martes, 13 de septiembre de 2016

Foster Wallace/Zellini: Infinito ¿Compacto o Breve?

De nuevo me armé de calculadora y anfetaminas… como hice con el Testamento geométrico de Rafael Dieste. Esa experiencia ya la conté; quien quiera aburrirse que busque en el blog… o que se agencie el libro de Dieste.

Juntar esos dos términos en forma de título de un manual de mates, me refiero a Testamento y geométrico, tuvo consecuencias. Muchas de ellas negativas...

También otros juegan a juntar palabras que se repelen… recién he terminado de no comprender la Breve historia del Infinito… a qué viene eso de reunir en el mismo título infinito y breve ¿?... Disimular, luego, la emboscada con “…historia del…” me parece chapucero y… Habría que explicarle a Paolo Zellini que no vale. Que se envaine la historia y que se aclare... Empecé el libro de Herr Zellini con tantas ganas que, ante semejante desbarajuste, me convencí de que Paolo confunde breve con infinito. Error mío, sin duda… Pero trampa tras trampa me acabaron tocando las morales sus continuas alusiones a Borges, Novalis y otros tipos de semejante calibre… Zellini, algo medroso, parece que juega a: me dijeron que comentaron que habían oído a no sé quién decir que otro fulano dijo que creía que… Zellini, meu, un mínimo de.

DFW lo dijo mejor, más claro: Todo y más aunque luego viene una cloaca del editor, en este caso el subtítulo en castellano: Una breve historia del infinito… porque, en el original, el palabro trampa “breve” no aparece por ningún lado, que el original se decanta por “compact”… ahora que cada cual elija entre ir al diccionario o mandarme a paseo o las dos cosas.

El caso es que librajo de Zellini lo pillé convencido y me llevé una trompada… el de Foster Wallace (en plan profe de mates, igual que Dieste) lo pillé pensando en la trompada que me esperaba y al rato me tenía pasándolo no veas qué bien… muy divertido, no hay color. Algo así como El diablo de los números, de Enzensberger, aunque en plan obsesivo y prolijo y/o pedante y frondoso y para darle de comer aparte… Puro DFW.

Entre Breve y Compacto, me quedo con que Los libros de Ciencia para tipos de Letras si salen bien son una gozada… si, a mayores, hay aprietos y conflicto y explosiones, entonces te agarran por las pelotas que otros llaman balls y te lo pasas a garrotazos… como cuando jugabas de chaval a ser chaval... Un ejemplo de lo anterior, conflicto y explosiones: Las guerras del uranio, una rivalidad científica que dio origen a la era atómica… qué gozada. Una pasada, de Amir Aczel.

No se me ocurre mejor sobredosis de pantallazos que verse o leerse o tragarse de carrerilla una terna sobre el asunto salvaje e infame de los científicos que en nombre del ¿progreso? y de la ¿paz mundial? inventan y preparan bombas inimaginables que luego van y funcionan y explosionan a 600 metros de altura y achicharran a todo quisque debajo de ellas en tierra firme durante dos compactos y breves infinitos de luz cegadora sitos, ambos, en sendas localizaciones en Japón. Dobleces…

El terceto: entonces, si quieres saber algo sobre la carrera mundial entre Aliados y Eje en pos de la bomba nuclear y sus tropocientos millones de kilotones de mugre a borbotones, empiezas el empacho y te coges el novelón impagable de Volpi En busca de Klingsor que es una de esas ficciones que resultan más reales que la realidad misma, libro que hay que leerse sí o sí (pinchad aquí)… luego sigues con el manual de Aczel Las guerras del uranio… que es el complemento ideal del libro de Herr Volpi, que Aczel, de tanta realidad, circunstancia, dato, medida e información, parece que nos cuenta una pura ficción… entre Volpi y Aczel de verdad que os desmenuzan el mejunje subatómico, el uranio, la bomba y a Heisenberg, Bohr, Fermi, Otto Hahn y demás abajo firmantes… para rematar el socavón, como nuestro breve infinito es de tres, te coges de nuevo Trinity and beyond y te dejas acongojar delante del televisor…

Punto nuclear: El resumen de todo ello, mira que lo he dicho veces, está en manos de Don DeLillo… que va dejando un rastro, ínfimo y moroso, por desgracia, de la verdad definitiva sobre el achicharramiento nuclear colectivo en algunos de sus libros… qué pena que Herr Don no se atreva, que sólo amague, que no se decida a coger el kilotón por la rampa de lanzamiento y dedicarle un libro entero a esos voluntarios que, de tanta radiación que tragaron durante las pruebas atómicas en los desiertos del medio/oeste, cerraban sus ojos y veían a través de sus párpados, pura visión de rayos X… así, realidad y ficción en uno.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...