viernes, 22 de octubre de 2010

Canciones siderales


Hace años me insistió Joseiño en que oyese una recopilación de Talking Heads que había grabado. Que me iba a encantar, me decía, aunque sabía que no eran santos de mi devoción. Lo que hasta aquel momento había oído de ellos no estaba mal, pero tampoco muy bien. El caso es que no había oído lo que había que oír. De aquella recopilación dos canciones: “Houses in motion” (Remain in light, 1980) y la versión en directo de “This must be the place” (Stop making sense, 1984) me dejaron acojonado. Insuperables. Palabras mayores, diez absoluto.

Hasta un portentoso descubrimiento que hice hace quince días, lo mejor de Talking Heads para mí eran: el Lp “Remain in Light” y el Lp/Dvd “Stop making sense” que viene a ser una actuación en directo grabada para cine en el año 84.

Este grupo es la excepción que confirma una regla. Normalmente cuando a una banda de rock le echa el guante un productor obsesionado con los arreglos, y con cierta tendencia al empalagamiento musical, el desastre está asegurado. No es el caso de Talking Heads. Pasaron de ser un grupo bueno, pero nada más, a destacar de verdad. De por medio este disco: “Remain in light”, en conjunto alucinante, con algunas canciones tremendas, el reclutamiento de músicos fuera de serie (Adrian Belew, Bernie Worrell, etc.), y un trabajo en el estudio que hace que el dichoso Lp suene que es un escándalo. Magia total. “Remain in Light”, grabado entre 1979 y 1980, suena fresco, innovador y complejo aún ahora. Hace treinta años que estos tíos bordaban unas canciones distintas, canciones que un critiquillo de estos días, si fueran de alguna figura actual, calificaría como el definitivo grito de la electrónica, el drum & bass, el chill out, y demás incomprensible parentela… La portada y la contraportada espectaculares… y varias de las canciones: “Born under punches”, “Crosseyed and painless”, “Houses in motion”, "Listening wind” verdaderamente siderales. Con oír la primera uno ya se atraganta:


“Stop making sense” (1984) de Jonathan Demme/Talking Heads es la prueba palmaria de que sin pasta, con buenas ideas y saber hacer se puede tocar el cielo. Y siendo un concierto, entra más por la vista que por el oído. Una verdadera pasada. Los músicos de gris, fondo negro, imágenes proyectadas en la parte posterior del escenario, sombras y luces móviles, David Byrne, otro histrión mayor, en su salsa, vestido con un traje mil tallas más grande, bailando con una lámpara… Basta con ver las versiones de “This must be the place”, cuya introducción instrumental, que a mitad de canción se repite, es gloria pura, irrepetible, para oír un millón de veces, tremendo BWorrell, y de “Girlfriend is better” con Byrne oversized haciendo el espermatozoide (si queréis, pinchad en la imagen para ver los videos a buen tamaño):





Por hoy está bien, próximamente el último, y cañerísimo, descubrimiento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Ventura:
A ver que Cancelo y yo estamos hablando de reunir un dia en Santiago a los integrantes del Aralar Team de nuestra época. ¿Te apetece? ¿Nos echas una mano? Si ves que si enviame un email a esta dirección: manelhot@hotmail.com o llamame al 981 912 823, preguntas por Victor (entre las 10:00 y las 16:00 de Lunes a Viernes.
Saludos

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