
No sé qué tienen algunos librajos, y
éste es uno de ellos, que llega con saber que existen para estar de
fiesta continua… como el K2, los solos eléctricos de
no más de veinte segundos o el... lo de menos es pasarse a visitarlos; que
estén, con eso llega. Especie en vías de…
Si tienes la suerte de que caiga en tus
manos, hablo del libro, tampoco es necesario leerlo para estar convencido de
que si lo haces, a lo mejor te remata de matarte.
A Empalador le precede el relámpago de
su autor, aviso ya que os va a triturar el limón… y los
dibujos de Ceesepe, Aguts y El Lirio. Y la editorial que los paseó a todos por las
librerías al filo del clamor: La Banda de Moebius… y los calambrazos
que la realidad pegaba durante esos años movidos en según qué páginas y no
digamos a pie de acera o carretera.
Lo mejor que puede pasar con uno de
estos artefactos perfectos, me refiero a Empalador viva Eduardo
Haro Ibars, es abrirlo, no entender nada y quedar deslumbrado con su
música, damnificado volunatrio, digo voluntario… qué maravilla, fogonazo en trío,
batería, bajo y piano, un día os pongo la lista.
Herr Eduardo, Haro e
Ibars, tres en uno milagreiro, o
milagroso, como prefiráis, artilugio poco habitual que, cuando se te presenta, ves
la luz dentro de él; en serio… como un monolito en el espacio,
qué tipo. Si fuera director le hacía una peli inolvidable, mezcla de otras
varias, con un pasillo inmenso, con una trinchera en blanco y negro, con un
Desierto Rojo y con una montaña que se llama la torre del demonio.
Hay quien escribió la biografía, Los
pasos del caído… de J. Benitez Fernández, lo mismo hizo con
Leopoldo María Panero… la de este último, El contorno del abismo. Vida y leyenda de Leopoldo María Panero, es una gozada,
ya os lo he contado. La de Eduardo Haro Ibars no lo sé, que no
se encuentra así como así…
Vuelvo al libro. Si os dicen que no,
decid que sí… si os dicen que sí, pedid dos, luego un bis y, al final, aplaudid
hasta reventar… en Empalador corean vampiros a galope de colores, de versos y arrebatos…
una joya y no sé cuántas cosas más… todas bonitas e inflamables.
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