miércoles, 30 de diciembre de 2015

Exploración del archipiélago… Char/Pato/Hölderlin…

Vuelvo a dar vueltas y más vueltas alrededor de unas islas, y me mareo… ahora son de René Char. El tipo se sale. Cosa bonita. La palabra en archipiélago, lo mismo que si dijéramos el verbo en estampida… o La nube en pantalones

Las últimas, me refiero a islas, fueron las de Herr Pato Cabanas, todas trazadas por  Miguel en su Arquipélago lo insular lo borda, le sale de tiralíneas… ya os lo he contado. Del Incidente Laranxa Solar me quedo con el título y con el todo… me tiene que no me suelta. Si se me ocurre a mí, me jubilo de la alegría… un descubrimiento.

En mi bañera, antes que las de Pato Cabanas fueron las de Friedrich Hölderlin y su El archipiélago… que el nombre gustó a varios.

Ahora es otro… De René Char y su La palabra en archipiélago lo que más me gusta es el mar que lo rodea… el libro está bien… el mar que lo envuelve son las notas que le dedica su traductor, Jorge Riechmann. Todas al final… varias de ellas con transcripciones de entrevistas, opiniones y demás gracias del propio Char… una maravilla…

Un ejemplo: te lees La carretera por los senderos y no sabes qué hacer, por dónde tirar… te gusta, pero… no te gusta, aunque… Cuando en una entrevista le preguntaron a René Char por ese poema, el tipo sacó a pasear sus maneras, distintas, brillantes.... parte de esa entrevista con Char nos la espeta Riechmann en las notas de esta edición... empieza René, con el poema en mente, a explicarse: “Cuando un hombre se acuesta en un sendero lo ocupa con todo el cuerpo. Con la carretera sucede al revés…” silencio, se rueda. Pues eso… el mar que lo rodea, qué gozada… me lo bebí de golpe

Al acabar el trago me enteré de la existencia de un libro del propio Riechmann: Exploración del archipiélago. Cuando lo encuentre, lo pienso disfrutar como hombre rana. Supongo que Riechmann desmenuza los archipiélagos de Char y no sé cuántas cosas más… promete.

Suele ser al revés, pero parece que en el caso René, no. Muchas veces, cuando un autor se pone a describir su obra y su arte, no hay quien aguante la contaminación acústica y ambiental generada por semejante mejunje… por lo visto en las notas de La palabra en archipiélago, con varias andanadas del propio Char, en el caso de Herr René la cosa es distinta; parecen mejores sus propias aproximaciones al meollo, que el meollo en sí… ¿me estaré pasando?... tal vez, pero hay que buscar ese tipo de cosas de René explicándose…

Cuando acabé de beberme el mar pude ver ciertas realidades antes sumergidas y ahora a flor de piel… hay conexiones en la superficie y las hay en la raíz, en la profundidad… bombeo primario... Cuando desaparece el agua, la raíz y lo profundo también son superficie, y la isla su cima…

Lejanos tipos rodeados de mar, entre otros Char, Hölderlin o Pato, aguantan un diluvio sin inmutarse, a bordo de sus arrecifes, Archipiélagos maremoto… luego viene el absorbente que se traga todo el agua y ves cómo, de repente, se tocan en la raíz, los tres... Sorpresas de una embolia… Si quieres, con paciencia te pones a caminar desde Char hasta, no sé… y sigues pisando firme.

Tengo un CompincheM que me cuenta alguna de esas apabullantes circunstancias que el actual nivel del Mediterráneo no nos deja ver con facilidad… de esto que si viene un René Char que se bebe de un trago sin fin todito el mar, habría que empezar a replantearse varias aproximaciones y no menos meollos hoy intocables.




martes, 22 de diciembre de 2015

Josef Winkler/Cuando llegue el momento… endogamia galaica. Y Bernhard

Me pilló hace unos días sentadito frente al televisor una entrevista con un personaje desconocido… fue empezar a hablar el tipo Josef Winkler y quedarme pegado a las paredes de mi estómago, flup, flup, que se encogió de golpe…

Lo que decía… cómo lo decía… miña nai. Busqué, luego, qué había de él por estos lares, en plan libros publicados… con la esperanza de que en las páginas del gachó austriaco salieran a relucir las visiones e idas de olla que se le escapaban por la boca cada vez que la abría a lo largo de la entrevista de marras…

Hay un momento en el programa de que os hablo… es que es mucho… Winkler aparece medio lelo en la capilla de Klagenfurt que decoró, en floral y luciferino, el visionario de Ernst Fuchs… guau… de repente, Herr Josef  abre una de estas puertas camufladas que sólo ves cuando se torna… al pie de ella una escalera de piedra que, de lo estrecha y empinada, parecía una enredadera encajonada y terca… que debe subir a muy abajo, hasta mi estómago encogido.

