
En plena orgía psicoanalítica, Gaston
Bachelard se puso a psicoanalizar a los elementos… el
fuego, el agua, el aire y la tierra. Ole sus güivos; un respeto… El resultado de estas “científicas” investigaciones fue aplaudido mientras
duró la fiebre Freudiana y vituperado cuando ésta había acabado y parecía
indiscutible que las piedras ni soñaban ni padecían complejos o traumas…
Como teórico, investigador o urdidor de
verdades positivas no sé qué fue de Gaston… pero como escritor, soñador, ente
espacial y especulador sin límites, Herr
Bachelard es un portento, un mago, un visionario... se te abren cien
puertas de golpe donde antes sólo había una tapia… asunto inclasificable.

Pues lo mismo… El agua y los sueños no
es ni una nana ni un sesudo y estructurado y comparativo y analítico estudio
sobre nada de nada… a lo mejor lo fue, posiblemente, pero ya no lo es, los años
le han sentado de maravilla… que ahora es otra cosa, una pulsación, una
bonita ida de olla, fluida y envolvente. Con sus momentos de
aburrimiento doctrinal, inevitable en pájaros de este tipo, y otros muchos que
hay que ver qué maravilla lo que nos pone por escrito el Gachó Gaston…
Bachelard se nos mete en un Jardín
de Flores Curiosas y parece que se las conoce todas… la
imaginación de la materia, anterior a la de la forma misma, está ahí
plasmada… quien no se lo crea que no coja el libro. Yo, después del despliegue
que te encuentras en éste, pienso seguir con los otros tres elementos…
Psicoanálisis del fuego; El aire y los sueños: ensayo sobre la
imaginación del movimiento; La tierra y las ensoñaciones del reposo;
La tierra
y los ensueños de la voluntad… no sé, este tipo es tremendo… si hasta se pone
con La
poética del espacio