sábado, 28 de diciembre de 2013

Eiger /Groenlandia /Cho-Oyu

Llevo lo que se dice mucho tiempo mirando fijamente unas fotos de aventuras reales que uno no se cree porque si lo fueran, me refiero a reales, serían para no creérselas… Están en sendos libros de dos tipos algo echaos palante… y descatalogados… Un científico y un alpinista, los dos con fuerza de sobra para trepar rocas y neveros a pelo… De lo que se trata es de lo siguiente: cuando se publicaron ambos librajos, años 1932 y 1954, venían con una serie de láminas y fotos en blanco y negro que son increíbles, impactantes… y bien bonitas. Te las plantan delante y te hunden. Por inútil y maula… y si hubiese que optar entre cogerles tirria a los gachós y a sus aventuras, o no hacerlo, teclearíamos sin duda lo/do-gun.se

El último viaje a Groenlandia de Alfred Wegener y Los tres últimos problemas de los Alpes de Anderl Heckmair tienen premio gráfico e hipnótico… Entre la cara norte del Eiger y Groenlandia me quedaría con los dos… si, como antes, me obligaran a elegir, sabría qué hacer: mallar a patadas al estúpido que me viniera con la chorrada... Busco en internet y no encuentro ningún espabilado que haya colgado artísticamente las fotos de que hablo para hundirnos gratuitamente en la miseria del indeciso... Bueno, hay algunas de las imágenes que aparecen en el libro de Heckmair, aunque más bien tirando al morbo catastrófico de la expedición de Kurz e Hinterstoisser, anterior a la suya… del último viaje de Alfred Wegener ni rastro. Lo tengo encuadernado entre las manos y no doy crédito, una pasada… a lo mejor está desaconsejado o hasta censurado, cosa que no tendría ningún sentido… aunque nunca se sabe, a lo mejor los impenitentes catalogadores de lo correcto, gente pero que muy peligrosa, y siendo Wegener teutón, buscaron y buscaron en su armario hasta que le encontraron alguna inconveniencia a Herr Alfred… prueba profiláctica a la que sometieron, entre otros, a varios aventureros de pantalón corto, desde escandinavos a austriacos y demás centroeuropeidades, que a algunos les abrían la mochila y plas! lo que aparecía... y entonces daba igual que hubieran cruzado a nado el Atlántico o buceando el Índico o subido el K2 en el año 1924, que eso no tenía mérito alguno y al tacho de la infamia con ellos.

Creo que a Herbert Tichy estos catalogadores de lo correcto, como en la mochila no había nada, le miraron hasta en los empastes… y no sé si apareció el diablo… Ojo con sus aventuras y las ediciones de las mismas en la ed. Labor. De cando en vez hay que volver y repasarlas…moito artilugio. La moto, el Kailas, la meseta, el Cho-Oyu… el caso es que según qué estampita o insignia llevaras en el equipaje, si es que llevabas alguna, las hazañas o aventuras lo eran menos. O te reían la gracia en plan héroe o te metían en el calabozo de lo avieso e inmoral… Lo mismo da que escribas un libro genial, que escales por primera vez un 8mil, que encestes como Drazen o que estés de cachonda como Megan Fox, los hay que, antes de decir guau! qué pasada, necesitan leer el periódico o ver la tertulia de la TV para averiguar, por ejemplo, a quién vota la rapaza… y sólo entonces saben si la tipa se la ha puesto du… están los que necesitan del periódico o de algún opinador político para saber si les gusta, a ellos mismos no al opinador, tal o cual escritor, no sé, Borges o Ferrín, que ya duele, carajo… pero es que con otras cosas… miña nai la peña.

Tengo un colega que no se cree que el Saturno V despegara y llevara al Apollo 11 hasta la luna en el año 69, dice que todo es un montaje… pero es que tengo otra amiga que no se cree lo de Gagarin… al primero no le pone la señorita Megan Fox, en serio, y para echar un kiki necesita, además de debatirlo y decidirlo en no sé qué tipo de proceso asambleario con amplias bases sociales, escuchar la internacional en estéreo… a la segunda no le dice nadita la foto de Maiakovski en la silla… ya sé que la cosa va por barrios, pero es que a estas alturas de la película los hijos perfectos de la guerra fría me dejan sin argumentos en contra de su estupidez.




miércoles, 25 de diciembre de 2013

Arno Schmidt suena circular

En la despavorida carrera hacia lo incomprensible te topas con cada cosa que es mejor relajarse y tomarse la pílula recreativa que tengas más a mano...

