La primera vez que me ventilé Otras
inquisiciones, hace ya tiempo, ni me enteré de que por allí andaba el Emporio
Celestial de Conocimientos Benévolos… el nombre se las trae… con esa
enmienda total del saber… es que ni
idea, lo pasé por alto. Está muy bien eso de que ciertas cosas, no sé si el
conocimiento es una, reconozcan que pudieran ser una trampa, un chiste… un simulacro.
Un ¿orden? aleatorio que damos por bueno y único dentro de una infinitud de
otros que obviamos porque sí… vaya perogrulladas las mías… por este camino de
la enmienda total se llega, si el cielo está despejado, a ver la montaña, la cueva,
el océano… y a Herr Bernhard, que es la disolución.
Cuando a los acólitos acérrimos de la
ciencia y la tecnología les dices que, en ocasiones, confunden un mapa con el
territorio que describe ese mapa (confusión de base extendida hasta el
aburrimiento) al comienzo no saben qué contestar, ante la trompada a encajar…
al rato se dan cuenta de que se han pasado la vida confundiendo
los pósteres de chicas con las chicas… a la semana caen en la cuenta de
que ellos mismos han sido biología pero no biografía… plasma pero
no horizonte…
no sigo, que esta avalancha de (falta de) ¿realidad? nos pilla a todos y nos
esnaquiza.

La tercera vez que leí Otras
inquisiciones no sé qué pensé porque no lo recuerdo… pero la cuarta vez
que lo leí ya el Emporio de Borges Benévolos me estaba tocando las morales de
Conocimientos Celestiales… y todo me parecía una broma algo cursi…
Entonces: la pulla de Herr Borges en forma de
lista podría ser propia de la selva o el desierto... y aparecer entre las que se recogen en El Pensamiento salvaje… ahí sí que
sí lo esencial brota y borbotea y llena de borrones y aspas rojas la Historia
Universal
del Conocimiento
tal y como es contada: a saber, mal. Aunque El pensamiento salvaje lo leí sólo
una vez… no cuatro. En cuanto a Borges y Antiborges, observad cómo Jorge Luis nos vigila del derecho y del revés...
