


Habíamos salido una hora antes de Cereixo y para amenizar el frecuentado trayecto pusimos un Cd que tenía yo con una selección de canciones cañeras.
Importante asunto éste: ¿Qué cosa viene siendo la caña? ¿Hay algo más cañero que Led Zeppelin o Jimi Hendrix?... Inasible concepto este de la caña, sobre el que teorizar viene siendo una petardada, pero cuya presencia, la de la caña, una vez que tropezamos con ella, se manifiesta de mil maneras: Con la inevitable subida del volumen, con el exabrupto lingüístico/fonético, con la repetición de la píldora sonora, con el ímpetu y decisión que invaden nuestra conciencia y espíritu, con el tropezón metabólico que aumenta nuestras pulsaciones y sudoración, etc., etc. Lo dicho, Joseiño y Venturín nos alteramos profundamente ante la aparición de la caña. También preclaro Maicito entra en fase… A Rodri también lo he visto perder los papeles… es como una plaga

Y si la angina de pecho casi nos viene con Gimme Shelter, del shock hipoglucémico nos salvamos por los pelos tras escuchar otra obra maestra, después de la cual nos tuvieron que llevar a urgencias: Fortunate Son de la Creedence tiene tanta caña encima que no puede con ella, la va echando por todos lados, a espuertas, a lo bestia, lo anega todo. No hay duda de que el fenómeno Fogerty en la jorxa debía tener un bazoka de última generación, o un lanzallamas… encima la letra es de esas que bua! (tremendo el “Heil to the chief”) Joseiño y yo no dábamos a vasto… coge el volante, coño.
Otra vez y a más volumen...
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