sábado, 22 de noviembre de 2014

Lanzmann y Murmelstein en Roma

Claude Lanzmann se explayó tanto en su afán documentador, en su avidez glosadora, que, en las más de ocho horas de duración de Shoah, insuperable e impactante empresa, sólo nos encontramos una pequeña parte de lo filmado inicialmente para realizar su totémica película por este Hércules gabacho.

Distintas partes se desecharon por varios motivos… otras lo fueron porque valía la pena que, con ellas, se hiciera un nuevo documental de los que se gasta este tipo, de ésos que te dejan temblando.

Ahora se puede ver, si uno se busca algo la vida, el colofón yiddish de la gran obsesión de Herr Lanzmann, El último de los injustos… impresionante artefacto de 2013.

Consiste la cosa, básicamente, en las entrevistas que, hace 40 años y con motivo de la realización de Shoah, el amigo Claude le hizo a Benjamín Murmelstein, presidente del Consejo Judío de Theresienstadt… para algunos de los suyos una víctima más del terror de ojos azules pero, para muchos otros de esos mismos suyos, el diablo en persona, un déspota y un traidor.

Allá se fue, a mediados de los años setenta, Lanzmann a vérselas con Benjamín en Roma… con el único presidente del Judenrat de un campo de concentración que sobrevivió al exterminio… cómo era eso posible sin ser Lucifer en persona se preguntaron algunos…

El discurso, comentarios, gestos y bufidos de Murmelstein, a lo largo de las casi cuatro horas que dura el trallazo, lo dejan a uno pegado a la ventosa de la tele como si estuviera con respiración asistida, sístole diástole y shock total… tremendo.

El tipo Murmelstein es un torbellino que larga sin parar, y que, por momentos, da más miedo que otra cosa, achtung!… polemiza con Gershom Scholem, también con alguna de las afirmaciones de Hannah Arendt, principalmente, a raíz de la publicación de Eichmann en Jerusalem, con la que alude a la banalidad de los asesinos. Sin embargo, y no sabemos si a su pesar, aunque no lo parece, el propio Benjamin, a veces tan excesivo, podría parecer la personificación, la prueba viviente, de alguna de las opiniones más urticantes de Frau Arendt, también expuestas en su Eichmann

viernes, 14 de noviembre de 2014

Mao acaba con DeLillo...

Garry Winogrand
Se lo come del todo… tanto el I como el II… Le cae Mao encima, a la vista los premolares, y se finiquita el don de este tipo.

No me aclaro, es más, estoy hecho un lío, que dicen los que saben de verdad, ojo que me refiero a los que de sí mismos dicen que saben, qué medo de tipos, que DeLillo es el elegido… que nos olvidemos de los demás… mepartoelculo…

Ante semejante fregao, vaya alegato megalómano eso de que DeLillo es el elegido, no me queda otra que levantar el auricular, telefonear a la central y esperar instrucciones. Me coge Gaddis, que me pasa con su secretaria para temas residuales…

Aclaro, sin miedo al motín, que, con tal de que el librajo esté bien, me da igual todo, desde argumentos, ritmo y no sé cuántas chorradas más, hasta las faltas de ortografía, si es que las hay…

Y aunque tengo ciertas dudas sobre Mao II… una cosa sí está clara: vaya bluff de libro… Resulta que Herr DeLillo, teniendo en cuenta los que he leído, tiene un libro cojonudo, entiéndase Submundo, y dos decepcionantes, que va por Mao II y Ruido de fondo… Con lo que, siendo estos tres, precisamente según los entendidos, sus grandes ¿logros?… parece que pintan bastos en el barrio…

La secretaria me pasa de nuevo con Gaddis, que la conchastusmuelas, me espeta, desgraciado, continúa, que Don es un… le cuelgo, que me sonaba a puro corporativismo cínico.

Ante el fiasco, se me ha dado por informarme en diversas y distinguidas páginas literarias sobre las virtudes de Mao II. Inmensas, me aclaran a coro. De risa… como resumen sublime del artefacto Mao II sus exégetas nos cuentan que, con este librajo escaso y moroso, (estos términos contables son míos, no de sus estudiosos) el gachó Don ¿supo predecir? el ascenso de cierto tipo de terrorismo… ya está? en serio?... están de coña estos tipos, quiero decir, se han leído el puñetero libro? 

Semejantes análisis becerriles son dignos de aparecer, además de en cualquier blog como éste, pues como iluminaciones geniales en el propio Mao II, otro monumento de cartón piedra ya medio podrido antes de acabar de escribirse… ahí, ahí con La carretera o con Expiación por poner dos.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Agamben y su Homo Sacer

Deslumbrante, de escándalo, ground zero… Giorgio Agamben se las gasta en plan Sloterdijk  de esto que, al cúmulo de arte y sapiencia que acumulan (tanto éstos como, cuidado, muchos otros), se une, y esto sí que ya no es tan común, una desbocada capacidad para la especulación, para formular las propuestas más atrevidas que se puedan imaginar o no-imaginar, para encantar/hipnotizar al personal, para innovar y crear categorías de esa manera tan poco habitual que hace dudar a uno, que no sabes si tienes delante la verdad máxima o una seductora improvisación o una parida… y alucinas, aunque no distingas si te sirven bacalao, solomillo o veronal.

Cuidado con el proyectil Homo Sacer que no deja de ser una filosofada sobre la soberanía y la vida y el estado de excepción y la ley, la biopolítica y la nuda vida… juó, juó… llena de propuestas impactantes, marcianadas absolutas que recuerdan las idas de olla del escándalo PeterSlo. Eso sí, Agamben tiene mucho más de inteligible que el teutón flamígero, al que a etéreo y abstracto no le ganan ni el vacío ni el EleEseDe.

A mí me recomendaron Homo Sacer, no sé si como penitencia o como zanahoria… también me espetaron que encontraría en él las soluciones, las razones que resolverían algunos de los dilemas, más bien babosadas, que apremian estos meses a cualquiera que abra un periódico o vea el telexornal… el librajo es tremendo, pero soluciones a los problemas de telediario no hay ninguna... menos mal, que ese análisis barriobajero se espera de cualquier mediocre de tertulia, pero no de alguien mínimamente preparado…

…Y le pregunté al que me lo había recomendado, me puse a hablarle del libro… echamos unas risas, que no le sonaba ni la primera, es que ni lo había abierto… moito… no es al único al que le he oído las bondades de Herr Giorgio y su Sacer, a saber cuántos tocan de oído…

El gachó Agamben parte, entre otros, de Schmitt, Arendt y Kafka, también de Benjamin o de los campos de concentración, para soltarse luego con su solo magnífico y provocativo y deslumbrante… cosa fina. El pedazo libro tiene continuación… que Giorgio muerde y no suelta... ojo con su punto de vista sobre los estados intermedios entre la vida y la muerte, o su visión de los Lager, o el paradigma de la soberanía, o la vigencia sin significado… parece un saxofonista de los buenos, en una tarde de las mejores…

Por cierto, que ellos se juntan..., el amigo Agamben aparece, con un pequeño papel, en una de las mejores pelis de Pasolini…
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