Cuando llegue el momento, librajo impactante, es como la entrevista… una pasada. Difícil, tensa, repetitiva, obsesiva… llena de imágenes que, sin alteraciones de la percepción, no sé cómo se le vienen a uno a la cabeza. Un tipo distinto… La obsesión del Gachó Winkler es religiosa. Su solución para salir del encierro es puro arte… y alguna píldora de Thomas Bernhard… El libro es un escándalo magnífico de repeticiones, barruntos sobre la endogamia y poca ventilación. Él lo vivió en Austria. Hay gente que, cuando revienta, escribe como si fuera un oráculo, pim pam pum… Winkler cierra los ojos, coge la pluma de escribir, algo de carrerilla, y ve, del verbo ver, no del ir… hay otro momento en la entrevista, Winkler está sentado en un columpio y suenan unas campanas… le da la risa y, en seguida, ve a Bernhard…

Acabas pidiendo tiempo muerto… e impresionado, porque la Austria profunda, endogámica e insoportable que sulfata hasta la aridez Herr Winkler, un país que es como un oscuro jardín de tanatorios, cabos de año, entierros, desgracias, lutos en vida, legítimas, herederos mejorados, lluvia y campanazos a muerto… una mugre gris y añeja que acaba con cualquiera como la humedad con la madera… es el vivo retrato, pasados los Alpes y los Pirineos, de nuestra endogamia galaica… lume fúnebre!... qué cosas, meu, apagayvámonos.

Para medir los tiempos, me acabo de poner con uno de Thomas Bernhard… Acontecimientos y relatos… la primera en la frente, qué tipo. Goethe en el lecho fatal, asistido por ThomasB y reclamando la visita de Wittgestein, que lo vayan a avisar a Inglaterra… vaya una historia de futuro. Cuando se publicó, el relato se titulaba Goethe se mmmuere… con tres emes… ahora lo cambian, supongo que con permiso de Sáenz, y le quitan dos. Trampa, que Thomas le puso tresch... En Acontecimientos y relatos sale el original, con sus mmm, como debe ser… para pillarlo hay que buscar.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Hombre lobo Romasanta/ Chaguazoso... Cabido/ Ferrín.

Se me ocurren pocos sitios más en el umbral que Chaguazoso, Concello de Vilariño de Conso… hay que verse. Una vez aparecimos allí sin saber de su existencia... Tampoco sabíamos qué era eso de las torres o chimeneas de equilibrio; al verlas recorriendo el monte, no entiendes nada… Buscábamos indicios del paso de Cid Cabido por las piedras del Invernadoiro o Manzaneda me diréis vaya delirio. Al rato te piensas lo de quedarte allí… cuidado con el lugar. Cuando, en medio de aquel panorama, descubres la dichosa presa del río Cenza, se te cae el invento al suelo, convertido en espuma verde… qué espanto.

De los varios libros sobre dentelladas licantrópicas me agencié hace poco Manuela Branco Romasanta, O lobishome asasino, de Mariño Ferro. Cuánta información… y cuánta novedad. Empezando por el género del archiconocido ¿Hombre? Lobo de Allariz… vaya una cuestión a dilucidar, no tenía ni idea de la porfía.

El libro no tiene desperdicio… de lo mucho que cuenta, me quedo con lo que no aparece por ningún lado… la trocha, el camino, el deambular, el reguero de fino hilo que, sobre la carta, trazarían las andanzas del Licántropo… estuve traduciendo al mapa dicho paseo infernal. Los datos los coges del librajo… los conviertes en trigonometría plana y elemental, nada de tecnicismos, y… quede claro que iba buscando a Cid Cabido en esas piedras y páginas.

