miércoles, 6 de mayo de 2009

El centauro


El otro día me compré una espectacular edición (Seix Barral, 1ª edición, 1968… venga consumismo) en un estado de conservación igual de bueno (venga fetichismo…), de “El centauro” de John Updike, de quien hasta la fecha no había leído nada, aunque ganas y curiosidad no me faltaban.

¡Tremendísimo libro¡ Espectacular… cómo escribía por aquellas épocas este tío. Vaya pasada, no os lo podéis perder. De por medio mitologías actualizadas, como Holderlines, Kazanzakises, Paveses, Kavafises y compañeros mártires, y personajes que, como mínimo, dejan huella: los Caldwell…

El Proyectil Sideral (qué pesadez la mía) en “Hablando de langostas” agrupa bajo el calificativo de “Grandes Narcisistas Masculinos” (GNM) a Norman Mailer, John Updike y Philip Roth, vacas sagradas de la literatura Yanki de los sesentas, setentas, etc. También añade a Bukowski en la terna, aunque sin tanta rotundidad. Al amigo Updike, reconociendo sus inspirados y espectaculares años de juventud, le hace un traje, de una crudeza y crueldad fenomenales, con motivo de la que por aquel entonces (finales de los noventa) era su última novela. Qué mala leche. DFWallace también cuenta que por aquellos lares, los GNM resultan en la actualidad algo incorrectos de más, pues representan una masculinidad bastante impopular en términos de igualitarismos – fashion, tan de moda entre mass media y políticos…

… en relación a estas idas y venidas de opinión al por mayor y demás paniaguadas por el estilo, tengo más que comprobado que el militantismo igualitario – fashion que caracteriza a tantos y tantos advenedizos y oportunistas de la creación artística consiste, única y exclusivamente, en decir en las ruedas de prensa o entrevistas en las que ellos, hombres, y sus compañeros, también hombres, hacen promoción de sus obras de cualquier género (todas ellas, auténticas extensiones metafóricas de sus atribuciones viriles) cosas como las siguientes: a) que en el fondo les gustaría ser mujeres (mentira fashion-oportunista-condescendiente), b) porque son ellas muy superiores en todo (elemento este que en caso de ser cierto, que lo desconozco, en boca de esos mediocres resulta otra aseveración fashion-oportunista-condescendiente), c) que no hacen más que aprender de las mujeres y d) que el espejo en el que, ilusionados, se miran a diario son ellas… una bacinilla, por favor. Estos artistas, representantes del estilo OT que se extiende como la pólvora, tienen una facilidad pasmosa y camaleónica para adaptarse al sujeto subvencionante que sea. Un sexto sentido digno de estudio, detector infalible de lugares comunes y palabrería político-fashion-güay-pedigüeña, les permite conjugar de manera simultánea himnos de masas del estilo “OTAN no bases fuera”, “Nosotras parimos nosotras decidimos”, “Hacienda somos todos” o “Ave María purísima, sin pecado concebida”, sin inmutarse, o haciéndolo sólo (el inmutarse, digo) para coger bien cogido el cheque que le cede el subvencionador de turno…

3 comentarios:

nick dijo...

Va, al 5º post sobre el interfecto me has convencido:

prometo leer pronto a Wallace
prometo leer pronto a Wallace
prometo leer pronto a Wallace

nick dijo...

Me olvidaba: a mí el Updike de "Corre, Conejo" no me acabó de convencer... ya lo tengo medio enfilao, no sé si le daré más oportunidades.

venturitiña dijo...

Hola Nick, tampoco a mí "Corre, conejo" me gustó... pero "El centauro" está muuucho mejor. Venga esa oportunidad, meu

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