viernes, 7 de diciembre de 2012

Quién aguanta esto... II

Lo que le oí decir a continuación sólo me atrevería a calificarlo como milagroso porque tras soltarme por tercera vez que lo sabía todo sobre literatura excepto cómo disfrutar de ella el impresentable que me consideraba su amigo y que se había abalanzado sobre mí me dijo de golpe y como si fuera un punto de densidad infinita y repleto de ilimitada información un monosílabo en concreto me dijo Zas así como os lo escribo y supongo que os resulta fácil imaginaros que al decir él Zas yo lo que escuché fue Zas hasta ahí todo es normal y no milagroso… pero en ese Zas que fue lo que yo le escuché decir y pronunciar Zas tan sólo ese monosílabo que coincide con el nombre de un ayuntamiento de por aquí Zas pues en ese Zas se contenía un punto de densidad infinita y repleto de ilimitada información

fenómeno que a falta de otros recursos que me permitan exponerlo y hasta explicármelo razonadamente considero que fue un milagro o inclusive una epifanía porque fue como si hubiera un parto de datos y conocimiento e información e imágenes y en resumidas cuentas algo que se podría resumir como LA VERDAD que de repente se hizo carne y que yo sentí como me invadía y me colmaba y rezumaba Zas rezumaba verdad por los cuatro costados, un milagro de clarividencia algo parecido a esto que dicen que nos pasa con la percepción del tiempo cuando nos encontramos en ese momento que ahora se califica de fatídico pero que antes era también calificado como milagroso porque justo cuando nos moríamos en ese preciso Zas infinitesimal ya iniciábamos otra vida y hasta subíamos a los cielos o nos reencarnábamos en seres diminutos y esto ahora es fatal pero antes era una alegría absoluta lo del tránsito del más aquí al más allá

y siguiendo con ello sabéis bien que se dice que en ese preciso instante la percepción del tiempo es distinta a como lo es en el resto de situaciones y en vez de ser una cuestión lineal mediante la cual todo discurre del pasado al futuro y de manera ordenada pasa sin embargo que el tiempo Zas deja de ser cuestión lineal y ordenada y se presenta todo junto focalizado en un punto de densidad infinita en el que se agolpa nuestra existencia al completo y que nos invade y nos llena de vida hasta los tuétanos, vaya paradoja que suceda esto justo en el momento irremediable en que nos estamos muriendo y os digo esto porque algo parecido fue lo que sucedió cuando le escuché decir Zas después de haber soltado por tercera vez que lo sabía todo sobre literatura excepto cómo disfrutar de ella que de repente se me apareció un punto de densidad infinita pero en esta ocasión sucedió que no era el tiempo ese punto que se me apareció sino que Zas era toda LA VERDAD con la diferencia y gran fortuna para mí de que yo seguía vivo y no en un tránsito fúnebre y luctuoso del más acá al más allá aunque tenía las meninges metidas hasta el fondo en un... Zas 1987


... en un Zas 1991...

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