Lo que me sale es un dibujo, que para algunos será un garabato y, para otros, una premonición… el caso es que aparece Chaguazosocúspide y vértice oriental del mapa, lo tengo delante de las narices… la presencia en dicho pueblo del lobo humano sin género definido, nos la cuentan algunos de los testigos del juicio celebrado contra Romasanta, cuyas actas y detalles desmenuza en su libro Herr Mariño Ferro… testigos vecinos de Chaguazoso.

Me da que ese lugar en las alturas, de nombre inverosímil, colgado de las montañas oscuras,  podría haber salido de un relato de Méndez Ferrín… pero en ese relato no encajarían las chimeneas de equilibrio, estructuras de ciencia ficción en medio de aquel paréntesis de roca negra… con ellas, con esos artefactos verticales, el relato deja de ser del Titán de Ouréns y pasa a ser de Cid Cabido vaya dos, seguro que encerrados diez minutos en una de esas torres, con los pies hundidos en roca negra y los brazos en las nubes, inventarían elnovamásallá de Chaguazoso.

El no vas más acá podrían ser Los Hombres-Lobo… recopilación de cuentos y aullidos de la colección El ojo sin párpado.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Ungar/Los mutilados... Kafka (a)versión límite.

Llevaba media hora leyendo Los mutilados y no podía dejar de pensar en Cabeza borradora, de Lynch… y en Pi, fe en el caos… de noséquién.

Si las conocéis, vaya dos pelis, me diréis que el libro está en blanco y negro… y acertáis, que Ungar no utiliza ni color ni contraste ni brillo ni nada que no sea, única y exclusivamente, mugre a espuertas y sordidez, o cómo se diga, y rollo escabroso y venga pringue y más mugre como para detener un tranvía sin nombre.

Si las conocéis, también me diréis que el libro… y sí, os tendré que dar la razón… chof, chof… no resbaléis, y mirad ahí a ver si aún respira por el muñón el engendro.

El Gachó Hermann se debió leer a Franz K. de cabo a rabo nada más publicar sus libros deformantes en rigurosa primicia adelantada a su tiempo, como Las madres del invento… y le supo a poco a Hermann, le pareció poca vanguardia y menos, aún, verdad, y hasta algo afectado de más... y se dijo a sí mismo, vaya cagapoquito el Kafka de marras, vaya paniaguado, vaya nenaza… que siempre se queda a medias, que mucho amagar y poco machacar… aunque, a lo mejor, de todo esto nada, y Ungar nunca leyó a K. (no me lo creo)… o, a lo mejor, era su ídolo (pues… posiblemente).

Y HermannU. se puso a escribir una versión amplificada rayando en el acople de desgracias, muñones, procacidades y degüellos, digo una versión límite de un relato, cualquiera, de Franz K.

Cogeros Los mutilados en pantalla grande… y llevaros un mandilón para no ensuciaros, que hay mucha víscera, intestino y alegrías de bisturí. No está nada mal el librajo… resulta que, avisando desde tan lejos que viene curva peligrosa, y tomándote el libro con prudencia en la dirección… llega la primera virada y te sales de la pista por toda la tangente de lo embarrado que está el ambiente que monta el Gachó Ungar que, de verdad, es una guarrada fuera de concurso… y con un susto en el cuerpo quenoveas. Mutilándote, que es gerun…

Hay quien piensa que Kafka es de todo menos buen escritor… carajo, ahí duele. También hay quien lo ha dejado por escrito y bien clarito, me refiero a eso de que Kafka no es buen… Qué corte, vaya grieta en lo inamovible… el de Ungar es un relato de todo menos… que cada cual...

lunes, 7 de diciembre de 2015

Ferrín/ Ancares/ Zodiaque...

Hace poco di otra vuelta por la placa de hormigón, como si bailara alrededor de ella, que da nombre a toda la cordillera, de Porto de Ancares a Penarrubia, pasando por el Mustallar… se lee Méndez Ferrín, se pronuncia Amén… la placa sigue allí, que hubo quien intentó quitarla, romperla, hasta que cayó en la cuenta, pobre imbécil, de que no se puede, basta con leerse Elipsis e outras sombras o Arraianos o Con pólvora e magnolias…

Hay un libro que es una colección de fotos de lo de abajo, tomadas desde arriba, en blanco y negro. Lo de arriba ya os aclaro que son esos libros inigualables del Titán de Ouréns... lo de abajo es lo demás.

