domingo, 28 de diciembre de 2014

Panero sin rumbo cierto...

Juan Luis Panero decía que andaba Sin rumbo cierto… título con el que se editaron sus memorias conversadas con Fernando Valls… inevitable pensar, entonces, qué rumbo sería el de Leopoldo María, si el de su hermano mayor no era cierto.

Comillas es un sitio bien bonito, que aguanta el tirón de quien va o viene de Santillana y alrededores… aparte el lugar está el premio biográfico que tiene organizado determinada editorial…

Lo mismo que se lo dieron, el premio Comillas, al impactante y memorable Pretérito imperfecto, de Carlos Castilla del Pino, joya absoluta que hay que leerse más bien cuanto antes, también se lo concedieron a Sin rumbo cierto… que no engancha y absorbe como el de Castilla del Pino, ni de lejos, pero que también tiene su aquél, sin duda… a pesar de dar la sensación de haberse hecho con ciertas prisas… algo en plan apura que no llegamos a tiempo de que nos caiga el trofeo…

Datos, opiniones, poemas, críticas y de todo un poco, en una especie de batiburrillo no sé si snob, kitsch, de placa inaugural de monumento, o todo junto y a la vez, es lo que nos presenta el Gachó Panero… con lo que está claro que desperdicio no tiene ninguno… gustos y filias y fobias y más de una buena boutade, sí señor. De esto que bien habrían venido doscientas páginas más para aprendernos otros entresijos de quien conoció, se codeó y compartió amistad con todos, desde Borges a Rulfo, pasando por Paz, Eliot, Cernuda, Biedma, el desmadre y el alcohol, media Sudamérica y buena parte de Europa… y paro, porque es mejor que le echéis un vistazo al librajo, que merece la pena, a pesar de la foto de la cubierta, que tira para atrás… menos mal que dentro las hay mejores y de todo tipo.

Ante la fama y prestigio de Leopoldo María, que casi anula al resto de la familia, Luis Antonio de Villena nos aclara que Juan Luis tiene varios libros de verdad buenos… no tengo idea de cuáles son, pero me enteraré… De Villena que acaba de publicar otra biografía de la cinematográfica familia: Lúcidos bordes de abismo. Memoria personal de los Panero, cuyo título recuerda a la impagable biografía de Leopoldo María Panero de J. Benito Fernández: El contorno del abismo. Vida y leyenda de Leopoldo María Panero.

Luis Antonio de Villena nos recuerda que, entre los hermanos, no sólo Leopoldo María sino, también, Juan Luis era buen escritor… a lo que habría que añadir que Francisco Umbral soltó que “Leopoldo (por el padre) era buen poeta, mejor que sus hijos”… ahí duele, meu.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Gopegui/ La escala de los mapas

Me enteré recién hace unos días: que había que leerse algo de Frau Belén, que era cosa muy a su manera: nata y alfajores, marejada de fondo, viento rizado y tropezones de emoción...

Y me pillé un resfriado de tres pares, que se me quedó la ventana abierta, el asombro en las manos, el ánimo en las nubes, y yo leyéndome La escala de los mapas… y ojo, que es su primer trabajo, miña nai, de esos primeros libros que te puedes retirar, si te da la gana, a vivir dentro de una canción de los Smiths…

Al tercer capítulo ya había llamado a dieciocho mil personas para que me ayudaran a cerrar filas y correr la cortina. Y todos menos uno se pusieron a leer a Gopegui Cuando acabaron hicieron una encuesta cuyo resultado desconozco. Con el otro me tomé un café…

Da la sensación de que Belén esperó mucho, para mí que años antes ya debía tener de sobra para noquear al más pintado… porque en este libro tremendo y espectacular bota por fóra, siembra, derrama, esparce… que La escala de los mapas es como una inundación, que, a mí, me pareció de gloria pura y vibración. Unas maneras y un arte al margen de gustos, con un algo de atropello y exageración, y un mucho de magia… de estas cosas que cuidado con ellas…

Se me vinieron a las meninges, por eso del primer librajo flamígero e incontestable, Benet y Laforet… también se me vino El mapa y el territorioen el que Michel H amaga, intenta, de manera cutre y fallida, algo que Belén borda y domina ya en su primera novela… allons enfants… escrita, por cierto, mucho antes que la del gabacho Michel H, obsesionado, entre otras cosas, con ese imposible cacofónico de parecerse a Céline… Dejo a Michel y vuelvo a Gopegui, que dicen que lo mejor aún estaba por llegar…

jueves, 4 de diciembre de 2014

Alexander Kluge/ Halberstadt

Alguna vez se nos ha escapado que Sobre la historia natural de la destrucción, mismo librajo que el autor tituló Guerra aérea, es cojonuda cosa por escrito, en plan yo os cuento y vosotros haced lo que queráis…

Uno se queda enfrascado en los planteamientos del gachó Sebald, relativos a eso de andar soltando bombas desde el aire por doquier y su reflejo en los libros que tratan de ello... Otros no, que mira que los hay que no soportan a Sebald, y dicen que es un remedo a la baja de Magris (toma exageración) y de no sé cuántos más… eso sí, los del Trust deben tener datos mecanografiados bien claros, y como no se les pasa una oportunidad de acribillarnos, pues venga a sacarnos el listado de Sebald porque creen que candidatos a pasar por caja hay de sobra…

De los libros que desmenuza WGSebald en su Sobre la historia natural de la destrucción, hay varios que, cuando se publicó aquél, aún no habían sido traducidos al castellano… pero el tirón de Herr WG bastó para que más de uno metiera baza. Al poco aparecía El hundimiento, Hamburgo 1943, que publicó La Uña Rota tras ver el tirón del artilugio de Sebald y cómo elogiaba el libro de Hans Erich Nossack…

Ahora es La balsa de la Medusa la que se suma al negocio y saca el Ataque aéreo a Halberstadt, el 8 de abril de 1945, de Alexander Kluge. Con reportaje fotográfico tomado in situ y en el momento de la traca fáustica, vistas laterales y verticales de las formaciones de bombarderos y todo un sinfín de datos, entrevistas a los pilotos aliados y algunas licencias artísticas por parte de Kluge que convierten lo que se supone que debía ser un sobrio reportaje en algo más… que se disfruta de veras, a pesar de varias patadas de la traducción que son como para darle un calambrazo vóltico… 

Como en tantos otros sitios, en Halberstadt llovió a mansalva. Plomo, fuego y sálvese quien pueda. Alguno se debió acordar de un elemento allí nacido en 1900. Otros, seguro que no. Kluge es oriundo de la achicharrada ciudad, de ahí el libro… no sé si le dedicó alguna de sus pelis, ni idea… el Ataque aéreo a Halberstadt está bien, hablo del libro, tiene varias sorpresas y algunos quiebros que más parecen de cine. Todo así muy virguero, documentado e interesante… interesante de captar la atención… Da lo mismo que te hablen de bombas o de gominolas, que hay gente que tiene esa manera de hacer las cosas que engancha…




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