
Estos tipos, supino adiposos más bien tirando a chamarileros, se
dedican a sacar de las imprentas mil por mil ediciones de cualquier
tontería que hayan escrito cualquiera de las niñas de sus ojos, no sé, desde
GGM hasta CJC, de EAP hasta DFW, lo cual me parece que si me interesa el autor
me lo leo, o no, sírvase usted mismo… pero es que editando hasta lo impresentable
e ininteligible
de cualquiera de sus niñas bonitas, viene sucediendo que resulta imposible
encontrar nada de ciertos autores que, si no es por una especie de milagro en
forma de comentario o edición cuasi casera/precaria, parece que no existen… Y
entonces no nos queda otra que cogernos un monumental rebote del tipo pero aquí
qué carajo está pasando, quién leche decide qué se publica y qué no, y sobre
todo, bajo qué criterios se desempeña la función ésta de editar, obviado, claro
está, el de no arruinarse, que hoy no tengo ganas de revoluciones…

Aparte los de La noche, aparecen en esta edición
otros relatos, entre ellos siete de otra compilación de cuentos del pájaro
mexicano éste: Una violeta de más, de los que, de nuevo, varios son de aúpa…
con lo que acabamos buscando más cosas del tipo, intentona que resulta bastante
decepcionante por lo difícil de llevarla a cabo, haced la prueba vosotros mismos,
con lo que volvemos al tema de qué carajo pasa con estos del trust
editorial, que los cuentos de Tario están mucho mejor, pero mucho
mucho, que varios de los monumentales desaguisados que editan mil por mil veces
al año los poseedores de la verdad encuadernada, incluidos los protagonizados
por algunas obritas de intocables autores que pululan por estadísticas y
listados de lo indispensable, y que resultan bochornosos… sin embargo, al gachó
éste no lo edita ni el tato… y a mí no me entra en la cabeza…

Pero vuelvo al experimento a+b+c+d, que la primera vez que lo
leí, aparte de no entenderlo y gustarme mucho, tuve la insuperable sensación de
que JulioC
había intentado algo y que ese algo le había salido de cabo a rabo en Historias
de cronopios y famas. El otro día, acabado de nuevo el libro, aparte de
no entenderlo y gustarme mucho menos que la primera vez, tuve la insuperable
sensación de que JCortázar había intentado algo y que ese algo no le había
salido ni por asomo… es más, es que creo que se quedó a leguas de distancia del
lugar, meta o propósito que se había fijado… porque lo que me niego a imaginar
es que osara fijarse como meta o propósito algo que no fuese genuinamente
genial, sino bastante menos selecto… con lo que siendo el resultado ése, pues… aunque…
es que además… y por si fuera poco. Veremos qué pasa con Bestiario…
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