Esta dichosa huida métrica rumbo a las planicies del sinsentido hay días en que lo deja a uno hasta las mismísimas narices… con ganas de cogerse el manual de instrucciones del televisor y leérselo todito de comienzo a fin para así poderse agarrar a alguna evidencia, aunque sea técnica, al criterio de los que nos dicen lo que sí vale y lo que no vale… como si cojo una lista de los diez mejores pararrayos y me hago masa de un chispazo…

El primer día que me dieron a escuchar la música de Cecil Taylor me escandalicé interracialmente… quien me lo propuso lo hizo para escandalizarse conmigo… adónde carajo se cree que va este tipo con su piano, no me toques las morales… al poco tiempo ya me gustaban sus primeros discos, los de mediados los años cincuenta, creo que menos “incomprensibles” que los de los sesenta, pero, desde luego, más audibles que éstos… ahora, con el Norte perdido irremediablemente, hace ya tiempo que me gustan todos los de esa época… pura tortura rítmica es más, los primeros hasta me parecen blandos… ya mismo os advierto que hablar de música en términos de más o menos comprensible, como estamos haciendo, es en sí una cuestión estúpida, una chorrada, vaya… de ahí las comillas.

Meteoro de verano da retortijones, por lo menos los primeros relatos... parece un Cecil Taylor de los años sesenta… cacofonía pura y dura… Arno Schmidt es para tomárselo en serio… de su piano salen como la maleza los brezales de siempre y Lüneburg y todito ese entorno circular y esponjoso… sólo faltan las urgencias que allí tienen de ancho lo que aquí de largo… Herr Schmidt sabemos que vivía en la cabaña chamizo de madera de Bargfeld porque le daba la gana, no porque fuera un convencido de panfleto neorural… y desde allí construía sus túneles de papel para ver como un topo el subsuelo a ras de partitura. Un día casi se le viene encima el techo del pasadizo, que era un pantano.

Los relatos del final del libro, poco menos de la mitad, ya no son ni de Cecil Taylor ni estrepitosos ni parecen de Arno… tampoco salen los meteoros del estío ni estrella fugaz alguna… son como un relleno infame, seguro que artimaña de algún compendiador. Podrían ser de cualquiera menos de Cecil Taylor. No entiendo a qué juegan estos tipos. Si soy Herr Arno me corto la melena y se la hago tragar enterita empezando por los piojos a quien haya tenido la idea de juntar ámbalasdúascousas: los relatos de Cecil Taylor con los que no lo son.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Galou, Z 28/ Kundera/ Kafka

Llevo una temporada algo larga confundiendo el granito con la espuma… y así tengo los miolos. Le acabaré pidiendo una explicación a PeterS Lo de los mundos utópicos y demás rarities, también los distópicos y hasta los entrópicos, es cosa que me suele dejar mareado, aburrido, con la sensación de que me han estafado y sin saber de qué carajo admirarme más… si de la incapacidad del autor de turno, aunque no de todos, o de la insuperable mediocridad del artilugio parido por dicho sujeto…

Entre trompada y trompada utópica/distópica me agencié hace poco un último ejemplo, como de mundos paralelos… o de historias metafóricas, con lo que no me entero de nada y así no hay manera de saber quién es el bueno y quién el malo… editorial Xistral y portada bien bonita, años setenta… Herr Diéguez, Lois… Galou, Z 28 del gachó no tenía ni idea, y sigo igual, pero entre la portada y la pinta del librajo me entraron las ganas y me puse a leerlo… y me acabó gustando, sabe a otra época, cercana pero a años luz… como si con un simple paso cambiáramos de galaxia, plano, época, o lo que sea… de bacterias a mamíferos en tres cuartos de hora. Como quien se iba a Ancares hace treinta años, cuando apenas había alguna carretera asfaltada, y se quedaba estupefacto rodeado de feudalismo. Si volvías luego al mismo sitio quince años después, carreteras y progreso a discreción, parecía que habían pasado tres siglos, como mínimo… de la palloza a la parabólica en un vira vira, de golpe en la centrifugadora… El libro de Herr Lois es de antes de asfaltar… y eso tiene su punto. 

