domingo, 13 de noviembre de 2011

Biblioteca Crítica/Barral



Hoy vamos a hablar de algo ¿irrelevante? como si fuera importante. En plan repelente. Una cosa es que nos gusten los libros. Y otra que seamos imbéciles. Una cosa es que apreciemos ciertas ediciones y otra que hablemos de ellas como si fueran algo más. Mucho más. Una cosa es que admiremos ciertos artistas y otra que nos guste más la caja en que nos los regalan. Pero la caja puede ser también artíst… Lo dicho, estupideces.

Víctima del fetiche se puede ser más o menos. Lo mismo que de Barral. Hay que ver cómo se las gastaban estos individuos. Sería para celebrar históricos acontecimientos, sería porque estaban generosos o sería por amor a su arte, el caso es que a mediados de los setentas nos vinieron con la Biblioteca Crítica, en plan encuadernación en tela, en plan bonitas guardas, en plan una primera sobrecubierta, absolutamente de traca, del acertadísimo Julio Vivas, en plan una segunda cubierta protectora de plástico, en plan algunas notas preliminares, o cronologías, o índices detalladísimos, en plan qué queréis que os diga. . . En plan estoy enfermo y soy repulsivo. Yo, de aquella, con lo que estaba era con el monopatín Sancheski, de un precioso color naranja. Vaya pasada de artilugio rodante…

Los que tengo, los tengo como oro en paño. El primero que me agencié fue uno de Pedro Salinas, en la librería Couceiro de Santiago. Cuando aún estaban en la calle del hórreo. De poesía no tengo ni idea. Alguna me gusta y mucha otra no la soporto. De Salinas, en aquel momento, sí que conocía algunas cosas que me habían gustado. Vi la tremenda edición de Barral, vi lo impoluta que la tenían, y probé a mirar el precio. Algo estiradillo, carajo, que en Couceiro no se cortan. También es verdad que, a veces, te encuentras cada cosa que no veas… hice mis cálculos y me decidí. De que fuera su “narrativa completa” creo que me di cuenta luego, en casa. Ya me parecía algo delgado para que fuera toda la poesía… Y aunque esto es mentira, podría haber sido verdad. Que con la emoción me suelo despistar. Y me compro un chándal aLidas sin enterarme de nada salvo de que el precio es bueno.

Nunca había visto estas espectaculares ediciones y tampoco tenía ni idea de a qué escritores se las habían dedicado… como siempre, información en internet, más bien poca. Luego, hace un par de años, viendo en la tele una entrevista con Miguel Delibes, salía él en un salón contestando unas preguntas al vuelo. Sentadito bien cómodo. Detrás, varias estanterías de libros. Entre ellos, unos tremendos lomazos de esta colección Biblioteca Crítica. Poesías completas de Cernuda y Salinas. Caramba el gachó, en plan avasalle. Me dio envidia. Quien se pica… De ambos dos me gustan cosas.


Relato de la encerrona:
Hasta aquí entiendo que el asunto es repelente, hay que ver el blogero éste, qué coño me importarán a mí estas estupideces. Pues bien, si hasta aquí la cosa te está pareciendo repelente, espérate un momento, meu. Que yo había mirado, luego de la entrevista a Delibes, los precios de estos librajos en internet. Y las ediciones en buen estado, con sus cubiertas y todo… qué escándalo, pero de qué se van estos tíos. Prohibitivas… A esos precios para mí no son, desde luego. Ahora viene la parte más repelente, pedante y odiosa, vete tomar por saco blogero de M. Porque, en internet, voy y me topo con las poesías de Salinas y Cernuda en traum zustand, que viene siendo estado de ensueño en palabrería tedesco-protestante-vanidosa. Y lo tenían en una tiendecita de la ciudad teutona a la que, por cuestiones familiares, nos acercamos siempre que podemos en el verano. Y lo tenían a un precio lo suficientemente bajo como para que quisiera ofenderme, cosa que hice, porque a estos prepotentes nórdicos los sacas de su soporífero Goethe y parece que lo demás no cuenta, y, encima, lo desprecian… Y me dije, espérate, librero teutón, que este verano tenemos previsto pasarnos por allí, y te vas a enterar…

