Hace poco os anunciaba que Talking Heads me había deparado recientemente una sorpresa con la que no contaba. “Remain in light”, disco estratosférico y especulativo, da la sensación de ser uno de esos encantadores e irrepetibles milagros de estudio. Injusto sería pedirle a una banda que se ponga a tocar semejantes mixtificaciones de laboratorio en directo, porque la cosa parece harto imposible. …Pero del espacio exterior, del mismísimo Trafalmadore, vinieron a solucionar tan insignificante minucia.
Tras grabar el disco, en el año 1980, los originarios Talking H, acompañados por el alien Adrian Belew, Bernie Worrell y demás rítmicos compinches contratados para el parto de la criatura, salieron de gira en su ensaladera voladora no identificada. Resulta que en la RAI van y graban el concierto que dan en Roma nada más aterrizar. De risa. Tocan cuatro canciones del disco de nuestros desvaríos, de esas que parece imposible hacer una versión mínimamente presentable en directo: “Born under pushes”, “Crosseyed and painless”, “Houses in motion” y “The great curve”. Pues hay que ver lo que es tocar en directo, a mí me da la risa. Ahora se consigue en DVD el concierto de marras. Va una de esas canciones, mi favorita, con el escenario lleno de extraterrestres y también algunos humanos:
Mientras que cuatro años más tarde, en “Stop making sense”, era Bernie Worrell quien estaba en un estado de gracia total, en Roma, Adrian Belew asusta. Parece un extraterrestre sin antenas. Entre 1977 y 1979 estuvo en la banda de FZappa, asistiendo a lo que él llama “The Frank Zappa school of rock” como segundo guitarra del patrón de la perilla y el bigote. Con el Electric Don Quixote debió hormonar a tope. En la gira con Talking H está desatado, iluminado, estelar, ser de otra galaxia. Con un sonidazo impresionante, una Fender preciosa y unos solos de verdadero alucinado, experimentos futuristas de treinta segundos… basta con llevar el cursor al minuto 3:40 del siguiente video para ver y oír cómo se toca la guitarra en Trafalmadore, Venus o Saturno:
O al minuto 1:55 de este otro… qué entrada, como una catenaria los pelos:
Después de semejante alunización el extraterrestre ABelew dejó el grupo. Fue para meterse en alguna clínica y hacerse una lobotomía operado por el cirujano Robert Fripp… qué pena, no volvió a ser el mismo.
Tras grabar el disco, en el año 1980, los originarios Talking H, acompañados por el alien Adrian Belew, Bernie Worrell y demás rítmicos compinches contratados para el parto de la criatura, salieron de gira en su ensaladera voladora no identificada. Resulta que en la RAI van y graban el concierto que dan en Roma nada más aterrizar. De risa. Tocan cuatro canciones del disco de nuestros desvaríos, de esas que parece imposible hacer una versión mínimamente presentable en directo: “Born under pushes”, “Crosseyed and painless”, “Houses in motion” y “The great curve”. Pues hay que ver lo que es tocar en directo, a mí me da la risa. Ahora se consigue en DVD el concierto de marras. Va una de esas canciones, mi favorita, con el escenario lleno de extraterrestres y también algunos humanos:
Mientras que cuatro años más tarde, en “Stop making sense”, era Bernie Worrell quien estaba en un estado de gracia total, en Roma, Adrian Belew asusta. Parece un extraterrestre sin antenas. Entre 1977 y 1979 estuvo en la banda de FZappa, asistiendo a lo que él llama “The Frank Zappa school of rock” como segundo guitarra del patrón de la perilla y el bigote. Con el Electric Don Quixote debió hormonar a tope. En la gira con Talking H está desatado, iluminado, estelar, ser de otra galaxia. Con un sonidazo impresionante, una Fender preciosa y unos solos de verdadero alucinado, experimentos futuristas de treinta segundos… basta con llevar el cursor al minuto 3:40 del siguiente video para ver y oír cómo se toca la guitarra en Trafalmadore, Venus o Saturno:
O al minuto 1:55 de este otro… qué entrada, como una catenaria los pelos:
Después de semejante alunización el extraterrestre ABelew dejó el grupo. Fue para meterse en alguna clínica y hacerse una lobotomía operado por el cirujano Robert Fripp… qué pena, no volvió a ser el mismo.
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