Todo lo anterior, carente de sentido alguno, no es más que una disculpa kitsch para deciros que Kundera está tan obsesionado con Franz Kafka, pero tanto tanto, que es mejor que os leáis Los testamentos traicionados y lo comprobéis vosotros mismos. De paso abrid bien los ojos, porque Milan nos lo explica bien clarito, y yo le creo, que resulta que el Kafka que leemos no es Kafka, que es otra cosa… Ya sé que esto os suena, porque muchos lo espetan por el mundo adelante, aunque sin explicarse como es debido… Pero Kundera nos lo deletrea bien clarito, para que no haya dudas. En la cuarta parte del libro, titulada Una frase, Herr Milan hace desfilar distintas traducciones de una misma obra de Kafka, en concreto de un pequeño párrafo de El castillo, y las compara entre ellas y con el original…. De risa, qué tomadura de pelo. De verdad, vaya con el cambiazo que nos han dado… Y qué miedo, en manos de qué tarados estamos, es que nada que ver… al final, Kafkiano no son ni Kafka ni sus obras, sino la imagen (ya mito) que se trasmite de él, tan afectada y bulímica… y la imagen/traducción de sus obras… todo este affaire, impotente y morcilloso, roza la tomadura de pelo… rematando el bochorno nos topamos con que las sobreactuadas traducciones de K que nos presenta Kundera a lo que tienden es a parecerse no al Franz original sino al Kafka mito… así no vale… echadle un vistazo al asunto porque no tiene desperdicio… eso sí, cuando Milan se pone a hablar de sus obsesiones musicales, les dedica la mitad del libro, es más bien aburrido… De vuelta al pupitre le gustan Broch, Musil, Gombrowicz…

viernes, 8 de noviembre de 2013

Leonora Carrington/Memorias de Abajo

Las Memorias de Abajo de Leonora Carrington son de muy abajo, ella nos aclara que de “down below”... al fondo de todo, cubo infinito de negrura, de esto que muy mal y muy oscuro y muy... también son memorables e impresionantes...

La pedazo de edición ´91, que hay que esperar un tiempo largo para enganchársela por internet a algún descreído cansado de las locuras femeninas y que va y la pone en venta a precios populares, es una maravilla de “up above”... Los Libros del tiempo venían empatenados de bonitos, con unas cubiertas que quitaban el hipo, plagados de misterios... Éste, a mayores, con láminas y grabados de Frau Carrington y de Max Ernst, con quien andaba de amoríos la prota; también con varias fotos de Lee Miller, la mejor la de la portada, Leonora es la que sale agachada... aunque que quede claro, para los desorientados militaristas, que las fotos de Lee Miller son en plan pandilla, que todos formaban parte de la misma banda de artistas y vividores y locos de atar y que se solarizaban con Man Ray todo muy bellamente artístico etc., pero no aparecen las fotos de la 2ª cosa esa, ni, mucho menos, el posado de Lee Miller, año 1945, Berlín, final de la guerra, en la bañera del Führ... que eso son palabrotas, morbosos...

En esta edición, junto con Memorias de abajo, vienen varios cuentos de Frau Leonora, con un punto fantástico, surreal y demente... pero lo que merece la pena de veras es “Down Below” el relato pormenorizado de su locura, situada básicamente en un manicomio digo sanatorio de Santander. Antes de que la encadenaran a la camilla con correas y pinchazos de Cardiazol (mimá qué convulsiones), Leonora, de buena familia y algo lunática, escapando del III Reich, lo mismo que su Max Ernst, aparece en Madrid, a duras penas y por lo pelos y Pireneos a través y como tantos otros... todo ello debió suponer mucho estrés y Frau Carrington empieza a hacer cosas singulares y distintas y pintorescas y surrealistas de más, pasa luego a loquear del todo y se la acaban llevando al Norte, a la clínica del Doctor Morales, donde ingresa en Agosto de 1940 y venga esos pinchazos del Cardiazol que por lo que cuenta la señorita... luego sale de la clínica, curada, aunque parezca mentira, pero no lo es, y vaya experiencia la que ha vivido, y nos lo cuenta todo en sus Memorias de abajo... viaje de ida y vuelta. Entre las láminas que acompañan la edición viene la del mapa que dibujó de la Clínica de Santander, el “mapa de Abajo”, con sus distintos palacetes, jardines... más bien el plano de cómo lo veía y entendía Leonora...

No sé si impresionado con el relato o la persona o el “mapa de Abajo”, o lo que sea, Leopoldo María Panero espeta una anécdota del viaje a las profundidades de la Señorita Leonora en una entrevista que le hacen en tve. Está con Chavarri, Dragó y el biógrafo del propio Panero y les cuenta una de las idas de olla trinitarias de Carrington... también les dice que ella estuvo internada en Mondragón (lo mismo que él), en vez de en Santander... trampa... nadie rechista... no sé.

