martes, 27 de octubre de 2015

Bachelard/La imaginación de la materia

Volvemos adonde hemos estado tantas veces… a la desorientación más absoluta. Según el día, una misma pregunta, por ejemplo: ¿por qué en la costa uno mira siempre al mar y nunca a tierra?, me puede parecer una chorrada motriz o todo lo contrario…

En plena orgía psicoanalítica, Gaston Bachelard se puso a psicoanalizar a los elementos… el fuego, el agua, el aire y la tierra. Ole sus güivos; un respeto… El resultado de estas “científicas” investigaciones fue aplaudido mientras duró la fiebre Freudiana y vituperado cuando ésta había acabado y parecía indiscutible que las piedras ni soñaban ni padecían complejos o traumas…

Como teórico, investigador o urdidor de verdades positivas no sé qué fue de Gaston… pero como escritor, soñador, ente espacial y especulador sin límites,  Herr Bachelard es un portento, un mago, un visionario... se te abren cien puertas de golpe donde antes sólo había una tapia… asunto inclasificable.

El agua y los sueños, ya nos lo indica su autor a continuación, es un ensayo sobre la imaginación de la materia… sin comentarios, la gloria. El viaje al que invita Bachelard es anterior en medio siglo, y muy parecido, a alguno de los que realiza el fenómeno Peter Sloterdijk, el caso de sus Esferas… viajes/librajos memorables llenos de enigma, belleza y una especulación tan atractiva y sorprendente que uno se ilusiona con la posibilidad de que todo sea verdad… que lo es. Con el amigo Bachelard estamos en la misma… escritores mayúsculos que van y te los etiquetan de otra cosa más repelente aún (filósofos, qué patada, meu…) y entonces es como si a alguien que quiere oír una nana le ponen a John Coltrane y dice que esa música es la peor nana que ha escuchado en toda su vida…

Pues lo mismo… El agua y los sueños no es ni una nana ni un sesudo y estructurado y comparativo y analítico estudio sobre nada de nada… a lo mejor lo fue, posiblemente, pero ya no lo es, los años le han sentado de maravilla… que ahora es otra cosa, una pulsación, una bonita ida de olla, fluida y envolvente. Con sus momentos de aburrimiento doctrinal, inevitable en pájaros de este tipo, y otros muchos que hay que ver qué maravilla lo que nos pone por escrito el Gachó Gaston…

Bachelard se nos mete en un Jardín de Flores Curiosas y parece que se las conoce todas… la imaginación de la materia, anterior a la de la forma misma, está ahí plasmada… quien no se lo crea que no coja el libro. Yo, después del despliegue que te encuentras en éste, pienso seguir con los otros tres elementos… Psicoanálisis del fuego; El aire y los sueños: ensayo sobre la imaginación del movimiento; La tierra y las ensoñaciones del reposo; La tierra y los ensueños de la voluntad… no sé, este tipo es tremendo… si hasta se pone con La poética del espacio

jueves, 8 de octubre de 2015

Nooteboom/ ¡Mukusei!/ Rituales... en Santiago

De Cees Nooteboom, el hombre candidato al premio, me contaron hace tiempo sus supuestas excelencias… y me dijeron que me pusiera con él, que me iba a gustar, especialmente a mí…  cosa que, lo del “especialmente a mí”, me dejó sin saber qué pensar… a estas alturas, años después, sigo sin tener idea…

De aquella me pillé el de cubierta más bonita, puestos a curiosear mejor hacerlo en plan enamorados… de siempre preferí un sorbete de vainilla a un cardo. Resultó, al final, que de La historia siguiente lo mejor era la cubierta… también alguna que otra andanada, lanzada a discreción, sin pensarse mucho las consecuencias, de verdades de verdad, de las que duelen si te eligen o si te rechazan, de las que hacen pupa si te dan de lleno lo mismo que si pasan de largo y te dejan tirado… de las que no hay cómo encontrarles su lado bueno.

Mientras seguía pensando en el “especialmente a…”, tics de la vanidad… me puse con un segundo librajo de Herr Nooteboom… miña nai, qué despliegue. A las dos páginas estaba de rodillas, en posición de seguridad, bajo un pupitre imaginario, sin tener muy claro si lo que hacía era protegerme de un terremoto o de un kilotón de rabia plutónica… Rituales se me quedó grabado entre los miedos que nunca se te olvidan. Qué cosa… Arnold y Philip Taads, de la somanta que me cayó leyéndome sus soledades, vaya dos personajes, me quedé acojonado para siempre… impresionante. Para romper timideces os adelanto que entre Philip y Arnold se plantea la cuestión de cuál de los dos es el hombre más solitario de Holanda…

Luego se lo comenté al que me había recomendado al tipo Cees… y va y me cuenta que Rituales mucho menos, que el que le gustaba era La historia siguiente…

“Especialmente a mí” me llevó por otros trallazos del Gachó Cees, pronunciado Nogal… El desvío a Santiago, en plan edición lujuriosa, es una auténtica borrachera, un festín, con algunos barruntos increíbles como su fijación por cierto libro: Estampas de Zurbarán, de Andrés Calzada y Luys Santa Marina, año 1929… o por Walter Muir Whitehill y sus catálogos del Románico… Nooteboom es contagioso y el libro de Zurbarán me lo topé en la librería Vetusta, en Compostela, bonito y caro, allí quedó… de Walter Muir no hay quien consiga ver nada.

Tuve más tropezones Nooteboom… el Herr de los Países Bajos se sabe de carrerilla lo que otros ni pueden imaginar. En otras joyas, como ¡Mokusei!, te vuelve a tocar las congojas. Desde dónde dispara este pájaro… y de qué son sus explosiones en el aire… cosa seria, asunto espinoso, artistazo…

¡Mukosei! tuve la suerte de no verme obligado a leerlo debajo del pupitre; se agradece… no salen ni Arnold ni Philip Taads, pero cuidado con qué os vais a topar… Las Geometrías del Amor en ¡Mokusei! inquietan, reverberan… una pasada. La chica, el Monte Fuji, el prota, la ida de olla, sus fotos… el sinsentido… moito Nooteboom. Pon orden, Cees… que me asfixio. 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...