miércoles, 5 de octubre de 2011

Ángeles... más de Denis Johnson


Lo prometido es deuda. Y lo que se da no se quita. Después de aligerar unas cuantas horas enganchado al NAPALM que supura de Árbol de humo, muy recomendable artilugio, medio choqueado por las maneras y manías de este nuevo amigo, os decía el otro día que iba a empezar con la primera novela de Denis Johnson, librajo que, parece ser, lo convirtió, premio literario de por medio, en una joven promesa, así, en plan novísimo, tenso, vivaz y hasta contundente o brutal escritor…

La novela del premio, que para los que leen en inglés se titula Angels, pero que, a los que leemos en castellano, nos complementan con un encasillador derrotados, la debieron ver los del premio como novísima, tensa, vivaz y hasta contundente y brutal novela. Como cuando empezó a aparecer en las pelis toda esa violencia explícita que dejaba a uno medio alucinado medio acojonado. Luego, la violencia explícita se generalizó y pasó a dejar a uno medio dormido o dormido del todo…

Pues carajo, Denis, lo tuyo en los ochenta debió dejar al personal medio alucinado medio acojonado. Se ve que fue de las primeras violencias desquiciadas e incomprensibles, de eso que gustan en llamar realismo, en clave barriobajera, camellos, putas y demás cloroformo. Al igual que los pistoletazos enlatados al vacío en Uno de los nuestros, que te levantaban del asiento, las violencias, rudas y ásperas, enlatadas en Ángeles derrotados, le supusieron a Denis un premio. Eso es lo que yo creo… Pero ahora, Liotta, Pecsi y DeNiro, veinte años después, no nos dan miedo mafioso/incompresible cuando volvemos a ver la peli, aunque, todo sea dicho, la peli sigue estando requetebién. Así, las violencias de Denis, pues supongo que no son lo que fueron…

Y se podría pensar que vaya coñazo, entonces, el libro de Denis, y os diría que no sé no sé, sino fuera porque, tras las violentas y espídicas y autodestructivas vidas de los protas, que Denis nos cuenta con bastante xeito a lo largo de las dos terceras partes del libro, parte esta que no está mal, pero que tampoco es para echar foguetes, el Denis se nos descuelga con un tercio final de la novela realmente espectacular. De verdad. Guau. Pena no cogerla cuando vi Uno de los nuestros. Hace veinte años, toda la parte tenso vivaz sórdido violenta del libro me habría sabido a nuevo, me habría levantado de la butaca. Unido ello a la maravilla de las últimas setenta páginas, pues como para darle un premio… Osease, que muy bien. Merece la pena aguantar cierto chirríe del comienzo, entre trompadas y violaciones interraciales, estilo road movie protagonizada por eso que ahora llaman otro juguete roto, y antes perdedores, y antes descarriados, y antes renglones perdidos, y siempre perguiseiros, porque pasada la road movie de perguiseiros, que además tiene su público, llega lo otro. Y lo otro es muy bueno… (ahora os voy a decir lo que pasa en el punto de inflexión, así que ojito) Y es que desde que al protagonisto lo meten en Chiron… y a la protagonista la internan en el Manicom… Denis lo borda, destapa el tarro de las esencias, se deja de novísimas violentaciones interraciales protagonizadas por perdedores algo ortodoxos guión caricaturescos, y se deja llevar por la inspiración y le salen unas páginas jugosas de verdad y merece la pena leerlo… que me decís que el Denis es algo tramposo o efectista en esas páginas memorables, pues os digo que sois unos amargados, carajo, que con vosotros no hay manera… Ni caso, Denis, tú a lo tuyo, ni caso con lo que estos amargadillos te dicen...

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...