Hay un tipo que se topó en una exposición con el mentado mapita. Le sacó unas fotos y lo colgó en un Blog (pinchad). Lo que no hace es presentar la leyenda explicativa, que resulta indispensable y que sí viene en el libro: jardines, distintas casas, radiografías, cementerio, etc... como es algo amplia, os aclaro que “Abajo” es lo que aparece con el nº 7, al lado del nº 6b, “Emparrado”, donde están “a) Mi habitación en “Abajo”, el eclipse y el limbo”...

viernes, 1 de noviembre de 2013

Cid Cabido/ Middelharnis

Sin comentarios el zarpazo del tipo Cid que es como para seguirle la pista haga lo que haga, se meta lo que se meta, elucubre lo que piense…

Un Curmán X me vino con que tenía que agenciarme algo de Xosé un día que me vio que me faltaba algo, a medio camino entre una descarga de 220 voltios y la guillotina… tú tranquilo, meu, échale un vistazo a Cid Cabido, que la tensión está garantizada, y la imaginación, y la tralla verborreica a discreción, que si juegos de palabros e invención pura y dura, que el gachó no para quieto y arriesga con argumentos y pareceres y presentaciones… a ver, que lo de menos es que a uno le guste, a mí me gusta, que lo del tipo Cabido es de cuidado, armamento pesado…

Con la orden digerida me puse con Días contados… Téñome que me irme, toma titulazo para un relato, no de los mejores del libro, el relato digo, pero vaya con el nombrecito… Días contados no está mal, pero uno espera más porque se ve que se puede encontrar con más, que, si no, ya se conforma con lo que dan y todos tan encantados con la fruta de temporada.

O camiño de Middelharnis sí que lo deja a uno como pidiendo papas, thrombocid y dame un respiro Xosé, de verdad te lo digo, que pareces una batidora de estrés literario, a ver si soy capaz de entenderte lo que me quiéresme decirme que vaya bomba de relojería que te explota en todas las naringes, que vas pensando en otro libro de relatos y te encuentras con esto y entonces ya confirmas que este tipo es una cosa seria y atrevida y por momentos rachadora y casi siempre incomprensible, dicho esto como el mejor de lo elogios, incomprensible de que no se entiende nadita pero bonito a rabiar… y quieres más y más que es como un vicio o un…  una ida de olla, solo de guitarra, estridencias, distorsión y calambrazos en las sienes… otra, otra… toma Cabido, vaya lóstrego.

Hace nada llevamos un susto decibélico de cuidado con Motorman de David Ohle (pinchad) sí sí, cosa seria, tremendo puñetazo… vale, pues bótalle un vistazo a Middelharnis, al cuadro si quieres, pero al libro de todas todas, y con precaución, achtung! que según lo que esperes te me vasme a enfadar, ojo que aviso… que hay gente a la que le dices con toda la buena intención escúchate esto y va y te guarda rencor para el resto tus días

Parece ser que lo mejor de Herr Xosé son sus últimas andanadas, no las conozco… O camiño de Middelharnis es de 1988... el cuadro parece ser que de 1689. Xa choveu… el librajo de Cid Cabido, habrá quien le diga experimento, pos fale, es una convoy imparable repleto de Nonhomes y O Sangue y O fulgor y de unos poliedros que flotan en el aire y que son de cuatro tipos distintos y de gente que sólo ve cuando escucha, etc.… tremendo libro trallazo, qué poderío...

lunes, 28 de octubre de 2013

Johnson y Frisch tienen un accidente...

Uwe y Max, para que no haya dudas… Se apreciaban, creo que se admiraban y, posiblemente, discutían hasta que les resultaba inevitable hacer las paces.

El Grupo 47, no sabiendo nada de él, mi caso, parece más bien una cosa así como el mundo rosa de los escritores…

Dicen que la idea del nombre, seguro que se encerraron tres semanas a cal y canto en alguna habitación nórdica sin ventanas ni ventilación ni muebles para valorar y discutir lo del nombre que le pondrían al gruppe… al final lo copiaron de la Generación del 98, pero cambiando generación y 98… no lo entiendo… habría que haber estado en la habitación. Seguro que hay actas y planillas del suceso… Luego vino el apoltronado Mann y los clasificó de “chusma” y “banda de mataos, lo cual tiene su gracia…

Siguiendo con lo rosa, Ingeborg Bachmann, aparte de escribir quetecagas, los debía traer loquitos… Paul Celan la tenía hipnotizada a ella, ojo, pero ella hipnotizaba a varios de los otros. Frisch el primero… nos lo cuenta Max en Montauk, libro mayúsculo, su convivencia y cuitas, qué pupa las tipas…

