sábado, 13 de septiembre de 2014

Cid Cabido/Foumán

Foumán rima con Motörmán, de David Ohle, que ya estamos con lo mismo. Y Matarmón con Faumón, así de fácil…

Si los juntamos a todos… y todos son los que escriben libros quetecagas de buenos, y les pedimos que nos pongan por escrito lo primero que se les venga a la cabeza, tendríamos que… bueno, paso, que el experimento no valdría para nada…

Lo que si vale la pena es pedirle al gachó Cid Cabido que escriba sobre lo que le dé la gana… porque sabemos que lo que le da la gana a este Foumán es estruendo mayúsculo, desconcertante e impepinable. Y que no se lo piense mucho, a la hora de escribirlo, que Herr Xosé es de esos tipos con suerte primaria que, dejándose ir, aciertan siempre… jopé qué chollo. Lo contrario les pasa a otros que, dejándose ir, se esnafran irremediablemente…

De esto que tengo la sensación de que si a Herr Cid le aprietan mucho con el tema o el estilo o lo que sea, en plan instrucciones o exigencias de un hipotético mandamás, y aunque quiera agradar a quien se lo pide… lo que le sale será peor que si, de buenas a primeras, lo dejamos a sus anchas y con licencia para elucubrar sin reposo ni responso, barra libre que hoy es mi santo, tú no te cortes, meu, y verás qué flechazo.

Con Foumán, lo mismo que con O camiño de Middelharnis (pinchad)se le da la razón a esos que pregonan los éxitos de los años ochenta como los mejores de todos los tiempos… A Foumán, joya rara, inaprensible y deliciosa, mitad lunática mitad revolucionaria toda ella metafísica, le dieron un premio para dárselas de algo, no sé de qué, pero de algo, los que se lo daban, el premio digo… año 1987… gemelita de Little fury things de Dinosaur Jr., cosa fina, con ese bridge/puente insuperable y acongojante.

Aunque Blúmsdei, (pinchad aquí) otra parrafada fresca y emboscada de Cabido, ya nada ochentera pero con momentos de electricidad incontrolables, está muy bien, moito… por ahora me quedo con sus primeros zarpazos, premios incluidos. Alguna otra cosa, como Unha historia que non vou contar, bastante reciente, ya no es lo mismo, simple entretenimiento, sobrado de tablas y oficio Herr Xosé, pero como que sin ganas o por obligación, no sé, algo pasa… pero no… las otras, sí!! Tremendas de verdad… mucho Cid y mucho Cabido. 1987, Dinosaur Jr.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Central Europa Central Vollmann

Sigo con los maratones iñakis, digo yanquis… El de William T punto Vollmann empieza con una dedicatoria “a la memoria de Danilo Kis, cuya obra maestra Una tumba para Boris Davidovich me hizo compañía durante años, mientras me preparaba para escribir este libro” El tiempo de preparación ya os digo yo que superó los dos lustros… William se lo leyó todito sobre la 2ª Cosa Esa, también sobre la segundaguerramundial, y se puso a parir el acontecimiento…

Por peso, volumen y otras consideraciones físicas hay que colocarlo con el estipendio de otros tipos de la misma cuna, estilo Gaddis, Wallace, Pynchon, DeLillo y demás maratonianos. Todos a trotar… ahora un poco de estiramientos, ahora a trotar.

Siguiendo con la descripción, después de la dedicatoria aparece una cita interesante “La mayoría de mis sinfonías son lápidas”, de Shostakovich… fuego!

Si hiciera recomendaciones, toma exceso, con Gaddis, Wallace y Pynchon, menos con DeLillo, habría que cortarse un poco, que no a todo el mundo gustan las mismas cosas y éstas, a lo mejor, son un poco estrafalarias de más… de ahí que diga que DeLillo menos, que de estrafalario tiene poco… será por eso que me gustan más los otros tres... otras...

Europa Central de estrafalaria nadita… pero mucho de apoteósica y para comérsela viva a cucharadas de miel. Una pasada el obús de Herr William T Vollmann. Impresionante… Supongo que eruditos e historiadores habrán puesto el grito en el cielo, eso sí, después de disfrutar como enanos leyéndola diez veces seguidas… Un remexido deslumbrante mezcla de detallado repaso histórico, amago de ficción, emisión en directo, pura lírica… y amén. Por no hablar de los personajes en los que se centra el gachó Vollmann… de los cuales, y a pesar de ser, con diferencia, al que más tiempo dedica, Shostakovich no es de los que más enganchan, que lo hace, y mucho, pero menos que otros… con los que te quedas atontado, y vengan Elena Konstantinovskaya, Anna Ajmatova, Friedrich Paulus, Kurt Gerstein, Andrei Vlasov… todos a horcajadas merodeando la frontera entre obediencias y traiciones en momentos que para qué hablar de ellos, tremebundos.

Así las cosas, parece que a Herr Vollmann los archiconvencidos de cualquiera de los bandos le interesan mucho menos que los indecisos o dubitativos, que estos sí que le van… Aunque varios de los convencidos, Roman Karmén (que anduvo por Compostela, entre muchas otras, filmando la guerra civil), Von Manstein o Hilde Benjamin (la Guillotina Roja) también salen que te cagas en el monumento Europa Central de William.

Si sabes algo de cualquiera de ellos, héroes y villanos según en qué barrio hagas la encuesta, el libro te va a dejar flipando y con ganas de más… si no sabes nada de ellos el libro te va a dejar alucinando, y con ganas de más. Brutal, acero inoxidable… Europa Central entero es impresionante, pero es que hay algunos capítulos que se salen, verdaderos relámpagos krieg, demenciales, hiperbáricos, totalmente insuperables, galvanizados... Un diez.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...