sábado, 29 de octubre de 2011

Resúmenes audiovisuales de crímenes boreales



Me tienen escocido los crímenes boreales. Innúmeros fanáticos se me han acantonado a la puerta de casa. Estos tarados exigen mi cabeza. También la de los míos. Me he escapado por la puerta de atrás, en un descuido de los fanáticos asamblearios que de tanto vociferar se acaban diluyendo. Salí a la huerta. De la huerta al camino del río, y del camino del rio a casa de Equis. Nos hemos tomado un café, una empanada de manzana y hemos organizado el contraataque. Que será corto, directo y audiovisual. Propuesta clarividente de Equis, que, en un ejercicio de comprensión total de lo que supone ser un asambleario, ejercicio para mí imposible, dio con la clave que lo resume todo.

Y es que los fanáticos asamblearios no me quieren entender. Me quieren esnaquizar, quieren mi cabezota. No saben, ni quieren, ni pueden, pensar individualmente. Lo hacen masivamente, apretujadamente, acantonadamente. Y así, la cosa sin forma que resulta de ello es populo-panfletaria a más no poder. Mofletuda, rolliza y poco definida. Está comprobado que la asamblea no aceptará la existencia de criterios distintos al suyo. Básicamente porque el suyo no es un criterio, es un supositorio dogmático repetido apretujadamente las filas hasta el acople por seguidistas y lacayos de lo ajeno. También por gente que, de tan buena y generosa que se cree que es, resulta lo contrario, atacante e irreal.

Equis, entre sorbo y sorbo de café, tuvo tiempo para pensar individual y separadamente. A continuación me dijo: “estos tipos no tienen ganas de entender lo que es muy sencillo de entender: que Ley y Justicia no son lo mismo. Jopé! qué mentes.” Lo cual me pareció una obviedad, pero dejé que Equis siguiese buscando dentro de sí, pues es muy capaz de dar en el meollo después de un inicio algo flojo. “Sería de locos, dijo después, poner a estos tíos estilo asamblearios, o a cualquiera, seamos justos, a estudiar los fundamentos Hegelianos del derecho. Me acabarían cayendo bien, los pobres, atados a semejantes tochazos Tedescos. Pero, ¿sabes qué? No es necesaria la bacanal lectora. Mil páginas de aluvión, torrente o chaparrón metafísico-idealista alemán, reconociendo que algunos de esos libros son delirios inigualables, pero otros, ladrillos insoportables, se pueden resumir en escasos segundos audiovisuales. Podrá parecer una desproporción, pero es así. Habrá quien se indigne y moleste, pero seguirá siendo así” Y estoy de acuerdo. Pero el problema es que ahora se nos acantonarán en la puerta de la casa de Equis otro grupo de fanáticos asamblearios. En este caso los sesudos estudiosos de los metafísicos idealistas teutones. Todos funcionarios en distintas universidades.

Resumamos, pues, audiovisualmente, mil páginas de idealismo y metafísica alemanas. Sí, cojamos las diatribas Hegelianas sobre el Derecho, la Ley y la Justicia, toma tocho monumental, y resumámoslas en unos pocos segundos audiovisuales Hollywoodienses. Chapó, Equis, eres un fenómeno. Y te digo más, todos los fanáticos asamblearios saben hacer dos cosas, de las que ninguna es pensar: saben gritar!! y saben revisar cada tres segundos su artilugio electrónico de última generación, de manera endiabladamente egocéntrico-pueril, jopé, ya te digo, a ver si me entiendes, espera que lo cuelgo en el no sé qué, o lo subo al otro, o redacto mi post como el Venturín, que es el peor de lo más peor.

