viernes, 22 de julio de 2016

Rosalía/Castro/Administración. Sopa de las letras bobas.


Me estoy enterando de cosas tan sorprendentes que es mejor explicarse unomismo, todojunto y alavez. Me cogí un manual, tres renglones no más, de sincronía… con esos principios básicos me puse a reinterpretar la ¿realidad? Vaya tontería, diréis…

El resultado es el caos… me refiero a que encuentro que es un caos lo que, hasta ahora, pensaba que era el orden. De verdad… que basándolo todo en la sucesión del antes – ahora – después o en el pimpampum del blanco o negro… lo único que consigo es un caos, que antes pensaba que era el orden pero que ahora sé que es el más absoluto e incoherente desbarajuste… una broma pesada. Un trazo gordo en el que dormirse toda la vida, roncaqueterronca. Lo anterior resulta tan barateiro que paso al meollo… que es aún más pobre por mi parte escribirlo y no callármelo.

Con ello quiero decir que Rosalía, ahora poneros todos de rodillas que lo manda la Administración, vivió su infancia en un plácido palacio báltico y que se puso a escribir lo mismo que se pudo poner a presentar un programa de televisión en una cadena pública sobre qué difícil es vivir en este mar de lágrimas y de dudas y por favor para ya Rosalía de quejarte, detente, sosiégate, de verdad, habla con un médico o despide a tu representante la Administración que está arruinando tu salud aún más, pero para que es insoportable eso de quejarse todo el puñetero día convertido en eternidad, descansa un ratito, olvídate del papelón en que te han metido, quejarse siempre y en dos idiomas a la vez, motor de cuatro tiempos, quejarse de lo horroroso y lamentable que es esto de vivir pues pégate a un trueno, o haz tai chi, o viaja algo y déjanos en paz un rato, no, mejor aún, déjame en paz de una vez a mí en concreto y exclusivamente déjame en paz a mí, ya… adiós ríos adiós fontes.

Precisamente porque vivía en un plácido palacio en las orillas del Báltico estaba todo el día quejándose… asísomos. Esto me lo explicó con otras palabras pero igual diagnóstico un CompincheM.

Quede claro que aún pienso, ahora en pequeñito y titubeando pero mañana a lo mejor ya cambio de parecer, que la tipa es una escritora como un piano, quiero decir buena, hay que ver qué praderas de espuma algunas de las cosas que escribió, a mí me gustan según qué cosas pero… quede claro, también, que un piano puede estar mareado o servir para tocar como Cecil Taylor, qué gozada, o mismamente para tocarte las pelotas o, incluso, para que, cayendo estridente desde el ático hasta la acera por la que caminas, te aplaste hasta el Talón de Aquéllos, merecido castigo por no hacerle caso a los de la Dirección Xeral y no estar de rodillas postrado ante el largo, perpetuo y endogámico lamento de la Frau de Castro. Bueno…

Ingeborg Bachmann vivió su infancia en las orillas del Sar… bonito río, adiósríosadiósfontes, vio tanques y alambradas, no!, los imaginó… su marido Murguía mugía de noche, vociferaba de día, después el tipo lo ponía todo por escrito y ahora lo lees y te mueres de risa y de pavor… luego viene la Dirección Xeral y te dice que es el ABCD y entonces lo ves más claro y también negro y piensas yo paso... No se conocieron, qué suerte tuvo Ingeborg… si llega a conocer a Murguía se le ponen los pelos como escarpias, digo las trenzas como una catenaria y los de la Dirección Xeral nos la endilgan de tres en tres tazones hasta en la Sopa de las letras bobas.

En la primera parte de El caso Franza que escribió Ingeborg, no Rosalía, ojo no os hagáis un lío como yo, nos cuenta Frau Ingeborg su Retorno a Galicia, su hogar… Aún no lo he leído, El caso Franza digo, para llevarle la contraria a los de la Sopa de las letras bobas, una por papá una por mamá. Ay… Murguía/mugía/y/Rosalía/la/lía suena a canción o a estupidez para entonar en Las orillas del Sar, del Báltico o de la Ría, ía,ía,ía.

martes, 12 de julio de 2016

Benet/La (ǝlqısodɯı) Torre de Babel.

Poner del revés lo que está del derecho… empezar por el final y terminar por el comienzo. Poner los pies sobre el techo y levantar la cabeza hacía el suelo… a ver… Herr Benet fue capaz de escribir Volverás a Región… con eso está (casi) todo dicho. Viva el ingeniero. También entró en la Torre de Babel… con escalpelo, no con cinta métrica. Y con ganas de precisar algunas cosas.

Quede claro que lo del revés puede tener muy distintas interpretaciones. 1º).- Puede ser “z” a “a” ed como quien dice empezar por el final, pero del derecho… 2º).- pero también puede ser ɐɐ ”z“ ǝp, que sería empezar desde el final y del revés… 3º).- como también podemos empezar por el comienzo, pero del revés: pǝ "ɐ" ɐ "z"

La segunda opción es la que nos interesa a los descerebrados... De hecho, creo que lo que pasó cuando se construía la Torre de Babel fue que se pilló como principio el final y se puso del revés. Una vez acabado este primer impulso destructivo, qué virguería, se puso rumbo al comienzo… al que se llegó en medio de una tremenda confusión. Que aún persiste… sobre esto de la confusión creo que ya está todo dicho.

