
Es lo único que no está empatenado, el
título. Por viscoso, no por otra cosa. Más mérito aún, la gloria con un anti
título, para distinguirse de los vendedores de humo, de los que
escriben una mierda pinchada de un palo y le ponen un titulazo, para disimular,
en principio, lo indisimulable. Estoy por poner nombres y apellidos… pero
vuelvo a la senda, que el librajo de relatos de Samuel Dz Solleiro no es
viscoso, es memorable.
Sucedió hace cinco mil años. En la Media
Luna Fértil. Solleiro tenía 19 añitos y, una tarde, contó tres de estas historias
increíbles…
Tres veces tres lo he leído, el libro, y
mil veces mil he pensado que es de lo mejor que ha caído en mis manos, que son
dos… luego me tranquilizo… y empata, en vez de ganar por paliza. Pero empata en la
cumbre de los que, además de gustarme a rabiar, me dejan feito polvo
con la intriga y el gustazo, porque: cómo se puede escribir así de bien, meu. Es
que es mucho. Qué cosa, carajo. Gachó Solleiro, cacho Dz…

Sí, sí, el orden y la certeza que vienen
luego… ese resultado exacto, sin decimales, pérdidas ni fugas, que cuando se
nos presenta parece que siempre ha estado ahí… la encalmada.
Porque cuando aparecen un solo de John
Coltrane o el azul de tus ojos… pues qué os voy a contar… las cuentas dan… y te
crees a pies juntillas el Génesis, el Popol Vuh o lo que haga falta…
quiero decir que me estoy mordiendo
la lengua para no volver con el asunto Lleins Llois… por contraste entre lo
bueno y lo peorcito.

Aparte mi barata colección de
estupideces, hoy más bochornosa que de costumbre, aún quiero decir otra cosa: que, encima, está lo de la edad del tipo… que
lo de Herr Solleiro sacude, desacouga… a los hechos me remito. Os aclaro que
los hechos son dos de sus libros, los primeros: Elexías a Deus a ao Diaño
y Dz
ou o libro do esperma… y la edad con que los escribió: escasa. Misterio.
Sucedió hace cinco mil años. En la Media
Luna Fértil. Solleiro tenía 19 añitos y, una tarde, contó tres de estas historias
increíbles; a fuego lento, dijo el Chamán tras oírlo…y la primera noche
levantaron tres pirámides, inmensas, una por cada uno de los relatos. La siguiente se la
permitieron pasar con la más bella, cosa fina, para asegurarse nuevos milagros transcurridos nueve meses. Por último, la tercera: durante algunas horas lo adoraron,
ya preso… y luego lo cocieron, vivo, lentamente, hasta que se pudieron
embadurnar con ese unto poderoso e invencible. Después conquistaron el mundo… quiero decir que…
No hay comentarios:
Publicar un comentario