Ya está todo preparado. Todos estos imbéciles que están delante de la puerta tienen su estúpida cara colgada en su estúpido blog, o portal o perfil. Allí nos topamos con su estúpida dirección de Email donde les enviamos los resúmenes audiovisuales Hollywoodienses de uno cualquiera de los tratados de mil páginas de aluvión–torrente metafísico-idealista alemán. Qué capacidad de síntesis la de ciertos directores, guionistas y totémicos interpretes cinematográficos. Veamos, ya, de una vez, por fin, ponlo ya, a qué esperas, no ves que la sala está llena, en qué se diferencian Ley y Justicia. Encima aderezado el ejemplo Hollywoodiense por discursitos gran-macho-testosterónicos, de esos que las asambleas no toleran, ni la buena educación, ni el civismo, ni la tontería, pero que, en privado, todos, asamblearios o no, adoramos en puntuales y selectos momentos. Pero que no se enteren, ojo…

Resumen audiovisual nº 1: Harry Callahan les presenta su amigo Smith & Wesson, y con él, la diferencia entre Ley y Justicia, a unos maleantes.



Resumen audiovisual nº 2: Harrison le enseña a Godunov, Viggo y otros, la diferencia básica entre Ley y Procedimiento, por un lado, y Justicia, por otro. En concreto en el minuto 1:40 del siguiente video.

jueves, 27 de octubre de 2011

Crimen (boreal) en una isla gallega



Por razones de profilaxis, para que no os toméis también vosotros la Justicia por la mano, me callaré nombre, extensión, localización y demás datos relativos a la isla. Sólo necesitáis saber que es gallega, la isla, y también la víctima. Que es atlántica, que es verde y que tiene embarcadero. Justo encima del mismo, subiendo por una rampa de piedra, vemos un faro y una caseta. El faro en funcionamiento y la caseta en bastante buen estado. Ambos edificios con paredes caleadas desde hace años. Y puertas y ventanas de madera.

Entonces pensamos que isla, embarcadero, faro y caseta nos sitúan, por ejemplo, en Sisargas, en Lobeira, en Rúa, Sálvora o Pancha. Lo de atlántica, sin embargo, ya no vale para todas. Con ello, el grupo inicial se reduce. En este segundo grupo hay una isla que en el embarcadero tiene un noray fabricado por “Fundiciones Salas”

Mucha gente se frustra, agota y agria cuando exige y busca Justicia. Les pasa eso porque se equivocan de raíz. Disfrazan unas necesidades mucho más primarias, y comúnmente arrinconadas, y las visten con los civilizadísimos eslóganes fashion que todos conocemos. Y dicen a quien los quiera escuchar: sólo pedimos que nuestro caso sea el último, que por lo menos valga para que a nadie más le vuelva a pasar lo que a nosotros, que perdonan pero no olvidan. Que caiga sobre el culpable todo el peso de la Ley y que se haga Justicia. Y lo dicho, no encuentran acougo para sus desvelos. Entre lo que sienten, asunto ciertamente primigenio, y lo que dicen, verborrea civilizado-actual, hay siglos y siglos de desconexión.

Ley y Justicia son cosas tan dispares, a veces opuestas, como, por ejemplo, encerrar en la cárcel a un tipejo diez años o, cogerlo por las pelotas y llevarlo en una embarcación, bien maniatado, acojonado y sudando, hasta una isla gallega. Atlántica. Llorando y pidiendo perdón, diciendo que no sabía lo que hacía cuando a ella la sodomizó a la fuerza, diciendo que tampoco sabe qué le pasó cuando a él, novio de ella, bien pisada la cabeza contra el suelo por la bota de uno de sus compinches, y tras acabar con esos arreones de cintura que a ella le parecieron de hormigón, lo rajó bien rajado mientras que su compañero, el que le pisaba al novio la cabeza y la moral y la hombría y las ganas de seguir mirando y las ganas de seguir viviendo, le decía al oído que vaya mierda que eres que ni siquiera sabes defender a la golfa de tu novia, que ahora me toca a mí, verás cómo le sienta de bien. Y ¡ay, cómo duele!...

