jueves, 11 de agosto de 2016

Bernhard/La Calera... y así sucesivamente

Estoy en plan Maratón… no el que recomienda Jack Black, que es oírse de carrerilla todita la discografía de Led Zepellin: el Zeppathon, carrerón que ya me he pateado mil veces… sino que estoy con otro… el de Herr Thomas… más bestia aún, porque es como el Zeppathon pero escuchando siempre la misma canción… un vira/vira de granito.


Puestos a poner un obstáculo en la vida de cualquiera podríamos poner La Calera, palmaria demostración de que Bernhard nunca para de machacar y machacarse… “y así sucesivamente” Aclarar que calera es una fábrica de cal.


El “y así sucesivamente” es la frase que más se repite en el impactante librajo del austriaco atroz… después de abordar por enésima vez cualquiera de sus obsesiones que son siempre la misma, Herr Thomas nos aclara: y así sucesivamente… quiero decir que Bernhard dice cosas en la línea de que nos odia a los hombres y a las mujeres y a los hijos de hombres y/o mujeres y también sus idioteces y sus supuestas ideas y/o pensamientos todos nauseabundos y en general odia todo lo que le rodea pero sobre todo odia también lo que no le rodea por lo que odiando lo que le rodea pero también y sobre todo lo que no le rodea y precisamente por ello lo odia todo dentro y fuera de principio a fin de este a oeste… y así sucesivamente.


Cada vez que intento decir “y así sucesivamente” me lío y acabo pronunciando y así sucecivamente… me entra un terrible ceceo o, a veces, también un terrible seseo... Tengo que decirlo con paradiña: y así… sucesivamente, para que me salga bien. Al escribirlo no suelo fallar. Probad vosotros a ver si sois capaces de pronunciarlo bien, y no os confiéis.


Hace unos años hubo un crimen en tierras del interior, de por sí terrible… y que, además, llamaba la atención por el lugar, inaudito, en que acontecía parte de la truculenta y criminal secuencia… En un libro de Josef Winkler aparece narrada una secuencia similar a dicho extraño y criminal suceso, punto por punto, vaya casualidad… en La Calera, también… hombre no!, aquí pasa algo… porque os aseguro que la así denominada “secuencia criminal” resulta inverosímil… El libro de Winkler es Cementerio de las naranjas amargas, en general un coñazo… El de Bernhard, memorable, ya sabéis cuál es.


Después de leer La Calera de verdad que es inevitable pensar que ese grado de enfermedad, me refiero a cómo y sobre qué escribe Bernhard, es de traca… lo mismo pensé al acabar la mitad de sus idas de olla, desde Extinción a Tala o desde Hormigón a Trastorno por no hablar de varios de sus relatos. No sé, qué tipo... como en tantos otros libros de Herr Thomas, en La Calera el protagonista está obsesionado con el trabajo intelectual que pretende llevar a cabo, sobre el que gira toda su vida y que nunca conseguirá, ni siquiera, iniciar... moito; en este caso es un libro, que pretende que sea insuperable, sobre El oido. En otro era sobre Mendelssohn Bartholdy... en otro sobre Las capas de aire... y así suce...

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