Dejando atrás Samos, en dirección a O Cebreiro, se llega al Alto do Poio. Con suerte, le ves los pies a Herr Xosé Luis… allí arriba la cosa y las sensaciones cambian. Muy recomendable para dudar de todo. A mí se me da por pensar en Escandinavia no por nada concreto o especial… sólo por mi estupidez. Con lo de Escandinavia me refiero a esas pelis de Bergman o Dreyer, no al turismo con anoraks ni al sol de medianoche... también me refiero a los libros de Ferrín. Con esas pelis en la chota de uno, llega con entrar en la iglesia de O Cebreiro como mero observador, el otro día se lo contaba a un Compinche, y mirar a la derecha, tiene que ser a la derecha, ojo, que a la izquierda el decorado es otro… pues miras a la derecha y te topas con aquello… igualito a Escandinavia, en serio.

A lo mejor a alguien le suena raro, pero echadle un vistazo a Persona, Los comulgantes, La hora del lobo, Como en un espejo… alguna de esas películas quebranta huesos. Y fijaros en las paredes y en la gente que aparece… Luego haceros el paseíto hasta O Cebreiro y entrad donde os digo, mirad a vuestra derecha… avanzad unos pasos, si queréis… y ya me contaréis.

O leeros alguno de los libros, en concreto los tres o cuatro que son inigualables, de Herr Méndez Ferrín…

Hay gente que se pasa, o nos pasamos, toda la vida obsesionada con un algo, un aquél… o consigo mismo, o con una idea, no sé… que parece única e indispensable, y quince minutos antes del final se da uno cuenta de que ese bloque de granito fundamental que tanto lo perturbó y hasta fascinó es de la misma veta de piedra que te topas en un chamizo, en un cuenco para la sal, bajo tierra o en una isla en medio de un pozo… y piensas que a buena hora se te ocurrió darte cuenta de eso, ya tan tarde, con tan poca luz, es que no me voy a enterar de nada… y, justo en ese momento, secagaunoentodo…

Una vez vi en una librería que parecía un museo dedicado a la testarudez de su propietario la colección de Zodiaque sobre el Ronico… impresionante, una joya, qué mérito. Cojas el tomo que cojas, y mira que son, elijas el lugar que elijas, al azar, lo mismo da el Vilar de Donas que Hospital do Incio, toda Córcega o parte de… te apabullan esas imágenes, es como ver una versión infinita, como una sortija, de la foto fija que sale en las películas de Bergman, la misma que leemos en un relato de Méndez Ferrín… Ediciones Encuentro publicó por aquí parte de la colección de Zodiaque del Románico, todita mallada: mismas láminas, planos, fotos, formato… pero traducida, claro…

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Agamben/Homo Sacer II,1... versión "rn"

Empiezo a pensar que, cuando leí la Teología política del difícil de catalogar Carl Schmitt, debía estar medio distraído, hablo de mí… porque el librajo me pareció, además de un coñazo integral, pues poca cosa…

Pero lo que debió pasar es que, simple y llanamente, no me enteré de nada… típico.

Quede claro que, cuando me puse a leer semejante ladrillo de escasas ciento y pico páginas, buscaba respuestas sobre eso que en el título se anuncia, la teología política, resultando, sin embargo, que el libro habla de la soberanía… mi gozo en pun-pozo; a ver, que yo quería escuchar Fortunate son y este tipo me estaba tocando otras canciones, aparte las narices…

No me pasó lo mismo con Homo Sacer (el poder soberano y la nuda vida), el impresionante libro de Giorgio Agamben, la gloria pura, una verdadera pasada, de lo mejor que ha caído en mis manos, leéroslo!!… libro del que ya largué en su día un panegírico de medio pelo en el blog.

Si en el primer Homo Sacer, dedicado, como os indico, al poder soberano y la vida desnuda, el gachó Agamben parte y toma como referencia los planteamientos de la Teología política de Schmitt para, a continuación, darle al asunto un meneo de aúpa, ampliando el campo de batalla hasta el delirio y el fogonazo de luz… en Homo Sacer II, 1 Estado de excepción Agamben vuelve a destripar el dichoso libro de Carl Schmitt hasta localizar el intríngulis fundamental del mencionado estado de excepción… estado que, de paso, Herr Giorgio nos avisa que… Este Homo Sacer II, 1 no se puede comparar con el primero… es que no hay color, aunque sigue mereciendo la pena… pero…

Es posible que el bajón y la diferencia que hay entre Homo Sacer I y Homo Sacer II se deba a la pura proporción que establecen ciertos patrones de armonía, por supuesto, ocultos… porque el siguiente escalón que se anuncia, saltándonos otros, sería Homo Sacer III Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo, que puede y debe ser la traca inimaginable, elnovamás de la pulsión líquida, el apogeo que culmine el anterior desliz… Sin comentarios. Habrá que leer el Zarpazo III de Giorgio… a ver si es asimilable en términos de comprensión lectora al uso… y luego pensarse los demás pasos.