Y llegamos al accidente… Max Frisch escribe su relato Apuntes de un accidente que está lo que se dice muy bien, a poquitos, viaje de enamorados pero ya menos, algo hastiados quizá… que se ve que este tipo sabe cómo enganchar con un puntito de dolor. De eso que notamos que nos están hurgando, sin llegar al sacrificio… pero sin quedarse en lo banal… el relato lo incluye en su diario, disque…

Enterado del asunto, Uwe, que admiraba a Maxito un quintal y que debía botar arte por los cuatro costados, se pone con sus Apuntes de un accidentado en plan no veas lo que tengo que decirte, carajo… miña nai el Johnson... Ya te lees Dos puntos de vista y la cosa se te viene con toda su claridad, que Herr Johnson es un fuera de serie… Animado te coges su Apuntes de un Accidentado y tras la merienda echas unos cohetes para celebrarlo, siempre apuntando hacia el cielo que, si no, puede haber destrozos… El gachó es cosa seria. Aparte el nombre, que es bien bonito, y el apellido, que es bien común, merece la pena.

Volviendo al rosa... en la foto de arriba del todo sale Uwe Johnson con un desconocido, ambos en el estudio de Günter Grass. Al desconocido lo buscan desde el año 2007 En la foto que tienen juntos Johnson y Frisch  a Max se le ve como con más empaque, ya entrados en edades los dos… De la foto que tienen juntos Kurt Vonnegut y Tom Wolfe, no sabría qué comentar, salvo que me gusta…

lunes, 21 de octubre de 2013

Desnos el destripador

Quien haya leído ¡La libertad o el amor!, y a pesar de que el titulito de marras lo echa a uno para atrás, sabrá lo que hay dentro: la gloria pura, por seguir con los términos absolutos… el librajo de Robert Desnos es insuperable, una joya absoluta, un escándalo, de esto que apetece largar por escrito alguna de las innumerables marabuntas aladas que le salen a Herr Desnos de la cabeza para que veáis lo que es bueno…

“Navío de madera de ébano que zarpaste rumbo al polo Norte, la muerte se te presenta en forma de bahía circular y glacial, sin pingüinos ni focas, sin osos. Conozco la agonía de un navío atrapado en la banquisa, conozco el estertor del frío y la muerte faraónica de los exploradores árticos y antárticos, con sus ángeles rojos y verdes y el escorbuto y la piel quemada por el frío.”

Sí, sí, pupa de la buena. Ojo con el tipo, vaya maneras… rumbo al polo norte.

Lo de insuperable se refiere a en lo suyo, quiero decir que el libro no vale para todo, no es un paracaídas, ni una cuchara, ni un transistor, ni una peripecia nocturna, ni un tratado de álgebra, ni una Fender, que lo que viene siendo es una ida de olla… El cielo en llamas de Sá Carneiro (pincha aquí, sí) también es insuperable en lo suyo, sin que sea ni un espejo ni un termómetro.

Desesperado por leer algo más de este absoluto fuera de serie me topé con un artefacto de lujo, fetiche rosa en pasta dura con unas ilustraciones macabras y escabrosas y bien bonitas de David Sánchez… Antes de acabar sus días en Theresienstadt, año 1945, justo cuando los liberaban, que ya es catástrofe el asunto y mala suerte la suya, Herr Desnos se las gastaba de artista inmenso pero también de periodista… de ahí sus artículos sobre Jack el destripador… de ahí está edición, que le dicen fuera de colección, cosa que ya me enteraré de qué quiere decir exactamente, aparte lo obvio…

Periodista, sí, pero la cabra tira al monte, aunque arda en él, y sus reportajes acaban de la manera que le da la gana el gachó Desnos, que hasta se entrevista personalmente, 40 años después de sus andanzas londinenses, con J… mejor paro.

sábado, 19 de octubre de 2013

Cinco golpes tremens

Hace nada leía embobado y sin remisión un libro de un tipo inmenso que son punto y aparte las cosas que dice y escribe. Como siempre que lo leo yo estaba encerrado en el cuarto oscuro por si acaso es necesario encerrarme en el cuarto oscuro, mejor ser precavido, que nunca se sabe leyendo al gachó sideral y sus marcianadas post mortem…

