sábado, 25 de abril de 2015

Volpi/Vollmann/DeLillo... buscan a Klingsor

Por fin se sabe por qué el tipo DeLillo no escribió ese librajo inmenso que parecía anunciar en… sí, sí, ése que medio nos presenta en Submundo, el libro que nos prometía, os vais a enterar, rapaces, pero que nunca llegó… acojonao…

La respuesta te la encuentras, indeciso DonDeLillo, tras leer Europa Central de William T. VollmannEn busca de Klingsor de Jorge Volpi… dos libros repletos de pura apoteosis, apabullantes, cometas Halley, fuera de órbita, estelares…

De Vollmann y su impactante Europa Central, tochazo memorable, ya espetamos aquí sus virguerías y florituras sin igual… pues lo mismo hay que endilgarle al libro de Herr Volpi… impresionante En busca de Klingsor. Anda que no estudió y se preparó y se inspiró JorgeV… y encima le sale el libro despampanante… seis años antes que a Vollmann, tiempo récord, qué contrarreloj.

Toda esta fascinación por los crímenes del Reich está alcanzando cotas preocupantes, de delirio colectivo… en el caso de Volpi, su obsesión nos lleva por los vericuetos de la carrera que emprende el Reich por alcanzar a los Aliados en pos de la bomba atómica… nada de Peenemünde y Von Braun… esta vez andamos entre Hahn, Werner Heisenberg, Oppenheimer y demás lumbreras dispuestas a arrepentirse el resto de sus vidas tras ver la carnicería total, el achicharramiento tecnológico que conseguirían sus abstractas mentes matemáticas… todo verdad y todo ficción, un remexido, dos caramelos… un libro de 500 paginazas que se te acaba en un periquete... qué tensión, qué enganche, qué desenfreno por saber adónde nos lleva Volpi,… que hay que ver cómo la sale al gachó Jorge el suspense y el dato y el repaso histórico y todo, siguiendo sus pasos por las cloacas científicas de media Europa y ciertos desiertos norteamericanos… y el bum!... al final en Alamogordo. Trinity… Y la clarificadora grabación, micrófonos ocultos, que le hacen a Heisenberg y su equipo de genios tras la explosión de Hiroshima, en Farm Hall a cuerpo de rey en vez de juzgados en Nuremberg, Operación Épsilon, Operación Alsos… ojo qué alcantarillas, increíble, todos a estudiar...

El librajo de Volpi tiene ese punto en que ya da igual que se nos aparezcan ciertos clichés de pelis de espías (que los hay) o algún que otro truco más que trillado (que también te lo encuentras) o lo que queráis, que el tipo estaba tan sembrado que todo encaja y le queda empatenado… de estas cosas que salen bien les metas lo que les metas, como si es ricina o estricnina, un pareado o tres solos de guitarra de ocho minutos cada uno… que es mucho decir, que a partir de treinta segundos me aburren casi todos… Bravo por Klingsor…

Pero volvamos a Don, que DeLillo se leyó en 1999 el libro de Volpi y se miró al espejo y ya mismo se dio cuenta de que estaba mayor y algo fondón y más que difícil eso de bordar su libro sobre las pruebas nucleares en los desiertos del medio oeste y salir aclamado por la puerta capitular, que la comparación con Klingsor lo iba a dejar en pelotas al Don… y mejor te dejas de coñas, my friend, no digamos de experimentos tipográficos… luego, en 2005, se leyó Europa Central y supongo que lo que se habrá planteado DeLillo no es olvidarse de su proyecto sobre las pruebas nucleares (de eso se encargó En busca de Klingsor), sino que se habrá planteado colgar las botas, sin más… y quedarse en plan gurú ascético de no sé qué cosa llamada metaliteratura o posmodernismo o demás chorradas fashion de las que habla la gente cultísima…

Y ojo, que Vollmann también se leyó el Klingsor de Volpi en el  año 99… pero William T. no se achicó, aunque seguro que se replanteó el soberbio Europa Central que pariría algunos años después… vaya mellizos, estos dos… y no confundir, más de la cuenta, con el libro de Hesse, que con la efusividad lectora nunca se sabe.

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