Xosé Cid avisa de las pirotecnias, de cómo se las va a gastar cuando se suelte la melena en sus próximas obras… no sé si construye el futuro o desentraña el pasado, ni idea… pero Méndez Ferrín lo vio venir o lo escuchó llegar y le hizo señas y, también, le escribió el prólogo del librajo… En dicho prólogo, Ferrín cita tres cuentos, según él, perfectos, de la literatura universal… así, como si fuera un tiroteo y todos al suelo que me ciego y no sé lo que hago que os mato a toditos todos: Sobre el agua, Continuidad de los parques y O encalantro… luego, tras citarnos estos tres perfectos universales, se centra en algunos de los relatos de O intercepto A mí, el que da título al libro me recordó a Joe Gould y su secreto… y el libro entero a lo que iba a escribir Herr Cid en Foumán, O camiño de Middelharnis, Blúmsdei, Copenhague… moito.

lunes, 20 de febrero de 2017

Lindqvist/Exterminad a todos los... civilizados.


Este librajo de Lindqvist, sobre el Exterminio y sobre, también, El corazón de las tinieblas de Conrad, es…

Habría que tomarse en serio algunas cosas… pero mucho cuidado con qué cosas nos tomamos en serio. Porque si nos tomamos en serio las cosas serias no queda otra que, visto lo posesivos y ombliguistas que somos en nuestro papel estelar de primeros del mundo, pues no quedaría otra alternativa que coger y corregirnos, en el sentido de, muertos de vergüenza ante lo estupendos, ¿humanistas?, pedantes y espléndidos que somos, decidir hacer algo sensato y que cada uno se pire ya mismo directo al tacho de la basura…

Lo anterior, corregirnos desapareciendo, estaría totalmente justificado por la decencia, la generosidad y cierto sentido del decoro y la justicia… pero totalmente en contra de nuestro instinto de super estupendo que soy, que otros dicen de supervivencia…

Entonces la regla vital es que sobre las cosas serias pensamos de coña y sobre las coñas o banalidades: pues pensamos en serio y escribimos tratados y damos conferencias y moralizamos y debatimos y nos forramos todos y nos tranquilizamos todos y nos entretenemos todos y dogmatizamos todos y nos hacemos las víctimas todos y elucubramos todos y todos desviamos la atención recreativamente para no pensar y tomar decisiones en cuanto a la salida única que sería corregirnos…

Sven Lindqvist escribe en serio sobre las cosas serias… y así no se puede, meu, porque se te saltan los colores ante tu falta de vergüenza. Te pone en un brete: empezar por uno mismo e intentar cambiar a mejor en un gesto de equidad… o, bien, olvidar el libro de Lindqvist Y claro, siguiendo el instinto de supervivencia y autocomplacencia: olvidas el librajo de Herr Sven… todo esto resumiendo.

Resumiendo quiere decir que de tanta razón que lleva Sven y de tan esclarecedor que es su "Exterminad a todos los salvajes" y de tantos y escabrosos ejemplos que da de nuestra degradación colectiva… y de tan impresentables que resultan, visto lo anterior, varias de nuestras esencias e interminables etcéteras… pues el libro me encantó, me impactó… y a los tres minutos me olvidé de él ¿instintivamente, voluntariamente? porque, si no me olvido de él: no se me ocurre otra solución salvo la más drástica… resumiendo.

Herr Sven repasa lo que todos sabemos y, a pesar de ello, todos ignoramos, no sé si voluntaria o instintivamente, o ambasmente. Será por supervivencia. Porque saber e ignorar vienen a ser lo mismo aunque parezca imposible porque todos sabemos y conocemos nuestra mugre exterminadora y todos hacemos como si no la conociéramos con lo que, más bien, la ignoramos y podéis mirar a otro lado pero os recuerdo que sois unos impresentables lo mismo que yo… resumiendo. Si no lo hiciéramos, me refiero a ignorar lo que sabemos, ya no seríamos.

Cuando leí El corazón de las tinieblas me llevé la gran desilusión que se llevan todos los que lo leen pensando que van a flipar, porque es que no… decepcionante… tras leer "Exterminad a todos los salvajes", que, tomando como punto de partida el libro de Herr Conrad, realiza un desinfectante resumen de vilezas y compendio de la infamia humana, el libro de Conrad te sabe distinto, mucho mejor… luego, al instante, me olvidé de "Exterminad a todos los salvajes", vaya sermón el de Herr Sven… y volví a la pedantería ombliguista de siempre. Miña nai… qué desastre y complacencia. ¿habrá que corregirse? La Corrección supone la desaparición… por lo menos según alguna de las versiones sobre los límites de dicha correción.

El libro de Lindqvist empieza y acaba con el mismo rrafo. Al empezar, no entiendes bien, en toda su magnitud, dicho párrafo… cuando, al acabar el libro, te lo vuelves a topar, ahí sí, te da una bofetada que… necesitas olvidar al momento, por puro instinto de…Mañana mismo vuelvo a leer el libro de Herr Sven, a ver si así no me olvido de lo que cuenta... pasado mañana también lo leeré, y al día siguiente... y así sucesivamente.
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