De repente suelta cinco títulos de libros… qué golpe yugular, carajo. Me dejó tremens… De los cinco golpes, tres ya los había leído… ¿y?... De los otros dos, uno nunca se me habría pasado por la cabeza pillarlo… y al otro hace tiempo que le tengo ganas, que otras cosas de ese autor me han gustado bien, aunque no todas, cuidado… no digamos la edición en la que sale un pájaro Cosmos ahorcado con arco iris de fondo

Vuelvo a lo del golpe… horrible, y sin sentido alguno, Me dirás, que te suelten cincos librajos y quedarte planchado. Sin ganas de nada. Y hablo en serio… Que yo no leo para que luego me vengan con estas historias… Treinta horas y sin luz… Que leo porque me gusta… después conseguí salir de la habitación. El anzuelo depresivo en cuestión, situado en la página 82 del libro que estoy leyendo, dice lo siguiente:

Cándido, Cosmos, de Witold Gombrowicz, El juego de los abalorios, de Hesse, La náusea, de Sartre, o El extranjero de Camus. Se trata de cinco obras geniales de una clase muy concreta: las que proclaman su genialidad a gritos.

La cursiva es del autor que me golpeó en el tremens de la yugular… el subrayado es mío.

Si lo repetís os podéis volver tarumbas del todo… Yo lo hice: las que proclaman su genialidad a gritos, las que proclaman su genialidad gritos, las que programan su genialidad a trigos … las que proclaman su genialidad a gritos me ha dejado hecho feito polvo unha merda desbrozado… a gritos oscuros en la habitación…

No sé a qué se debe esto de entristecerme con el puto párrafo del autor que se cree que se lo sabe todo todo, pero no salgo ni para atrás del trance… De los tres que ya leí de la lista de cinco, uno me gustó hasta el delirio, otro me gustó moito muchísimo una pasada pero menos que el que me gustó hasta al delirio, y el otro también me gustó, pero bastante menos que los otros dos... De los que leí de Witoldo, su Diario es barbitúrico… y algo caro. Cosmos habrá que ver… De Cándido no tengo nada que decir salvo que me entró la curiosidad por éste también...

En el cuarto de castigo con el anzuelo enganchado en el paladar me acordé de dos compinches anfetamínicos que tienen, uno El juego de los abalorios, y el otro El extranjero, en los altares de lo insuperable…







martes, 15 de octubre de 2013

Uwe Johnson ante el Mauer...

Uwe Johnson, reclamado como propio por ambos bandos, que hasta se daban de bofetadas por esto, no sale en la lista canónica de Reich – Ranicki… está bien.

El tipo es para tomárselo en serio, muy en serio. Mito para muchos, paniaguado para algunos y hasta… aunque sus libros son imposibles de encontrar hay un par de ediciones recientes que nada más pedirlas te las topas entre las manos… Dos puntos de vista, como quien dice dos opiniones, dos visiones apuradas entre los exabruptos de la cosa histórica… cuando a uno le plantan delante de las narices el muro, así sin enterarse de la misa ni la mitad, de la noche a la mañana, entre otras lindezas te puede pasar que te quedes tú aquí y ella allá, achtung fatalismo! putada gorda, no digamos para aquél de los dos al que le haya tocado la DDR… Da lo mismo que ella fuera la del fin de semana o la definitiva, amiga, novia o simulacro, que al venirse encima el muro se nos convierte la relación, o lo que fuera, en inevitable y para siempre… el caso es que el plan se pone grisáceo, a moretones… y entre muchas otras opciones te puedes poner a elucubrar fugas… o a pegar tiros.

La versión de Herr Johnson sobre el mes de agosto de 1961 en Berlín es una gozada de libro que cuando te lo lees te parece que es raro o enrevesado y hasta difuso pero que se entiende todito de pe a pa… y te das cuenta de que el tipo Johnson sabía hacer las cosas, aparte lo cual, también te das cuenta de que tenía un aire muy suyo y como bastante creativo, como si siempre acertara las adivinanzas, eso que tienen algunos afortunados que dicen o hacen cualquier cosa y siempre les queda bien y admirablemente se te meten en el bote o en el bolsillo… resulta que ese punto lo tiene Herr Uwe así que el librajo es una maravilla que te engancha por los bemoles de la curiosidad y la contemplación… otra pulsación líquida, intracavernosa, para que no digan los que exigen definiciones claras y objetivas, carajo…

