Hace un par de entregas os contaba la sorpresa que me llevé leyendo “El planeta de Mr. Sammler” de SBellow. Acojonante libro. Sobre Bellow decía: “Pensaba en él como la enésima versión del escritor americano que en su día estuvo de moda por cualquier cosa menos por su calidad… y que por supuesto sólo escribe sobre divorcios, los suyos, resulta obvio; o New York, su ciudad; o su trabajo, que, evidentemente, no le satisface; o sus erecciones, inmensas, como os podréis imaginar… Qué equivocado estaba. Bellow es otra cosa. Tremendo y enjundioso. Le voy a hacer caso a Fresán y me voy a poner con “El legado de Humboldt”, estando la mitad de bien que “Sammler” me vale…”
Pues bien, me acabo de leer El legado del susodicho. Y ojo al dato, porque el libro en cuestión básicamente trata de: los divorcios y separaciones de los protagonista: Charlie Citrine, Humboldt, etc.; las ciudades de los protagonistas: en concreto Chigado, New York, una alucinante estancia en Madrid, etc.; los trabajos de los protagonistas: escritores, mafiosos, hiperactivos, desquiciados; y las relaciones sexuales de los protagonistas, con sus correspondientes erecciones. Digamos que estereotipo yanki S. XX cien por cien… Lo tenía todo para tocarme las naringes. Pero no lo hizo. Mas de seiscientas páginas, en parte un poco más de lo mismo, pero, por momentos, alucinantes. Cuando empezaron a aparecer todos los citados clichés estuve a punto de cerrar el asunto. Habría sido en falso, pues la cosa crece descaradamente… El amigo SBellow no se corta en cuanto a pajas mentales metafísico-existenciales-qué-hago-yo-aquí-etc. Me gustó muchísimo "El planeta de Mr. Sammler" y me gustó mucho "El legado de Humboldt". En algún momento seguiré con "Herzog", a ver que tal su divorcio, su trabajo, New York y las erecciones…
Pues bien, me acabo de leer El legado del susodicho. Y ojo al dato, porque el libro en cuestión básicamente trata de: los divorcios y separaciones de los protagonista: Charlie Citrine, Humboldt, etc.; las ciudades de los protagonistas: en concreto Chigado, New York, una alucinante estancia en Madrid, etc.; los trabajos de los protagonistas: escritores, mafiosos, hiperactivos, desquiciados; y las relaciones sexuales de los protagonistas, con sus correspondientes erecciones. Digamos que estereotipo yanki S. XX cien por cien… Lo tenía todo para tocarme las naringes. Pero no lo hizo. Mas de seiscientas páginas, en parte un poco más de lo mismo, pero, por momentos, alucinantes. Cuando empezaron a aparecer todos los citados clichés estuve a punto de cerrar el asunto. Habría sido en falso, pues la cosa crece descaradamente… El amigo SBellow no se corta en cuanto a pajas mentales metafísico-existenciales-qué-hago-yo-aquí-etc. Me gustó muchísimo "El planeta de Mr. Sammler" y me gustó mucho "El legado de Humboldt". En algún momento seguiré con "Herzog", a ver que tal su divorcio, su trabajo, New York y las erecciones…
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