Pues sí, Ley y Justicia. Tremenda tomadura de pelo. Pero tú, hoy, vas a ver la luz. Estás invitado a una clase magistral. Encima de glogló, gratis, por tu cara bonita. Vas a aprender todo de golpe. Te voy a iluminar. Lo juro por D… Rumbo 270º y en cinco minutos, nada más llegar a la isla atlántica, te vamos a enseñar nosotros la diferencia entre el Hormigón, la Ley y la Justicia. Y nos vas a tener que mirar a los ojos, bien dentro de ellos, no te vayas a pensar, que la cosa va en serio, haberlo pensado antes, que a mi hermana la tuvimos que meter en el manicomio, que de tanto empujar, de tanto hormigón que le diste, de tanto arreón que le endilgaste mientras te pedía que parases que le dolía que por favor parases que parases por lo que más quisieras, por favor para, para, para, te lo suplico, y tú, calla que sé que te gusta, que a mí no me engañas, que sois todas iguales, y ahora que acabe yo estate tranquila que sigue mi colega, que sé que con uno no te llega, y así, mientras, yo me cargo al mierdas de tu chorbo, pues, qué quieres, que la pobre se volvió loca de remate. Loca de atar por tu puta culpa. Por no hablar del resto de la familia. Que si asociaciones de víctimas, que si una pasta en detectives porque la policía no acababa de verlo claro, que si otra pasta en abogados, que si todo ese maratón en busca de una Justicia que, por ese camino, el de la Ley y su Procedimiento, no llega jamás. Que es que no se enteran… ¿Te vas haciendo cargo, verdad? ¿Tú qué crees, tengo o no razón? Seguro que me estás entendiendo, ¿verdad? Aunque no hagas más que llorar, estoy seguro de que te estás enterando de todito lo que te estoy diciendo. A que te das cuenta de que yo soy partidario del otro camino. Del que sí llega a la Justicia, de lleno, del camino que da en el blanco. Hasta los carrillos, como tú con ella, cabrón. Y cómo duermes al día siguiente, no veas, pierna suelta.

Te acuerdas de Único testigo, seguro que la viste. A nosotros lo que más nos gustaba era cuando el Harrison, hasta los huevos ya de que los macarrillas aquellos se cebasen con los pobres mormones, mira que eran memos los mormones, tan engreídos con el rollo ese de poner la otra mejilla, hay que ver cómo dejaban que los macarras les diesen cera hasta en los empastes, y va el Harrison y dice hasta aquí hemos llegado, dejadme a mí que lo arreglo todo, ya veréis cómo aprenden estos gañanes… y se baja del carromato y le dice a Godunov, espera que te voy a enseñar yo cómo se imparte Justicia, que vuestra Ley es una puta mierda, que no ves que eso de poner la otra mejilla es ridículo, que van estos idiotas y os violan mujer e hijas y os humillan a vosotros y le escupen a vuestros padres, pero no ves Godunov, que eso de vuestra Ley es una pedantería, que para atesorar en el cuerpo y en el espíritu semejante grado de perdón, condescendencia, bondad y amor al prójimo, ya no digamos cuando ese prójimo al que debéis amar va y os viola y os mata, o se es Dios, que no, o es que es imposible. No te das cuenta, Alexander. Qué os pasa, ¿os creéis el Ser Superior, acaso? Seguro que no, ¿verdad? ¿Pues a qué viene perdonar a quien osa mataros y violaros, Godunov? Y tú, Viggo, toma nota para futuras azañas, y venga bofetadas.