Para los de las definiciones claras también está recomendado el detallado reportaje documentario, círculo de lectores, Invierno en Agosto sobre la cosa del levantamiento y ascensión del muro que se largaron otros dos anonadados ante el acontecimiento, Hermann Zolling y Uwe Bahnsen… Informe, dilema, nombre en clave, túnel, escapatoria, firmes, presenten ar! y todos los demás dimes y diretes sobre la cuestión en sí misma, a la manera de empiezas y no paras, como una apisonadora, bien trabajado, bien expuesto, entretenido y acuciante. Acabas y quieres más datos… entrevistas y cuadros sinópticos y estadísticas de los que se iban cada año, de los que se mudaban a enfrente…

Uwe Johnson, cuando aún se podía, también se mudó a enfrente, salía en esas estadísticas…







viernes, 4 de octubre de 2013

Jorge Luis Macedonio

Estoy intentando descifrar el enigma que me acabo de topar en forma de librito más bien escaso…. Dicen que Macedonio Fernández es una invención del Bonaerense Universal, pues resulta que a Borges se le dio por inventar un personaje más y le salió Macedonio… no sé si quería inventar un personaje más o inventar el personaje… da igual, le salió Macedonio Fernández…

Luego va el personaje y se le hace carne y encima escritor y luego viene una recua de acólitos que le sueltan a uno el vira vira, el cambiazo, y te espetan que no! que lo que realmente pasa es que Borges es una invención de Macedonio Fernández… mimá… aclárense...

El librito que ofrecen por aquí para deshacer el entuerto es escaso en todo menos en el título que le estampan a la mini antología del Macedonio: Manera de una psique sin cuerpo (relatos, poesía y metafísica), vaya letanía… que coincide casi al dedillo con el título de su poema Manera de la psique sin cuerpo. La idea que se le queda a uno es más bien fragmentaria…

Cuando enviudó, Macedonio le pidió a un ingeniero ruso que le construyese una máquina de Elena, para perpetuarla ahora que se había ido… tal cual. Ojo al tipo. Ahí va y se abandona… de la existencia del androide femenil no tengo más datos…

Creo que Herr Fernández lo que tenía que haberle pedido al ingeniero ruso debió haber sido una máquina para que sintiera por él. Porque él lo pasaba muy mal sintiendo lo que sentía, que parece que le hacía mucho daño, serían penas por Elena, y debió endilgarle el marrón a otro. … pero ahí quedó la cosa, lo dejó todito y se puso a escribir sin parar… Por lo poco que se muestra en este Libro parece que cosas poco transitadas y varias rompedoras…

Dos de los relatos que aparecen en el acertijo, Tantalia y Cirugía psíquica de extirpación hay que leerlos… experiencia seria… una pasada, parecen quiebros, de estas cosas que te salen de golpe y sin querer o eso parece y mejor ya no tocarlas porque están que de verdad de la buena vaya relatos de los que o te encantan o te asombran o las dos cosas… Poniendo títulos se quedaba solo, No toda es vigilia la de los ojos abiertos… un virguero.




sábado, 28 de septiembre de 2013

Montauk/Frisch... y 20 Romane

Vengo de alucinar con este librajo. Montauk de Max Frisch… está moito bien, de esto que es que como si nos hubiéramos pasado por el sitio éste que da nombre al librito, en la punta de una isla atlántica, y eso que el tipo salvo el nombre apenas nos cuenta nada del lugar. Lo que nos cuenta son sus cuitas y porfías con las féminas… y lo cuenta bien de verdad, artísticamente y con ese empaque que convierte 40 páginas de monólogo ombliguista, el librajo roza las 150, en una festín…

Cuando te lo acabas, y amagas con volver a darle un pase, que el cuerpo te lo pide, te topas con la contraportada y el anuncio horroroso… el crítico intocable ¿apoltronado? ¿repelente? se nos viene con las mejores 20 novelas en lengua alemana. Reich - Ranicki quiere canonizar, allá él… El caso es que va y se nos suelta con que Montauk sí debe estar en tamaña lista, bravo por Herr Frisch… luego la curiosidad lo lleva a uno a consultar esa parida con nombre de lista, y el mayor espanto se apodera del incauto… para pegarse un tiro, vamos… como para deprimirse, literalmente… qué pensarán Kafka y Bernhard al verse en semejante planilla… a lo mejor están encantados… con varios de sus ídolos…