Volvería ahora al Gachó Benet y a Región... pero ya lo he hecho en otras entradas... por lo que sigo con la construcción.

Os puedo poner un ejemplo del primer caso, que es para principiantes, cosa que Herr Benet no era. El resultado podría ser el siguiente:

.siápes ol on euqnua adasap anu se teneB ed orbil le euqrop omsim ol ad em euq asoc …obircse euq ol rednetne in reel siédop on is ,ozneimoc la obmur noc y ,ohcered led ,lanif le edsed odnazepme omoc ,ísa ogid ol éuq arap euq siérid em y ...se ol euq ,adasap anu se orbil le euq riced odeuP


La segunda opción, mi favorita, es otra manera de construir, más radical, mejor, más eficiente… la que consiste en decirlo todo del revés empezando por el final y acabando en el comienzo. A saber:

˙sıádǝs ol ou ǝnbunɐ ɐpɐsɐd ɐun sǝ ʇǝuǝq ǝp oɹqıl lǝ ǝnbɹod oɯɯ ol ɐp ǝɯ ǝnb ɐsoɔ …oqıɹɔsǝ ǝnb ol ɹǝpuǝʇuǝ ıu ɹǝǝl sıépod ou ıs 'ozuǝıɯoɔ lɐ oqɯnɹ uoɔ ʎ 'séʌǝɹ lǝp 'lɐɟ lǝ ǝpsǝp opuɐzǝdɯǝ oɯoɔ 'ísɐ oƃıp ol énb ɐɹɐd ǝnb sıéɹıp ǝɯ ʎ ˙˙˙sǝ ol ǝnb 'ɐpɐsɐd ɐun sǝ oɹqıl lǝ ǝnb ɹıɔǝp opǝnd

Todo lo anterior es una chorrada bien aburrida… que tendría alguna gracia, muy poca, es cierto, si ahora yo os pusiese del derecho y de principio a fin el puñetero comentario que arriba traduzco, junto con el famoso cuadro de Brueghel La torre de Babel:


viernes, 1 de julio de 2016

Bernhard/Hormigón

Creo que lo mejor de Herr Bernhard es… son sus libros. Confirmar que lo anterior es un juego de palabros, una tontería, porque está claro que lo mejor de Bernhard son… es su fotogenia

Que si repetitivo, que si contradictorio, que si… que sí, carajo, que sí... qué manía con el tipo austriaco. Hace unos meses, en el suplemento cultural del diario de más tirada, el que escribe en la 2ª página, famosísimo y premiado escritor, contaba que nunca había leído a Bernhard… y que recién lo hacía ahora. No le creo... El caso es que, a buenas horas tras leerlo por primera vez estos días, nos cuenta que el gachó Thomas es un… lo que tendría que contarnos es qué pinta en un suplemento literario un tipo que no sabe quién es...

Tengo un lío fenomenal dentro de la cabeza que me impide distinguir lo que hay fuera de ella… Con el amigo Thomas el lío que tengo en la cabeza me impide diferenciar entre sus libros… bueno, con la justa reconozco como singularidad los que menos me gustan, quiero decir que distingo El imitador de voces… de los demás, de esa increíble, uniforme y predecible argamasa de bilis, exabruptos, exageración, repeticiones, música y gloria… pues de todo eso no distingo nada salvo un mojón inmenso en las entendederas, un chaparrón de verano, un empacho de emoción… bestial.

Lo de Hormigón más que título de uno de sus libros suena a resúmeme al tipo Bernhard en una palabra… hormigón, beton, concrete… También nos valen como resumen en una palabra otros de sus títulos… Trastorno, Tala, Helada, Extinción… te he pedido que me lo resumas en una palabra… es el título de otro de sus libros, bueno como resumen y como libro.

Peter Handke lo resume con más palabras, ya lo sabemos… hay de todo en ese despliegue, desde alabanza hasta inquina. Ahora repaso alguno de los comentarios de Handke… no sé… Pobre Peter, Thomas sale mejor retratado por la cámara, no hay duda. Aunque Handke tiene esas fotos setenteras que son como de cine del mejor… pero pocas más.

Quede claro que El imitador de voces me decepcionó… pero es que en esos relatos brevísimos salen todos esos muertos y trastadas y cosas terribles, y te quedas… En Hormigón como que se comprime, aún más, si cabe, toda la mugre, la bazofia… quiero decir: la herencia, la familia, su país, su pueblo, sus periódicos, él, los demás, tú, yo, la indecisión, sus lectores, los defensores de animales, la metástasis social… todos acribillados en el paredón de Thomas. De risa, vamos.

Una cosa que puede hacerse después de meterse una píldora de Bernhard sin anestesia, en plan cacofonía… es leerse su eco en Cuando llegue el momento, de Josef Winkler… impactante (pinchad aquí).


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