Qué escena, qué peli. ¿La viste? Venga hombre, para de llorar y contesta. Hormigón, sí, eso es lo que decía ella, hormigón, lo que nos contó la primera y única vez en que fue capaz de hablar del tema, ese mismo día, tan pronto la pudimos ver en el hospital. Y yo pensé para mí, sí, hormigón, asfalto, ácido, cal viva, todo eso es lo que yo le voy a meter por el P… culo al joputa que le ha hecho esto el día que lo tenga entre mis manos. Porque ese día llegará. Le voy a encofrar el intestino con cal y cemento y lo voy a tirar al suelo y voy a ver cómo lo pasa de mal y cómo llora y suplica y pide perdón y todo eso. Y cómo muere despacito, muy despacito. Y, mientras, me tendrá que mirar a los ojos, bien adentro, directito hasta la habitación donde está ella repitiendo, aún hoy, joputa, que pares, te lo suplico, que le dolía, carajo, que por favor parases, que parases por lo que más quisieras, por favor, para, para, para, te lo suplico. Haz memoria. Hazte pis también, hombre, serás acojonado. Hay que ver qué valiente te creías dándole hormigón aquel día, y rajándolo a él después. Y cómo te comportas hoy. Patético. Y no me vengas con juicios justos, y abogados y toda esa parafernalia de muertos de miedo. Que esta es la otra parte de la peli. La que me gustaba a mí. ¿Entiendes? Es cuando Harrison se baja del carromato remangándose la camisa, es cuando Harry Callahan desenfunda la pistola que parece un bazoka y les suelta el discursito testosterónico que a muchos asqueaba pero que a mí me encanta y les mete el pedazo de cañón del pistolón magnum no sé cuántos en la puta boca bien abierta de pavor que se les queda a esos mierdas que tanto me recuerdan a ti. ¿A que me explico bien? ¿Y a que te acuerdas de la peli? De las dos, ¿verdad, joputa?

Ya en la isla, lo subimos a trompada limpia por la rampa en la que habíamos amarrado la lancha. La única que hay. Orientada al noreste. Con el monte Pindo, según se mira al mar a mano derecha. En un noray que pone “Fundiciones Salas”. Tras subir la rampa, justo enfrente, te topas con la caseta. En esa misma caseta, el joputa de los arreones de hormigón se topó con el infierno. Tragó cal, tragó cemento, trago bilis, sus ojos bebieron ácido, su nariz fuego, sus orejas se llenaron de insultos, de brocas y de taladros a mil, sus rodillas conocieron el esmeril y el martillo y las uñas el alicate y el destornillador. Así día y medio. Luego, la verdad, la cosa decayó y se volvió más bien aburrida. Recogimos, limpiamos todo y volvimos. Desamarramos la lancha, arrancó a la primera y de vuelta al pueblo. Lo poco que quedó de él lo fuimos soltando por la borda rumbo al puerto. Ni los muxos se lo comieron. Basura, mierda, fel. Lo bien que dormimos, lo bien que nos sentó el ejercicio y el desahogo, las ganas que teníamos de ir a verla a ella al día siguiente, lo tranquilos que descansamos a partir de ese día, sobre todo eso, el descanso, la tranquilidad, la sensación de asunto liquidado, nada de eso se encuentra en donde se busca normalmente. Qué sentido tiene buscar estas respuestas, a veces tan necesarias, en sitios donde están prohibidas por definición. Pues ninguno.

lunes, 24 de octubre de 2011

Crimen (boreal) en una isla noruega



Podríamos presentar el episodio que sigue como otros presentan las nano-partículas. Seríamos, en este caso, estúpidos científicos cegados por nuestra obsesión, por querer saber más y más. Obsesionados por profundizar, por híper-detallar, híper-describir e híper-conocerlo todo. Que viene a ser lo mismo que no conocer nada.

Pero no vamos a presentar el lúgubre acontecimiento como arriba decimos. Lo vamos a hacer de la manera inversa. Desconozco el antónimo perfecto de profundizar. Para mí, elevar, subir o ignorar no son más que pobres acercamientos a la idea que yo tengo sobre ello. Nosotros queremos hacer lo opuesto a profundizar en las partículas. Queremos hipo-detallarlas, hipo-describirlas e hipo-conocerlas. Queremos ¿desconocerlas? No, tampoco es eso. Lo que queremos es utilizarlas de una manera creadora, originaria, poco tecnificada.

Con estas partículas hipo-definidas, que nos valdrán para todo, justo lo opuesto que las híper-definidas, que no valen para nada debido a su enfermiza y obsesiva especialización, podremos hacer, al fin, las preguntas de verdad. Las preguntas totales, básicas, ante las que la escapatoria es imposible e inviable. Estas preguntas verdaderas son imposibles de encorsetar en nano unidades de medición. Debemos olvidarnos, pues, de su nano estudio y centrarnos en nosotros mismos y en las preguntas introducidas, encabezadas o presentadas por partículas hipo-definidas. Os advierto que estas preguntas encabezadas por partículas hipo-definidas, si alguien nos las formulase a nosotros mismos, nos dejarían planchados, hechos polvo, para el arrastre, mudos. Totalmente mudos.