Lo de la lista ésta de las 20 mejores Romane, salvo alguna gloriosísima excepción, debe ser la prueba contumaz de que la novela teutona es como ir a Italia y pedirse un pincho de tortilla de patatas… que para eso uno no se va a Italia, que ahí hay otras cosas, y el pincho de tortilla mejor del mundo nos lo ponen en el bar de la esquina, al ladito de casa… no digo que esto de la novela en plan clasicota no se haga con decencia por aquellos lares, sin duda, niqueladas, empatenadas, una maravilla… pero es que lo que pasa es que da la sensación de que sólo el más aburrido, quien no vale para mayores desafíos, es quien se dedica a hacer novela canónica en alemán… lo que de verdad merece la pena en Tedesco son los extremos tutiplén, las desviaciones radicales, las idas de olla, el ombliguismo barbitúrico, el encerrase en el cuarto y enloquecer… en forma de novela, que las hay muy raras y sorprendentes y sinceras y nada afectadas y que ya ni se reconocen como tales, si es que eso existe, la novela digo, que a saber… y en otras formas por escrito, no digamos las insuperables obcecaciones metafísicas y líricas… ahí, ahí es donde hay que morder, meu y dejarse de convites belle epoque…

Entonces lo ponen a uno contra la pared con la obligación de decidir qué quemar y qué salvar, vaya chorrada, me diréis, y a mí qué carajo me importa, y cojo el lanzallamas y me cargo toda la novelística canónica teutónica S. XX y me quedo más tranquilo que el pupas, pim pam pum, Mann Musil Hesse, así, sin inmutarme, y no me vengáis con paridas de  sociopólitica para lectores de periódicos o fanáticos del voto que lo mismo hago con Tolstoi y Dickens, Dumas y laconchatusmuelas lo siento, me han obligado, es cuestión de prioridades, habrá otros que a quienes fusilen será a los que salvo yo, qué bonito, sí… pero yo luego cojo y fusilo a quienes tiene la indecencia de fusilar a quien salvo yo… hasta ahí podíamos llegar.

Hablando de extremos, Montauk de Herr Frisch es un glorioso extremo… a lo mejor pasa que en rollo teutón lo radical y extremo y degenerado y avieso es lo canónico y clasicote… tiene pinta, miña nai qué jaleo…

Fuego, digo feuer… quién era, Böll?... tontao, a ese había que salvarlo que es un…

viernes, 20 de septiembre de 2013

Mayta/Callejón de Huaylas/Ouréns

Estoy metido en un atolladero andino sin solución, por lo menos a corto plazo ni hoy ni pasado mañana. Resulta que me engancha Herr Jan Lust con su Lucha revolucionaria. Perú 1958 – 1967… espectacular documental, detallado y absorbente, ya lo sabéis… tras lo cual uno se mete con la Historia de Mayta, que el propio Lust nos pone sobre la mesa…

Y aquí hay que pararse de nuevo, que el librajo de Vargas Llosa es una tremenda pasada, novela impresionante que se te agarra a las manos y se te pega a los ojos y… jopé, me voy a echar al monte, y ya decidiré más tarde contra quién o quiénes, que eso ahora mismo es lo de menos… La Historia de Mayta, será porque es subversiva de salón o porque es de comienzos de los ochenta o por lo que sea, pero parece que no es para tomársela tan en serio, quiero decir que tan en serio como otras del gachó que las hay que… error, fallo, silla eléctrica, vergüenza… Historia de Mayta estáquetecagas, una gozada, anda sola, no hay quien le dé el alto, gran bola de nieve, una pasada… el que lo dude que se ponga a ello… luego nos vemos en la serranía…a un cuarto de hora de la expansión… bien organizado todo, nada de advenedizos ni principiantes ni rollo bisoño ni demás mierdas de tertulia…

Durante este ratito he estado pensando contra quién o quiénes esto de echarse al monte… está difícil la cosa… lo mismo que hay rapazas que confunden las ganas con una lenteja a remojo.

Con Historia de Mayta seguimos sin poder salir del brete en medio del altiplano, que resulta que ahora se nos vienen con Lituma… cajindiola, que me quedo sin tiempo para la toma de decisiones… Deduzco que habría que seguir el derrotero de las revueltas andinas con Lituma en los andes… ahoritita nomás me lo agencio… Lituma aparece en Historia de Mayta, simple mención, de refilón, milico, uniformado… llega en bus a Jauja, a tiro limpio con Vallejos y Mayta y los chavales del colegio… trepando trochas y corredoiras, cazando… Cosa seria el libro de Herr Mario… Lo de las trochas andinas recuerda a los choutos del coloso Ferrín por la raia… miña nai… Penagache y el Callejón de Huaylas a golpe de redacción… ahora siguen las portadas de revistas de los ochenta, hay que ver, y los artículos relacionados.














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