sábado, 7 de mayo de 2011

Más pupitres (Bernhard/Gould)



Outra vaca no millo. Sí pero no. Vaca sí, pero no otra, sino la de siempre. La vaca Thomasa. Y millo, millo, tampoco, más bien relato. ¿Quiénes comparten ahora el dichoso pupitre? No son ni el genio pensante altruista y el guía dictador infame, ni tampoco el político/ triunfador/ presidente y el empresario/ triunfador/ superconsejerodelegado, tampoco son FrankZ, incalificable Electric DonQ. y Don Vlietpero dime, ¿quiénes son? Prepárate, que no te lo vas a creer. De verdad, vas a flipar: Thomas y Glenn. Cómo, cuándo, dónde, me estás tomando el pelo, coincidirán los nombres pero no los apellidos, los apellidos, dime los apellidos, te los digo: Bernhard y Gould… Imposible, no te creo, es imposible y no te creo, esimposible y notecreo, me niego, no me toques las narices… te repito que es imposible y no te creo, farsante.

El genio loco y el loco genio, es imposible y no te creo. El austríaco atroz y el atroz canadiense, es imposible y no te creo. El que escribió siempre el mismo libro, genial, apabullante, exagerado, obsesivo, y el que quiso convertirse en piano, para sentir como Johann lo tocaba, sin intérprete de por medio, es imposible y no te creo. El que se apellidaba Bernhard y el que debió apellidarse Steinway, es imposible y no te creo. Al que odiaba la gente y el que odiaba a su gente, a su público, es imposible y no te creo. Es que no puede ser, me estás tomando el pelo. Te quieres quedar conmigo…

Cógete El malogrado, amén Bernhard, la misma novela de siempre, y verás que no te miento. ¿Y quiénes salen? Salen Suiza y Austria, mal paradas, como siempre. También Alemania, y lo mismo, a parir. Sale Madrid, otras veces son Roma o Lisboa, hoy es Madrid, y ya sabes, por las nubes, a Thomas le encantaban estas ciudades. Odiaba lo propio e idealizaba lo ajeno. Pero sobre todo salen Glenn Gould y su Bach y sus Variaciones Goldberg y su Steinway y su admiración y más admiración, lo que en Thomas es como un milagro… esto último es imposible, es imposible y no te creo. Por mucho Gould, Bach y aquellas Variaciones de 1955, me quieres hacer creer que Thomas exterioriza admiración, no de pasada, como puede hacer con aquellas ciudades, simple disculpa para cargar contra su Salzburgo de mierda... admiración, pues, no de pasada sino que exteriorizada de manera gratuita: vamos hombre, eso es imposible y no te creo…

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