Ahora estoy a vueltas con el Lager polaco, que viene a ser como poner en fila india a matanzas e infamia, vías de tren y hornos crematorios, ojos azules y yiddish, Paul y Celan… entonces pasa que, si estás algo obsesionado con el asunto, la Eme “m” de Homo se puede cambiar por una Erre y una Ene “rn”, cuya grafía conjunta es casi igual a la de “m”… y pasaríamos de tener un Homo Sacer a tener un Horno Sacer… a eso me refiero con esto de los patrones y reglas ocultas, porque se podrá pensar que… seguro que Giorgio nos lo aclara.


viernes, 13 de noviembre de 2015

Seixas/A velocidade do frio... y, al fondo, Xosé Cid

El libro de Manuel Seixas ganó un premio. El premio lo otorgó la misma editorial que publicó la novela, lo cual de por sí pues qué os voy a contar… pero luego resulta que en el jurado que entrega el premio estaba, como secretario sin voto, el fenómeno Xosé Cid Cabido… y entonces la cosa cambia, que más me dan a mí mis principios, lo de la editorial y demás monsergas light… que el tipo Cid es de lo más grande que se lee por estos lares mundiales y, con un poco de suerte, algo habrá visto en A velocidade do frío…

El librajo de Herr Seixas vale la pena… y habría sido una cosa para darse un buen chapuzón y echar varias bombas al cielo si se le hubiese hecho una pequeña poda, hablo del libro… poda de unas cincuenta páginas de andanzas de barra americana que no cuajan ni con anfetas… qué pena… que llega un momento en que la cosa pierde el trallazo y la sorpresa que le sobran durante mucho tiempo y se nos escurre entre los dedos o se nos viene abajo o como queráis… remontando, de nuevo, al final, viaje a Australia incluido.

Pero lo del bajón es nada si lo comparamos con los tremendos lóstregos digo relámpagos que suelta el Gachó Seixas… algunos impresionantes. Hay un algo de inspiración, se masca, de ésta que te deja descolocado, feliz de verte en semejante fregao con el librajo entre las manos… y venga unas cuestiones que yo ya no sé si son de pura ficción metafísica o de búsqueda de la paradoja por lo criminal o de visionario entre la caverna y la cima de la montaña o en ambos sitios a la vez… y de verdad que hay en el libro de Herr Seixas algunos alumbramientos y otras iluminaciones que no se le ocurren a cualquiera… cosa moito seria y deslumbrante hasta para quien lee con gafas de soldadura, como es mi caso…

De esto que te lees A velocidade do frío y te parece parte de un montaje o experimento aún mayor… que eso de que Herr Cid Cabido ande por el medio… y bien sabemos que la lectura de una parrafada del tipo Cid es una de esas alegrías que compensan mil años de penitencia, y entonces yo creo que el libro de Seixas y el Jurado Editorial y lo descentrado que estoy yo en estos momentos y, en general, buena parte de la historia inimaginable que nos cuenta A velocidade do frío no son más que un juego imposible pero cierto llevado a cabo por Xosé Cid… quién sabe. Cosas como las que cuentan inspirados creadores de thrillers extracorporales; cosa, la del thriller extracorporal, que no tengo ni idea de qué es, pero que, sin embargo, la va muy bien al novelón de Seixas, que tampoco sé qué carajo es, pero que está quetecagas…

Lo de Cid Cabido sí sé lo que es:… una pasada… de escritor.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Crusat/Breve teoría del viaje y el desierto… Samuel Solleiro/Gran tiburón branco…

Hace no mucho me topé con una entrevista a un afamado escritor en la que decía, entre otras cosas, que la mejor literatura del momento la venía haciendo Cristian Crusat… en aquel momento, personaje, para mí, desconocido.