Y se enteró, amigablemente. Fue una encerrona, que yo jugaba con ventaja, pues somos menos civilizados que ellos. Dicen. El paisano quedó atontado cuando le solté que desde aquí, el fin del mundo, tenía controlado su catálogo. Para eso está iberlibro.com que enlaza con abebooks.de. Le hice finamente la pelota. Se soltó y congeniamos unos minutos. Encima era simpático. Conocía Compostela y tuvo una novia brasileña. Cuando lo vi a punto, ya casi meloso, pasamos a las cosas de comer. Vamos, que me interesaban sus ediciones de Cernuda y Salinas en traum zustand. Me las sacó. La virgen! como los chorros del oro. Me acordé de Delibes. Se va a enterar el señor Miguel, que las voy a poner en mis estanterías y me voy a dedicar a dar entrevistas. Los libros, déjamelos ver, Herr. Estaban perfectos. Me explicó que eran de un profesor de literatura hispánica de la universidad de allí. Al morir, les había comprado la biblioteca a sus herederos. Paso en falso, Herr. Error, error. Acabas de pisar el barro, hincado la cerviz. Que las bibliotecas a los herederos se las compran a peso, coño. Eso en el mejor de los casos, que hay quien cobra por retirarte los libros de la casa. Y más si los libros están ubicados en Alemania y escritos en español, que esos no valen ni la caja en la que los guardan… No ves que estos libros no te han costado ni míseros centimos. No ves que estos libros, o te los compro yo, Herr, o no se los vendes a nadie, ninguén, niemand, nobody. Cómo quieres que te lo diga, hombre. Mírame a la cara, carajo, ¿no te das cuenta, Herr?
Siguiente paso. Justicia inmaterial: conseguir gastar lo mínimo posible. El precio era insultantemente atractivo. Pero quería sangre, que estaba en un acto de ajusticiamiento histórico. Porque, aunque el librero era un tipo encantador, de verdad os lo digo, representaba en aquel momento a estos sajones prepotentes que no ven más allá de Goethe, menudo coñazo de autor. Y si ven algo más, serían, claro está, Mann, Hesse o Musil. Pero no Bernhard, o Hölderlin, o Heine, o Celan… Pues bien, sabéis que estos nórdicos no saben improvisar. De verdad, tópico infalible. Imposible, para ellos, improvisar, o reaccionar, o amagar, o llevarlo con xeito, o con mano izquierda, cuando se les saca de su cuadrícula. Y su cuadrícula, en caso de ser un encantador vendedor de libros en una civilizadísima ciudad, no contempla el REGATEO. Lo mismo que si le hubiese pedido al Herr un paquete de chicles de uranio. O una barra de pan fresco. Le solté, en un magnífico dialecto galaico/teutónico, una infalible oferta a la baja, una blitzkrieg que ni el mismísimo Guderian con sus Panzer habría igualado. Tras mi ataque relámpago, ratatatatá, viéndose abandonado a su suerte en medio de las Ardenas, Herr quedó inmovilizado, petrificado, estupefacto. Si no fuera un Teutón incapaz de reaccionar, Herr habría sacado la pipa de la paz. Con un antepasado Franchute, supongo que la bandera blanca. Pero Herr era alemán de pura cepa. Como una estatua, lívido. Y yo, desde mi Junkers 87, locuaz a más no poder, porque esto y porque lo otro y demás blablablá... No había con quien hablar, Herr estaba anulado. Lo primero que se le ocurrió, pasado un rato, fue decirme que de acuerdo y darme las gracias amistosamente.

Cuando se reúne con sus amigos súper tolerantes, estos le cuentan a Herr sus historias vacacionales con los Quechuas o los Inuits. En plan descubrimiento étnico/primigenio, tópico-típico con tintes condescendientes de turisteo repulsivo con ciertas ínfulas de superioridad, mira para estos incivilizados, qué curiosos los pobres animalitos bípedos. Ay mira! si hablan entre ellos. Herr, al final trocado definitivamente en nórdico prepotente, para satisfacer a sus amigos bodrio turistas y estar a su estúpida altura, les cuenta lo del regateo, rollo para él primario arcaico barbárico. Toda una experiencia etnográfica o antropológica lindante con lo chamánico inverosímil. Localizada en el tiempo a la altura del descubrimiento de la rueda. Sobre la nacionalidad del sujeto: yo, duda entre varias opciones, la mayoría de ellas sociedades tribales, en la actualidad, ya extinguidas.

Volvamos al Sancheski y visitemos recuerdos cuesta abajo... yo salgo en el video. Mirad bien que vosotros también

http://www.youtube.com/watch?v=rQi8wEHMm5Y

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