Estamos bien cogiditos por el episodio noruego de la isla cerca de Oslo. Ayer en la tv dieron un documental sobre una reciente y tremenda matanza. En una endogámica reunión de jóvenes cachorros de un partido político aparece un desequilibrado y asesina a docenas de inocentes. Otras docenas se salvan. Entre los salvados hay quien cae bien y hay quien cae mal. Hay quien se olvida de todos y sólo piensa en sí mismo, y hay quien, en vez de en sí mismo, sólo piensa en los demás. Distintas propuestas para una misma solución, la salvación, que se localiza, minutos después, en la orilla opuesta.

Entonces hacemos el experimento con las preguntas presentadas, o encabezadas, o introducidas, por partículas hipo-definidas. Estas preguntas aniquilan las posibilidades de escabullirse, de marear la perdiz, de amagar y escaquearse por parte del interpelado. Prohíben la posibilidad de retórica. También prohíben la posibilidad de tomarle el pelo a lo real. Pasado un mes de la matanza reunimos a varios de los salvados o supervivientes. Frente a frente en la probeta del laboratorio televisivo. Y empezamos con el experimento de las preguntas originarias. En sus respuestas no queremos nada de detalles, preámbulos y digresiones. Nada de híper-justificaciones o discursos coherentes y argumentativos. Nada. Sabemos que toda esa verborrea discursiva es lo mismo que no decir nada.

Un superviviente ofendido le va a preguntar algo a un superviviente henchido. Este segundo superviviente viene siendo el exlíder de la manada de cachorros del partico político que estaban endogámicamente reunidos en la isla de los elegidos el día en que se les apareció en la dichosa islita de los elegidos, vuestro era nuestro futuro, un Lucífer armado hasta los tuétanos, y montó la carnicería boreal. Le dice, le anuncia, le advierte, pues, el superviviente primero al superviviente henchido:

Te voy a hacer una Qué/pregunta, total, básica, entera y clara. Sin más circunloquios ni cinismos. ¿Me entiendes, desgraciado? Y quiero que me la Dónde/Cómo/Por qué/Cuándo/contestes de manera total, básica, entera y clara. Sucinta. Sin más circunloquios ni cinismos. Y nada de tramoya ni discursitos infames o ético justificativos de esos que te valían el diploma cum laude cuando eras nuestro líder, y el día de la carnicería boreal aún lo eras, y es que nos lo tenemos bien merecido el que seas como eres de pedazo de miserable porque te aplaudíamos en aquellas reuniones pueriles de jóvenes cachorros del partido en la islita a la que íbamos los elegidos a vanagloriarnos de nuestro gran futuro. Iba a ser hoy, carajo, ahora que sabemos lo que sabemos de ti y de otros muchos como tú y como yo... ¿Me entiendes, desgraciado? ¿Serás capaz, exlíder?...

…estoy esperando tu Donde/Como/Porque/Cuando/respuesta... y no oigo nada. ¿Me Cómo/entiendes, desgraciado? Me quieres hacer el favor de Cómo/responderme, me quieres Por qué/contestar de un santa vez, exlíder… Lo sabía, te has quedado mudo."

domingo, 23 de octubre de 2011

Mamotretos S.XXI (Esferas II)



Aunque debería aclarar que muy bien el titulito, vale, son criterios de merchandising y coherencia argumental, pero el Siglo que le correspondería a Peter sería el Mil y Pico… Vuelve con él, me dijeron el otro día en Cereixo. ¿Con quién? dije yo. Con Peter Sloterdijk, el visionario total, me contestaron. De acuerdo, recontesté yo.