Ya no… la mezcla de haberme leído su decepcionante Breve teoría del viaje y el desierto, aderezada dicha lectura por el comentario arriba citado, me tiene asintomático si no hubiera tal mezcla, por no conocer el comentario aludido, no sé cuál sería la situación…

Primera sensación: algo así como encontrarse delante de alguien que dice tocar como Keith Jarrett o Eddie Van Halen y que, encima, te marea con su bombástica afirmación, pecho henchido e ínfula andante; jopé, qué tío cargante y creído… luego, cuando coge el instrumento, resulta de todo ello que el tipo no sabe ni dibujar la pentatónica menor… ya no te digo tocar algo con el instrumento, es que ni idea… Acojonante… y necesitas compartirlo, me refiero al susto. Dolor de cabeza, decepción. Bochorno…

Segunda sensación: algo así como quien se coge un grupo de palabros, vamos a pensar en palabros y recursos de vanguardia, modernos y casi innovadores hace medio siglo y se piensa que es lo último y va y lo plancha porque cree que sólo él conoce aquí esas cosas tan modernas… y masculla el tipo más listo que nadie: es que voy a rachar con la pana, voy a epatar, que es como llamaría él a “rachar con la pana”… y se pone a aderezar con ese condimento ya viejo y mohoso que él cree nuevo y brillante unos relatos banales, pretenciosos hasta el acople, carentes de casi todo y abundantes en impostura y artificialidad… Risible…

La tercera sensación empezaba con algo así como Reinhold Messner subiendo sin oxígeno el K2... pero ésta mejor me la callo, que, si no, a Herr Cristian le cogéis manía de más.

Y quede claro que Herr Cristian no tiene culpa alguna de las sensaciones que os cuento, simples proyecciones de mis complejos, ignorancia, esperanzas y dudas cuando me pongo con un libro que nos presentan como literatura de altos vuelos…

Pero lo que sí está en el haber/debe del Gachó Crusat es escribir los relatos que escribe… y ponerles esos títulos de metafísica para párvulos, qué me decís de Dualismos en un atardecer mediterráneo de tres estrellas (os recomiendo su detenida lectura, no sólo la del título, también la del relato), y que las chicas o mujeres de los cuentos se llamen Alien, Inneke, Nola, Hazel… y espetarnos tres citas iniciales, por supuesto sin traducir del inglés o francés… entre ellas una de Kyuss, porque claro, podría haber sido de Queens of the stone age, pero, no sé, QOTSA no será suficientemente… a ver, que el cúmulo de tópicos y trópicos, clichés y lugares comunes que nos embarca a la espalda lo deja a uno pidiendo papas

…expresión, la de “pidiendo papas”, que en uno de estos relatos intuyo que se omitiría (esa bonita y común expresión), apareciendo, en su lugar, unas treinta palabras… seis de las cuales irían en inglés, una en cirílico (entrecomillada), incluyendo, a mayores, algún término propio de alguna jerigonza técnica desconocida (posiblemente también para el autor), sin olvidarnos de un toponímico propio de cierto destino inverosímil y algún que otro esnobismo más… sin que todo ello, me pareció, nos llevara a ninguna parte… como un ejercicio vacío, una escala musical repetida sin ton ni son… pero en plan cultura elevada, distinguida… miña nai, qué empanada.

Empanada la mía, que ya estoy, otra vez, con las proyecciones de mi incultura y complejos y envidias… y es que yo prefiero a QOTSA antes que a Kyuss, que son un coñazo…

El caso es que hace poco leí un libro titulado Gran tiburón branco, de Samuel Solleiro… recomendación de un CompincheX. Herr Samuel tiene, año arriba abajo, la misma edad que el Gachó Crusat… se les intuyen lecturas, referencias y aficiones comunes; como a tantos otros empezando por uno mismo y por la mitad de mis amigos.

Herr Solleiro tuvo la suerte de que ningún autor/desubicado lo calificara como el mejor escritor del momento… esa gracia se la gastaron a Herr Crusat… y es que no hay derecho, que así no hay quien aguante el tirón de un yo inmenso... y uno se pone a escribir relatos que ni pa qué...

