martes, 27 de marzo de 2012

Tres y siete son diez

Ha coincidido así y, últimamente, han caído en mis embrutecidas manos varios libros de relatos… os digo que debemos tener un cuidado mayúsculo con el asunto de los relatos y cuentos y demás parentela cuando nos la presentan recopilada y/o seleccionada y/o completa y/u otras variantes, todas ellas con tendencia a la generosidad y abundancia… porque hay muchos autores que no pasan el corte, que no estamos para tonterías, que ya está bien… que salvo los buenos de verdad, luego los hay que tienen un relato cojonudo y mil insoportables, y los hay que sólo tienen mil insoportables, pero resulta que los que tienen como mucho un relato pasable, que uno piensa que la casualidad fue generosa con ellos, vienen siendo también autores intocables por la gracia de no sabemos qué tipo de conjunciones astrales y caprichosas decisiones de masas…

Para no perderme con las filias y fobias que me achicharran a menudo, hoy me voy a quedar con los últimos libros de cuentos que me he agenciado… no sé, no sé, debo estar mal asesorado, que he pinchado en hueso más de lo que esperaba y tengo el antebrazo acalambrado…

Ya os he dicho que Tan triste como ella y otros cuentos de Onetti es monumental libro estratosférico recomendable para gentes de aquí e dacolá… si encima os lo regalan en la preciosa edición que se gastaron los de Lumen hace unas décadas, pues en ese caso la cosa es, simple y llanamente, que os quieren, que le importáis mucho a esa persona que os viene con estos detallitos literarios envueltos en cariño… o puede ser, también, que esa persona os ha hecho una putadita gorda y se siente culpable y quiere compensar su tropelía regalándoos ese libro que tanto os apetece… y debéis romper con ella, abandonadla en el lodo, hacedme caso, que no os merece la muy… aunque podéis esperar a que os regale, no os precipitéis, la colección completa y original, vaya pastizal, del Ojo sin párpado o la Biblioteca de Babel, cosa que sería la confirmación, que lo vuestro es el método científico, de que ella es una salida cuasi ninfómana generosa con el espécimen masculino en términos grupales y que vosotros no os enteráis de nada… Y os quiero aclarar que, en mi caso, el libro de Onetti me lo compré yo… que cuando ella me hace regalos suelen ser quinientos libros de golpe y sin venir a cuento… y ay.

Bueno, habréis leído por todas partes que Machado de Assís es un fenómeno intergaláctico del relato. Bien, leeros Cuentos de madurez y veréis que es un coñazo montado a lomos del aburrimiento más decimonónico… también habréis captado en el ambiente que Anton Chejov es otro autor indispensable en no sé qué tipo de historiografía literaria del cuento, cosa que soy incapaz de valorar que no tengo formación para ello, y seguro que lo es, pero cogeros Cuentos imprescindibles y me diréis si soportáis la prueba… que sólo me gustó uno por puro instinto de supervivencia: El pabellón número 6… o cogeros como hice yo, emocionado tras leerme Los detectives salvajes, todos los relatos de RBolaño y veréis que uno, en este caso yo, no se puede dar este tipo de atracones, que es que no puede ser, parece mentira que lo haya hecho… y es que varios de estos autores súper estelares deberían ser, en general y por término medio, mucho más comedidos con la cantidad y más exigentes con la calidad… o no, que cada uno hace lo que quiere, pero vaya coñazo…

…A medio camino está Un amigo de Kafka, de Isaac Bashevis Singer, que tiene varios relatos pintoresco sorprendente yiddish encantadores que merecen la pena… si cruzamos de orilla y nos vamos al otro lado, al bueno, resulta que ahí me leí hace nada una selección de Cuentos fantásticos del XIX, que claro, poniendo un único relato de cada autor, entre ellos: Wells, Bierce, Poe, Kipling, Turgenev, Villiers, etc. es una macedonia que está básicamente de maravilla… y ya puestos, para remontar el vuelo definitivamente, agenciaros una recopilación de Rudyard Kipling publicada por Siruela en dos formatos, el primero en la Biblioteca de Babel como La casa de los deseos y luego como 10 narraciones maestras que es un escándalo absoluto y veréis lo que son tres relatos buenos y siete inmensos que, si me dan las cuentas, son diez en total…

Pero volvamos a los regalos que os hace ella sin venir a cuento… pensad sólo un poquito…

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