Estoy pensando en iniciar un viaje panorámico interminable, en el que tendré todo el tiempo del mundo para leer. Precisamente por eso, porque me va a sobrar el tiempo que dedicar a la lectura, estoy decidido a desprenderme de la casi totalidad de autores y libros que hasta ahora son mis preferidos. Por irrelevantes, juo, juo, que se jodan. Aunque no todos, claro está. Pero sí muchos. Porque gustándome a mí, poco peor se puede decir de ellos.

Antes de ponerme con los preparativos del viaje panorámico interminable, estoy ahora, y llevo en ello más de diez días, con Esferas II (globos) del inexplicable e inasumible PSloterdijk. Segunda parte del torpedo Esferas (burbujas/globos/espumas), y mucho más incomprensible/hermético/tediosa que la primera, aunque igual de fazzzinante… No logro entender cómo se puede tener tanto de todo metido en una sola cabeza, en este caso la de Peter, cómo se puede parir cosa/libro tan distinta, salvaje, abrumadora, apabullante, imaginativa, original, insoportable y divertida, futurista y arcaica y primigenia y sutil y todos los demás oximorrones, o marrones, que se os puedan ocurrir, que eso es lo que es Esferas. Cómo se puede estar a años luz de casi todos y de todo… y tan cerca de lo fundamental y básico.

Una de sus tangencias es como sigue: Varias veces hemos hablado de que en las soporíferas estanterías de filosofía, sí, sí, la odiamos, se esconden algunos de los mejores prosistas-novelistas-literatos que nos podamos llevar a la cama para un revolcón. O al altar para un sacrificio salutífero, o de viaje panorámico para una contemplación. Ay, MaríaZ, ay EmilC, ay MirceaE, ay Jean PaulS, ay JoseO, etc., etc. Cómo escriben estos gachós. Y otros cuantos, estabulados, también, en los mentados anaqueles soporíferos. Si los pusiéramos donde se merecen, en esas ordenadas estanterías de literatura/novela extranjera y nacional que tienen en Fnac o en Casadellibro, para hacerles sitio, habría que tirar al inodoro a más de la mitad de los simulacros de novelistas y literatos que las pueblan. Desde PAuster, (ala!) a GGMárquez, (qué?!) desde JJoyce (cómo?!!) a… tranquilo, meu, que nos detienen los de la polizei cultural. Serás animal, que una cosa es que no te gusten o te aburran o que les tengas manía o que seas un ignorante y otra bien distinta es que les endilgues eso de simulacros... pues eso

Al Mindoniense Universal, sí, en mayúsculas, lo mismo que al Bonaerense Universal, los mismo os digo sobre las mayúsculas, y que ni se os ocurra tocarme a estos Dos en sus estanterías, que son sagrados, les saldrá, dentro de mil años, un circulito espacial, una escena etérea, una circunferencia de radio infinito pero de diámetro igual a tres, que, en una pirueta/bucle inimaginable, de esas que pueblan los libros de ambos, se llamará PeterSloterdijk y poblará el mismo S.XX que alumbró las heterodoxias de Jorge LuisB, y también las de ÁlvaroC

¿Dónde estamos cuando estamos donde estamos?... pero de qué estás hablando Peter. ¿Hacia dónde, sin embargo, se encaminan los seres humanos cuando su objetivo final no está en la lejanía de arriba (o de fuera, etc.) sino en la lejanía de dentro? Ahí me has dado, Pedrolas. Y por favor, explícanos otra vez el dogma ese de la esfera infinita cuya circunferencia se halla en todas partes y su centro en ninguna…

Más datos del Mamotreto Siglo Mil y Pico: Esferas I (burbujas): 583 paginazas. Esferas II (globos): 920 paginazas. Esferas III (espumas): 715 paginazas. En fin, cachalote 2218. Como tratado sesudo yo no entiendo ni la primera ni, tampoco, la más elemental argumentación de Peter Sloterdijk. Se me escapa hasta la más inocente obviedad de este fenómeno tedesco. No lo entiendo y punto. No sé de qué habla. Ahora bien, como novela prosa literatura ficción o lo que queráis, PeterS se come con patatas a la gran mayoría de pedantes escritorzuelos que nos gustan a todos. A vosotros y a mí. En tremenda bacanal, 2218 páginas, qué estipendio. Las dimensiones de la ficción son impresionantes, abruman a uno. La temática es aún más desproporcionada...