…a lo que voy, que unas de verdad buenas e interesantes Breves teorías del viaje y el desierto te la encuentras en alguno de los relatos del Gran tiburón branco, de Samuel Solleiro… no todos, pero varios de los relatos que recopila el librajo son una gozada: vivos, extenuantes, divertidos, bonitos… volveremos, con más tiempo, sobre el tipo Solleiro… ojo con él.

martes, 27 de octubre de 2015

Bachelard/La imaginación de la materia

Volvemos adonde hemos estado tantas veces… a la desorientación más absoluta. Según el día, una misma pregunta, por ejemplo: ¿por qué en la costa uno mira siempre al mar y nunca a tierra?, me puede parecer una chorrada motriz o todo lo contrario…

En plena orgía psicoanalítica, Gaston Bachelard se puso a psicoanalizar a los elementos… el fuego, el agua, el aire y la tierra. Ole sus güivos; un respeto… El resultado de estas “científicas” investigaciones fue aplaudido mientras duró la fiebre Freudiana y vituperado cuando ésta había acabado y parecía indiscutible que las piedras ni soñaban ni padecían complejos o traumas…

Como teórico, investigador o urdidor de verdades positivas no sé qué fue de Gaston… pero como escritor, soñador, ente espacial y especulador sin límites,  Herr Bachelard es un portento, un mago, un visionario... se te abren cien puertas de golpe donde antes sólo había una tapia… asunto inclasificable.

El agua y los sueños, ya nos lo indica su autor a continuación, es un ensayo sobre la imaginación de la materia… sin comentarios, la gloria. El viaje al que invita Bachelard es anterior en medio siglo, y muy parecido, a alguno de los que realiza el fenómeno Peter Sloterdijk, el caso de sus Esferas… viajes/librajos memorables llenos de enigma, belleza y una especulación tan atractiva y sorprendente que uno se ilusiona con la posibilidad de que todo sea verdad… que lo es. Con el amigo Bachelard estamos en la misma… escritores mayúsculos que van y te los etiquetan de otra cosa más repelente aún (filósofos, qué patada, meu…) y entonces es como si a alguien que quiere oír una nana le ponen a John Coltrane y dice que esa música es la peor nana que ha escuchado en toda su vida…

Pues lo mismo… El agua y los sueños no es ni una nana ni un sesudo y estructurado y comparativo y analítico estudio sobre nada de nada… a lo mejor lo fue, posiblemente, pero ya no lo es, los años le han sentado de maravilla… que ahora es otra cosa, una pulsación, una bonita ida de olla, fluida y envolvente. Con sus momentos de aburrimiento doctrinal, inevitable en pájaros de este tipo, y otros muchos que hay que ver qué maravilla lo que nos pone por escrito el Gachó Gaston…

Bachelard se nos mete en un Jardín de Flores Curiosas y parece que se las conoce todas… la imaginación de la materia, anterior a la de la forma misma, está ahí plasmada… quien no se lo crea que no coja el libro. Yo, después del despliegue que te encuentras en éste, pienso seguir con los otros tres elementos… Psicoanálisis del fuego; El aire y los sueños: ensayo sobre la imaginación del movimiento; La tierra y las ensoñaciones del reposo; La tierra y los ensueños de la voluntad… no sé, este tipo es tremendo… si hasta se pone con La poética del espacio

jueves, 8 de octubre de 2015

Nooteboom/ ¡Mukusei!/ Rituales... en Santiago

De Cees Nooteboom, el hombre candidato al premio, me contaron hace tiempo sus supuestas excelencias… y me dijeron que me pusiera con él, que me iba a gustar, especialmente a mí…  cosa que, lo del “especialmente a mí”, me dejó sin saber qué pensar… a estas alturas, años después, sigo sin tener idea…

De aquella me pillé el de cubierta más bonita, puestos a curiosear mejor hacerlo en plan enamorados… de siempre preferí un sorbete de vainilla a un cardo. Resultó, al final, que de La historia siguiente lo mejor era la cubierta… también alguna que otra andanada, lanzada a discreción, sin pensarse mucho las consecuencias, de verdades de verdad, de las que duelen si te eligen o si te rechazan, de las que hacen pupa si te dan de lleno lo mismo que si pasan de largo y te dejan tirado… de las que no hay cómo encontrarles su lado bueno.

