martes, 4 de abril de 2017

Un viaje por Galicia… Ferrín/Cid/Taxes/Bello


Hay una grabación de 1929, un documental con un no sé qué de propagandismo kitsch, que pasea las cuatro provincias gallegas, como si las quisiera vender… en ese año, me diréis, y las cuatro, os digo. Lo mejor es por dónde entra el platillo volante. No viene por mar, que entra pisando piedra por O Cebreiro, plena Escandinavia, que esto ya lo he explicado y me niego a repetirlo, haber venido a clase (pinchad)… Desde O Cebreiro puedes bajar en plan oficial rumbo a Samos… o puedes tirar al monte y perderte por Zanfoga, Castro Romeor, Visuña, Ferramulín y demás etapas del descenso hacía la caverna. Muy recomendable el ciclo…

Debí repasar mil veces esas imágenes de Un viaje por Galicia, hablo del filme, que está en internet por cortesía de alguien… y me quedo corto con lo de mil, lleno de optimismo, por si se me aparecía la sombra de Ferrín, por si sentía temblar la tierra presa de una parrafada del tipo Cid… por si las imágenes se anticipaban a los hechos… En el año 1929 no me había dado tiempo de instalar el gran monolito conmemorativo que planté en pleno Ancares tras leer Elipsis e outras sombras tampoco se podía oír ese año el alarido que aún retumba tras enterarse uno de lo que vale un slalom sin rumbo fijo de Xosé Cid

Por ese mismo lugar de O Cebreiro, mirador entre Ancares y Courel, se vino Luis Bello, también en el año 1929… seguro que conocía a los que estaban filmando… Lo suyo era patear la trocha, os vieiros. El librajo que luego escribió lo vi y ni sabía qué cosa era… hojeando, me pudo la pinta y, al ver el mapa del periplo, cuánta sierra, me puse con él, que parecía el itinerario de las escapadas senderistas de cualquier estresado de hoy: Viaje por las escuelas de Galicia suena a vaya coñazo o a encargo burocrático o a itinerario de funcionario catastral o a cualquier cosa salvo a algo interesante… pues no… si en vez de Bello lo escribe Bruce Chatwin estamos ante un indispensable, así somos de esnobs, yo el primero empatado con cualquiera de vosotros.

Bello no se parecía a Chatwin ni en el apellido… en todo caso, se parecería a Giner de los Ríos y demás decantaciones pedagógicas del momento… el libro, aparte el ramalazo bienintencionado de inspección docente, te mete, y de qué manera, donde ya no se puede ir, en otro mundo… en el que están la gramática y los berrinches con los que se pergeñan esas imágenes que descansan sumergidas esperando que un tipo de los que saben de verdad las plasme en su arte y entonces es el acabose porque emergen y deslumbran y flipas… como quien cierra los ojos y ve. Punto.

Una cosa me lleva a... se me dio estos días por darle vueltas a la Colina Primordial… pero no la Egipcia, la otra, más cercana, como si intentas orientarte en el Pico Formigueiros… Hay que imaginar el mundo anegado: cuando recién empiezan a bajar las aguas ves aparecer montañas como Ferrín, como Cid o como Francisco Taxes, que es inevitable no acordarse de semejante pirámide de granito, que el documental de 1929 pasa por Cereixo, terruño del Gachó Taxes.

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