miércoles, 5 de octubre de 2011

Ángeles... más de Denis Johnson


Lo prometido es deuda. Y lo que se da no se quita. Después de aligerar unas cuantas horas enganchado al NAPALM que supura de Árbol de humo, muy recomendable artilugio, medio choqueado por las maneras y manías de este nuevo amigo, os decía el otro día que iba a empezar con la primera novela de Denis Johnson, librajo que, parece ser, lo convirtió, premio literario de por medio, en una joven promesa, así, en plan novísimo, tenso, vivaz y hasta contundente o brutal escritor…

La novela del premio, que para los que leen en inglés se titula Angels, pero que, a los que leemos en castellano, nos complementan con un encasillador derrotados, la debieron ver los del premio como novísima, tensa, vivaz y hasta contundente y brutal novela. Como cuando empezó a aparecer en las pelis toda esa violencia explícita que dejaba a uno medio alucinado medio acojonado. Luego, la violencia explícita se generalizó y pasó a dejar a uno medio dormido o dormido del todo…

Pues carajo, Denis, lo tuyo en los ochenta debió dejar al personal medio alucinado medio acojonado. Se ve que fue de las primeras violencias desquiciadas e incomprensibles, de eso que gustan en llamar realismo, en clave barriobajera, camellos, putas y demás cloroformo. Al igual que los pistoletazos enlatados al vacío en Uno de los nuestros, que te levantaban del asiento, las violencias, rudas y ásperas, enlatadas en Ángeles derrotados, le supusieron a Denis un premio. Eso es lo que yo creo… Pero ahora, Liotta, Pecsi y DeNiro, veinte años después, no nos dan miedo mafioso/incompresible cuando volvemos a ver la peli, aunque, todo sea dicho, la peli sigue estando requetebién. Así, las violencias de Denis, pues supongo que no son lo que fueron…

Y se podría pensar que vaya coñazo, entonces, el libro de Denis, y os diría que no sé no sé, sino fuera porque, tras las violentas y espídicas y autodestructivas vidas de los protas, que Denis nos cuenta con bastante xeito a lo largo de las dos terceras partes del libro, parte esta que no está mal, pero que tampoco es para echar foguetes, el Denis se nos descuelga con un tercio final de la novela realmente espectacular. De verdad. Guau. Pena no cogerla cuando vi Uno de los nuestros. Hace veinte años, toda la parte tenso vivaz sórdido violenta del libro me habría sabido a nuevo, me habría levantado de la butaca. Unido ello a la maravilla de las últimas setenta páginas, pues como para darle un premio… Osease, que muy bien. Merece la pena aguantar cierto chirríe del comienzo, entre trompadas y violaciones interraciales, estilo road movie protagonizada por eso que ahora llaman otro juguete roto, y antes perdedores, y antes descarriados, y antes renglones perdidos, y siempre perguiseiros, porque pasada la road movie de perguiseiros, que además tiene su público, llega lo otro. Y lo otro es muy bueno… (ahora os voy a decir lo que pasa en el punto de inflexión, así que ojito) Y es que desde que al protagonisto lo meten en Chiron… y a la protagonista la internan en el Manicom… Denis lo borda, destapa el tarro de las esencias, se deja de novísimas violentaciones interraciales protagonizadas por perdedores algo ortodoxos guión caricaturescos, y se deja llevar por la inspiración y le salen unas páginas jugosas de verdad y merece la pena leerlo… que me decís que el Denis es algo tramposo o efectista en esas páginas memorables, pues os digo que sois unos amargados, carajo, que con vosotros no hay manera… Ni caso, Denis, tú a lo tuyo, ni caso con lo que estos amargadillos te dicen...
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