Mientras seguía pensando en el “especialmente a…”, tics de la vanidad… me puse con un segundo librajo de Herr Nooteboom… miña nai, qué despliegue. A las dos páginas estaba de rodillas, en posición de seguridad, bajo un pupitre imaginario, sin tener muy claro si lo que hacía era protegerme de un terremoto o de un kilotón de rabia plutónica… Rituales se me quedó grabado entre los miedos que nunca se te olvidan. Qué cosa… Arnold y Philip Taads, de la somanta que me cayó leyéndome sus soledades, vaya dos personajes, me quedé acojonado para siempre… impresionante. Para romper timideces os adelanto que entre Philip y Arnold se plantea la cuestión de cuál de los dos es el hombre más solitario de Holanda…

Luego se lo comenté al que me había recomendado al tipo Cees… y va y me cuenta que Rituales mucho menos, que el que le gustaba era La historia siguiente…

“Especialmente a mí” me llevó por otros trallazos del Gachó Cees, pronunciado Nogal… El desvío a Santiago, en plan edición lujuriosa, es una auténtica borrachera, un festín, con algunos barruntos increíbles como su fijación por cierto libro: Estampas de Zurbarán, de Andrés Calzada y Luys Santa Marina, año 1929… o por Walter Muir Whitehill y sus catálogos del Románico… Nooteboom es contagioso y el libro de Zurbarán me lo topé en la librería Vetusta, en Compostela, bonito y caro, allí quedó… de Walter Muir no hay quien consiga ver nada.

Tuve más tropezones Nooteboom… el Herr de los Países Bajos se sabe de carrerilla lo que otros ni pueden imaginar. En otras joyas, como ¡Mokusei!, te vuelve a tocar las congojas. Desde dónde dispara este pájaro… y de qué son sus explosiones en el aire… cosa seria, asunto espinoso, artistazo…

¡Mukosei! tuve la suerte de no verme obligado a leerlo debajo del pupitre; se agradece… no salen ni Arnold ni Philip Taads, pero cuidado con qué os vais a topar… Las Geometrías del Amor en ¡Mokusei! inquietan, reverberan… una pasada. La chica, el Monte Fuji, el prota, la ida de olla, sus fotos… el sinsentido… moito Nooteboom. Pon orden, Cees… que me asfixio. 

martes, 15 de septiembre de 2015

Los bravos/Fernández Santos/Cerulleda

Tengo una empanada de tal calibre que no sé si estoy delante del Monte Fuji o cerca de Riaño, provincia de León, metido a pico y pala entre esas montañas sin igual… mentira, que la confusión no lo es entre esos dos lugares, sino entre Kenzaburo Oé y Jesús Fernández Santos…  ¿?

Los bravos me cayó en las manos porque pocos sitios conozco más bonitos que esa franja tremenda del mapa que ni es Picos de Europa ni es la Meseta, se llame como se llame la cosa al sur de la Cordillera Cantábrica… Herr Fenández Santos, que el terreno se lo conocía bien, parió un librajo como la copa de un pino: Los bravos… pura montaña, todo verdad… de esos libros que te ponen en guardia, que te crees de cabo a rabo, que dices así son las cosas, qué maneras, verdad de la buena y mejor escuchar lo que me están contando… a ver, cosa seria, recia… en plena sierra, lugar de Cerulleda.

Es una de esas trompadas que, el día que la acabas de leer, te vas un mes de excursión al sitio, a dormir al raso, a coger una pulmonía… o te lo traes a casa, el sitio, porque lo llevas puesto. No sé… hay tipos que se sientan a escribir y paren una montaña, o un espejo, o un candado… de pura verdad, sin epidural. Como Kenzaburo, Xosé Luis, como tantos otros… Si ves una foto de Jesús Fernández Santos no te lo acabas de creer. Si lo oyes, menos… un algo de anodino que echa para atrás… mejor cogerse Los bravos, la mochila, la pasta de dientes y a patear trocha arriba…

Este libro padece de estar archiestudiado por mareas de especialistas en desnudarlo y catalogarlo todo… qué pena. No lo sabía, lo cuentan en la edición de Castalia. Dicen que con ella, con Los bravos, se inicia no sé qué movimiento literario y que luego Jesús, Rafael, Ignacio, sin duda todos unas máquinas, resulta que se convierten en la generación de no sé cuánto… muy interesante, sí, pero casi se te quitan las ganas de leer… qué responsabilidad, cosa tan seria según quién nos la cuente.

Las fotos de Cerulleda no engañan a nadie… hay que ver el río, el puente y el molino a pie de la corredoira… El frío también se ve, y el hambre, el miedo, la bilis, el rencor y las ventanas cerradas en casas abiertas... El libro es más claro que las fotos…

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