sábado, 12 de marzo de 2011

Mamotretos Siglo XXI (Submundo)


Otro que se salió por la tangente, que hipó, que dijo aquí estamos mis maneras y yo. Submundo de Don DeLillo es tremenda cosa escrita. Mejor que otros libros de él que dejan a uno como si nada. Submundo acojona. Y ello a pesar de unas quince últimas páginas que no sé qué le pasó al gachó, vaya un desastre que a poco más me jode las novecientas anteriores. Más de un escritor de aquellos lares le dijo basta al monocorde argumento, marca de la casa, que impera entre el Atlántico y el Pacífico, vengan sus divorcios, New York, sus trabajos y sus erecciones. También sus juergas. O el consumo experimental de algunas sustancias de nombre complejo, o el fracaso, o… Todos hermanados a lo largo de decenios, y, de por medio, muchos libros apoteósicos. Mil vueltas al asunto. Por aquí se hace básicamente lo mismo, darle vueltas y más vueltas a lo mismo. Somos obsesivos e insistentes. Lo que cambia es el tema, a veces.

Hay quienes, muy beligerantes en sus opiniones, no soportando el uniforme argumental que arriba mencionamos, tampoco soportan a los que escapan por sus tangencias. Ni a los que se sitúan mucho más lejos, próximos al espacio exterior. Uno piensa entonces que es algo personal y prejuicioso, debido posiblemente a la excesiva importancia otorgada a lugares de nacimiento o nacionalidad de los autores. Que no valiéndoles ni Vonnegut ni Capote, ni Cheever ni Bellow ni Salinger, ni DFW ni Pynchon, ni Faulkner ni Hammet, ni Carver ni Burroughs ni Fante, los que queráis, ni Auster ni Ford ni Shepard ni Williams ni Wolfe, bajemos al delirio de masas ni Uris ni Ludlum ni Crichton ni King y llegando hasta el ultratumba, ni Poe ni Melville ni Hawthorne ni Carracuca, que no valiéndoles ninguno, y siendo a la vez ávidos lectores, nos hallamos ante personajes dignos de estudio. O bien analfabetos letrados o bien hijos perfectos de la guerra fría. Aaamigo. Sea el caso que sea, ambos perfiles son potenciales pobladores del Submundo de Don. Sobre todo el segundo, de apellido Megatones y primo hermano de H Bomb. Cuando DeLillo se pone a contar esas cosas que cuenta de las pruebas nucleares en los desiertos del midwest en los años 40 y 50, yo me como las hojas como si fuera un cortadora de césped. Y no me atraganto. Qué cosas.

Haz un monográfico Don, qué pasó con todo aquello, cuenta y no pares. Te lo agradeceremos de por vida. Manda asunto este. Cuántas atrocidades en nombre de la ciencia y del progreso, o era la seguridad nacional. Venid aquí chavales, queréis ayudar a vuestro país. Sabía que Uncle Sam podía contar con vosotros, no os va a pasar nada, es inocuo, vamos a estallar mil millones de megakilotones en Sonora o Mojave, ya sabéis, progreso, ciencia, seguridad nacional, y vosotros os vais a quedar quitecitos a cierta distancia prudencial de la traca radioactiva brutal, de los mil millones de megakilotones detonados en nombre de no sé cuántas chorradas y, aunque yo me meto en un bunker a cien metros bajo tierra a trescientos kilómetros del lugar, os aseguro que el experimento es inocuo, podéis estaros tranquilos, llamad a vuestras madres o novias, no pasa nada, que os preparen vuestra cena favorita, y eso sí, luego se confirmará que os vais a achicharrar internamente por vuestro país, yo no sabía nada, os lo juro, toma barbacoa, que vuestro intestino se convertirá en un donut podrido, para qué lo queréis si tampoco podéis tragar, y que seréis radiografías andantes, que aunque cerréis vuestros párpados veréis a través de ellos, de toda la radiación X que os vamos a meter por el puto cu… patriotas, héroes, el país tiene una deuda con vosotros, fuego, fire, feuer. Don DeLillo se pone a hablar de estas cosas, te deja helado, excepcional, trescientas páginas parecen un estribillo de canción pegadiza, el mamotreto se quedó corto. Ójala se nos descuelgue con un monogrÁfico sobre los megatones a prueba en los desiertos americanos. Para muestra esta impresionante película en HD de un simple perdigón de 15 kilotones, tan insignificante que se dispara desde un ortopédico cañoncito.

http://www.youtube.com/watch?v=QsB83fAtNQE&nofeather=True

Por distintos motivos que el exceso obsesivo de DFWallace, habitante primigenio del espacio exterior, DeLillo, siendo un escritor mucho más convencional, si es que ello existe o se puede entender o tiene algún sentido, también se sale por las tangencias del monocorde. Y con buenos resultados, aunque en órbitas más cercanas. Hay quien no soporta a ninguno de los dos. A otros les encantan. En lo que se emparejaron es en la machada, en la obscenidad métrica del despilfarro de papel. En sus ediciones españolas, los impresionantes Do de pecho de ambos, a saber: La broma infinita y Submundo, atesoran 1208 y 902 páginas, respectivamente. Qué literatura más poco sostenible. Menos aún si hacemos una elemental regla de tres. Como ya os comenté cuando digería el desmadre de La broma infinita, ya no es que sean todas esas más de mil páginas, es que la letra es enana. No tan exagerado, pero el caso de Submundo es el mismo. Pues bien, comparando y extrapolando número de líneas de cada página y número de palabras por línea tendríamos un escalofriante resultado aritmético, capaz por sí solo de hacer que las acciones de cualquier compañía de celulosas alcanzaran el cielo y devastaran toda Aquitania, allá van Las landas, au revoire, qué bonitas eran ya no se ve ningún pino. Atengámonos a lo científico. Editándose con el promedio de palabras por página de cualquier libro estándar de aproximadamente 250 páginas, da igual que sea de Siruela, Anagrama o Alfaguara, Submundo tendría 1222 páginas. Animal, qué dispendio. La broma infinita 2114. Venga a comprar acciones de Ence o Metsaliitto, que nos retiramos. Y olvidaros del Amazonas.

Estos inmensos mamotretos, aunque escritos ambos en los años 90, dan un salto en el tiempo hasta el S. XXI. Se arriesgan a especular, a fantasear y dirigir sin pretenderlo, sin hacer de pitonisos o augures marcan rumbos para quien quiera probarlos o seguirlos o dar media vuelta nada más encontrarlos, se mueven en una falta de concreción enfermizamente puntillista, ese encontrar el todo al escarbar en la nada, ojo con ellos. Ya sé que todo esto ni se entiende ni tiene sentido, yo, por lo menos, no me entiendo, pero ahí está el asunto, la gracia y el meollo.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...