viernes, 22 de mayo de 2009

Samaín II (X.L. Méndez Ferrín)

Vuelve el aullido fenomenológico, el ululante bramido. Ven tidós… Algunos fines de semana, presos del mugido atávico, los dedicamos a asolagarnos de Galicia. Entre mil destinos inexcusables, yendo de aquí para allá, con el escalofrío vernáculo en máximos poco saludables, yo acabo recitando, mientras volvemos en el coche hipnotizados polos queixumes dos pinos, una sarta de tonterías Samaín, frases hechas y estupideces al por mayor, que ya quisieran para sí algunos de nuestros cutres representantes para utilizar en sus estúpidos aquelarres.

Especialmente emocionante fue nuestro paso por Celanova, berce de destacados literatos. Sin saber nada de su existencia descubrimos “A casa dos poetas”. Instalada en la casa natal del bardo Curros Enríquez, se pretende con ella mostrar a curiosos, convencidos y despistados las excelencias de una serie de hombres de letras oriundos de aquella pródiga comarca: Curros, Celso Emilio Ferreiro, Xosé Luis Méndez Ferrín, el combativo Pepe Velo, etc.

Aunque la casa museo se queda muy corta, y hasta cutre, pensando en las posibilidades que la anterior terna ofrece, mejor que nada es. Pero a lo que vamos, dos cosas hay entre la pléyade arriba descrita que están a un nivel estratosférico:

Una es el título del poemario de Celso Emilio “Longa noite de pedra” absolutamente genial (el título, sólo el título, que el libro es otro cantar). Nadie ha sabido aclararme si la inspirada frase es cosecha propia de Celso Emilio o no. Ante la duda prefiero pensar que sí…

La otra cosa estratosférica, casi sideral, es mucho más seria, no una simple anécdota como la anterior: Xosé Luís Méndez Ferrín. Este tío me tiene totalmente abraiado. Es un verdadero portento. Empezando porque en vez de estar ligado a Celanova, lo está a la aldea de al lado, la sonora y musical “Vilanova dos infantes”, caserío en forma de concha atravesado por una robusta torre. A los niveles en que escribe este individuo, las explicaciones resultan ridículas. Otra cosa son las impresiones que nos produce al leerlo. Y no conozco a nadie que trasmita como él la sensación de que cada una de las frases de sus novelas y cuentos pesan mil toneladas. Y que tan pronto como caen sobre el papel lo aplastan, lo deforman y se incrustan en él per seculam. Espectacular. De sus libros tan sólo leí “Arrabaldo do Norte”, “Elipsis e outras sombras” y “Retorno a Tagen Ata”. Este último es totalmente prescindible, los otros dos son absolutamente escandalosos y apabullantes. Encima “Arrabaldo do norte” es, según dicen, su primera novela, hay que joderse, qué nivel. En Elipsis, nuestro amigo Ferrín es un maestro indiscutible. Un elegido mayor, de esos que, aunque nos aburra o nos encante (y a mi me encanta), su magisterio es tan evidente como impepinable. Fuera de serie.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Una saison no inferno


El otro día, en la periódica visita a una de las librerías por las que me dejo caer con frecuencia, encontré, entre otras, una estupenda edición de “La divina comedia” ilustrada con unos magníficos gráficos sobre el alienante periplo que Virgilio y Dante llevaron a cabo hace siglos.

Estos psicotrópicos individuos forman una comuna de iluminados, junto con selectos viajeros del estilo Swedenborg, Blake, Rimbaud, Strindberg, etc., de lo más interesante. Sus libros, memorias y demás parrafadas acerca de tales trayectos son punto y aparte.

Cuántos de ellos habrán sucumbido al “crujir de dientes” no lo sabemos… pero es fácil imaginar el telele que en semejantes circunstancias les podía dar. Los dientes no se si les bailarían más de la cuenta, pero que sus intestinos debían ir por libre parece probable, además de justificado.





miércoles, 6 de mayo de 2009

El centauro


El otro día me compré una espectacular edición (Seix Barral, 1ª edición, 1968… venga consumismo) en un estado de conservación igual de bueno (venga fetichismo…), de “El centauro” de John Updike, de quien hasta la fecha no había leído nada, aunque ganas y curiosidad no me faltaban.

¡Tremendísimo libro¡ Espectacular… cómo escribía por aquellas épocas este tío. Vaya pasada, no os lo podéis perder. De por medio mitologías actualizadas, como Holderlines, Kazanzakises, Paveses, Kavafises y compañeros mártires, y personajes que, como mínimo, dejan huella: los Caldwell…

El Proyectil Sideral (qué pesadez la mía) en “Hablando de langostas” agrupa bajo el calificativo de “Grandes Narcisistas Masculinos” (GNM) a Norman Mailer, John Updike y Philip Roth, vacas sagradas de la literatura Yanki de los sesentas, setentas, etc. También añade a Bukowski en la terna, aunque sin tanta rotundidad. Al amigo Updike, reconociendo sus inspirados y espectaculares años de juventud, le hace un traje, de una crudeza y crueldad fenomenales, con motivo de la que por aquel entonces (finales de los noventa) era su última novela. Qué mala leche. DFWallace también cuenta que por aquellos lares, los GNM resultan en la actualidad algo incorrectos de más, pues representan una masculinidad bastante impopular en términos de igualitarismos – fashion, tan de moda entre mass media y políticos…

… en relación a estas idas y venidas de opinión al por mayor y demás paniaguadas por el estilo, tengo más que comprobado que el militantismo igualitario – fashion que caracteriza a tantos y tantos advenedizos y oportunistas de la creación artística consiste, única y exclusivamente, en decir en las ruedas de prensa o entrevistas en las que ellos, hombres, y sus compañeros, también hombres, hacen promoción de sus obras de cualquier género (todas ellas, auténticas extensiones metafóricas de sus atribuciones viriles) cosas como las siguientes: a) que en el fondo les gustaría ser mujeres (mentira fashion-oportunista-condescendiente), b) porque son ellas muy superiores en todo (elemento este que en caso de ser cierto, que lo desconozco, en boca de esos mediocres resulta otra aseveración fashion-oportunista-condescendiente), c) que no hacen más que aprender de las mujeres y d) que el espejo en el que, ilusionados, se miran a diario son ellas… una bacinilla, por favor. Estos artistas, representantes del estilo OT que se extiende como la pólvora, tienen una facilidad pasmosa y camaleónica para adaptarse al sujeto subvencionante que sea. Un sexto sentido digno de estudio, detector infalible de lugares comunes y palabrería político-fashion-güay-pedigüeña, les permite conjugar de manera simultánea himnos de masas del estilo “OTAN no bases fuera”, “Nosotras parimos nosotras decidimos”, “Hacienda somos todos” o “Ave María purísima, sin pecado concebida”, sin inmutarse, o haciéndolo sólo (el inmutarse, digo) para coger bien cogido el cheque que le cede el subvencionador de turno…
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...